La
reciente declaración del presidente Barak Obama señalando a Venezuela como una
amenaza extrema e inusual posee dos sustentos que débilmente permiten un
análisis racional por la extrañeza de la afirmación. Más bien, es factible
comprenderla a partir de reacciones emocionales (preocupantes por cierto), que
escapan al marco regulatorio de la diplomacia y las prácticas de respeto en el
campo social, humano y político.
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amenaza para EE.UU.
La
primera base es el Excepcionalismo, doctrina fundamental del Gobierno
estadounidense y atado a su cultura intrínseca, según la cual esta nación tiene
un destino manifiesto que la obliga a ejercer el control y supervisión del
mundo, para que se desarrolle acorde con sus propios criterios de lo que
significa justicia y libertad. Dios los ha destinado a ser el pueblo elegido y
ello implica que tiene el derecho a aplicar todas las herramientas terrenales
para obligar a seguir su camino, obviamente torciendo el cuello o el brazo, a
quien no acepte el discurso ‘divino’.
Esta
concepción, comprendida dentro de los cánones de la siquiatría por su evidente
desconexión con la realidad, implica que la injerencia es uno de los
principales instrumentos, poderoso y legal, que lo autoriza a invadir pueblos y
naciones.
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queremos”
La
segunda base es su concepción de justicia, ligada a lo anterior, según la cual
el Estado debe prevenir, curar o paliar todas las acciones internas y
extranjeras que pudiesen afectar su estabilidad como país-potencia,
estableciendo una legislación que interpreta lo correcto a partir de la mirada
de las élites: todo aquello que atente a la propiedad debe ser condenado
fuertemente por cuya razón la corrupción, por ejemplo, está en segundo lugar
pues no afecta al paradigma mencionado. El orden es un pilar esencial, de allí
que toda manifestación o voz deba ser silenciada por medio de la persuasión
física, armada o psicológica, amparada en la legalidad. La tortura es aprobada
sin dilación.
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EE.UU.”
Por
tanto, las verdaderas amenazas proceden de su forma agresiva de proceder frente
a las voces o pueblos que consideren que su libertad está en riesgo y, como el
mito de la caverna de Platón modificado, al ver la luz deberían ser cegados por
la muerte, el golpe o las ataduras. Salirse de su eje significa una amenaza a
la supervivencia pues el éxito se fundamenta en la expoliación.
¿Qué
se pretende con Venezuela?
Hay
que ser analíticamente profundo pues no es una simple advertencia sino que
confirma que aún se sienten dueños de América del Norte, Centro y Sur, es
decir, de todo un continente, corroborando la concepción entregada al comienzo.
Lo
que inquieta a las democracias del planeta es que sus propias normas le
facilitan una política de sanciones, destinada no únicamente a individuos
vinculados al Gobierno, sino ya contra un Estado considerado contradictor. No
obstante, cuando se ha solicitado justificar los procedimientos, la
superficialidad es asombrosa. Según algunos funcionarios que prefieren permanecer
anónimos para no ser sancionados también, esta orden ejecutiva “ayudará a
proteger el sistema financiero de Estados Unidos de los flujos financieros
ilícitos de la corrupción pública en Venezuela”, como lo manifiesta BBC Mundo.
Otros no pudieron explicar de qué manera esos señalamientos impactan la
seguridad nacional estadounidense. En tanto, los siete funcionarios castigados
pertenecen al aparato de seguridad del Estado venezolano, se les impide la
entrada a EE.UU. (aunque no les interese), y tienen cerradas sus cuentas
(aunque no las posean), ya que Washington los responsabiliza de lo que
considera excesos represivos de las manifestaciones (febrero 2014), cuyo
resultado fueron 43 muertos, muchos de ellos gobiernistas, y cientos de
lesionados.
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revolución
Lo
que se intenta desde la Casa Roja (ex Casa Blanca) es enviar varios mensajes,
entre ellos, primero, que los dueños de este planeta por destino manifiesto son
ellos y nadie puede oponerse ni racional ni irracionalmente; segundo, que su
poder procede desde el Cósmico como un mandato sagrado por lo cual están
obligados a usar la espada cuando el mensaje no sea aceptado sin dilación;
tres, que solo se retrocede cuando es imperioso aunque el mandato es dar la
batalla hasta lograr convencer o eliminar al contrario; cuarto, que lo
conveniente al opositor es entregarse mansamente al dictado divino que ellos
encarnan, permitiendo que sus colaboradores (los supuestos verdaderos patriotas,
pues su mente está en el norte y no en Latinoamérica) privaticen toda la nación
para favorecer a los fieles religiosos que los acompañen.
Las
peligrosas medidas en acción
Ante
ello, es urgente dejar en claro las acciones que tomará el Gobierno de Obama
con el fin de justificar su ataque continuado a Venezuela, proyecto que lo ha
desarrollado incansablemente también en otros continentes y contra países que
sufren sus embates actualmente.
1.
