ALTERNANCIA
En
el Congreso de la República, estamos en temporada de reformas políticas.
Algunas merecen destacarse, como los nuevos candados a la revocatoria. Y otras
merecen nuestra crítica, como el impedimiento de reelección de presidentes
regionales y alcaldes, que no será un buen paso en la lucha anticorrupción como
sugieren sus propulsores (ver la columna de Pedro Tenorio de hoy, así como este
post mio de octubre de 2014).
“Por
falta de quorum”, quedó pendiente la discusión de otro importante cambio: la
incorporación de la alternancia en las listas parlamentarias, a consejeros
regionales y regidores. Es decir, hombres y mujeres quedarían intercalados en
esta relación de candidatos, combinado con la cuota establecida por razones de
género (30% de cada lista).
¿Por
qué resulta importante esta reforma? La Ley de Cuotas tuvo un gran impulso
inicial para aumentar la presencia femenina, sobre todo en el Congreso de la
República. Sin embargo, el número de mujeres se ha estacionado entre 20% y 30%
del número total de parlamentarios desde hace al menos un decenio. Ello lleva
al fenómeno de contar con 11 circunscripciones electorales que no tienen
representación femenina dentro de sus congresistas.
¿Qué
ha pasado con la norma? Se ha quedado corta en sus alcances, en un país que
tiene igual número de hombres y mujeres. Paula Muñoz y Yamilé Guibert, en la
revista Argumentos del IEP, señalaron algunos de los fenómenos que impactan en
este problema:
Un
primer punto a recalcar es que, evidentemente, las cuotas funcionan únicamente
como mecanismo para fomentar la candidatura de las mujeres, mas no garantizan
que efectivamente estas sean