Bandera falsa: crear un conflicto real a través de un autoatentado con el fin
de justificar el asesinato de latinoamericanos e intervenir Venezuela. Este
podría ser un ataque a una embajada, funcionario, ciudadano estadounidense, por
ejemplo, en cuya táctica hay muchísima experiencia acumulada.
2.
Incrementar su ayuda militar y económica a la oposición a través de ciudadanos
venezolanos interesados en devolver las riquezas del país a manos extranjeras,
empleando organizaciones espurias.
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3.
Insistir en el ocultamiento de víveres y medicinas, fomentando el contrabando,
con el fin de incrementar las dificultades que existen objetivamente en esos
campos.
4.
Bloqueo económico a través de sanciones directas o indirectas que logren debilitar
la infraestructura nacional, cuyo paso más fuerte fue dado a través de la baja
artificial del precio en el petróleo.
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Venezuela”
5.
Campaña mediática interna y mundial con el fin de imprimir en la opinión
pública las categorías de crisis insalvable, falta de autoridad, represión a la
oposición, corrupción, con el fin de incentivar ‘La Salida’ por fuera de las
elecciones.
6.
Fortalecimiento de las derechas existentes en todos los países
latinoamericanos, como se ha estado viendo con la visita de Piñera, Calderón,
Pastrana (todos afectos a Augusto Pinochet), a los golpistas y responsables de
tragedias en el país.
7.
Insistir en el uso de las agencias de inteligencia de carácter secreto o
reservado para desestabilizar por otros mecanismos. Especialmente se recurrirá
a aquellos venezolanos que vendan su nacionalidad o patria por denarios
extranjeros, utilizándolos para propiciar la violencia y el aumento de sus
índices.
Todas
las medidas enumeradas están actualmente vigentes en tanto son parte de un
proyecto ‘evangelizador’ y, por dicha razón, supuestamente justificado.
Sepa
más sobre el tema: Venezuela, en la mira de EE.UU.
Conclusión
Esta
declaración de ‘emergencia nacional’ es una herramienta para aplicar sanciones
contra un país en determinadas situaciones y que le permite al presidente de
Estados Unidos ir más allá de lo que se haya aprobado en el Congreso incluso
posibilitando el ‘Caos controlado’.
Sin
embargo, lo que debe provocar temor para el Gobierno estadounidense es su
propia dirigencia que les ha impedido comprender la realidad mundial y que
ahora tiene al país cada vez más solitario y en conflictos prácticamente en
casi todo el mundo. Desafortunadamente para una potencia que podría aportar
tanto a la paz y el desarrollo mundial, la percepción de la mayoría de países
sobre este es negativa, vinculándolo incluso al terrorismo mundial.
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La
recomendación racional y humanizadora al mandatario Obama es que recupere la
credibilidad a través de una política inteligente asociando la justeza a la
defensa de los afroamericanos tan agredidos y asesinados, a los
latinoamericanos que constituyen una importante fuerza laboral para la marcha
industrial, a los sistemas de salud y educación privatizados en extremo dejando
a millones a la intemperie, concentrando sus esfuerzos en resolver la difícil
situación interna de emisión volátil de dinero sin respaldo que provocará una
crisis impensable, en fin, promover la verdadera equidad en todos los
escenarios donde pueda ejercer su actuación.
Se
considera que, al exponer públicamente las acciones encubiertas que se
pretenden, es factible que la intervención militar directa ya no sea posible
por obra de la sorpresa, aunque el magnicidio sigue siendo una opción no
descartada. De igual modo, debe preocupar sobremanera a los ideólogos
estadounidenses que cada afirmación que proveen como verdad es exactamente lo
contrario: no es Rusia la que se está aislando sino su propia nación y el
incremento económico producto de nuevos convenios es erróneo pues está
disminuyendo gravemente. La división de la Unión Europea ante temas sensibles
como Ucrania u otros parece indicar que el debilitamiento es global. El otoño
de este patriarca injusto comienza a perfilarse con mayor nitidez en la medida
que no regrese a la arquitectura valórica fundada en la Equicracia: la soledad
en que han quedado sus medidas, sin que nadie apruebe estas en el mundo,
indican que el proceso reflexivo es su único camino para enderezar su
concepción ideológica.
Lo
que sí es veraz es que el cambio en Estados Unidos, pueblo al que muchos
consideran hermano en Latinoamérica y el Caribe, demorará algún tiempo más pues
es preciso un proceso de liberación de las ataduras en la conciencia y en la
movilización, lo que conllevará una victimización alta. La esperanza es que el
golpe suave en el interior no se podrá promover pues quienes lo inventaron… a
sí mismos no se lo provocarán.
Finalmente
aquí cabe con exactitud la letra de León Gieco quien en 1978, ante las
dictaduras, conflictos bélicos y el exilio de Mercedes Sosa, escribió: “Solo le
pido a Dios que lo injusto no me sea indiferente, que la guerra no me sea
indiferente, es un monstruo grande y pisa fuerte toda la pobre inocencia de la
gente, si un traidor puede más que unos cuantos que esos cuantos no lo olviden
fácilmente”.
FUENTE:
Carlos Santa María
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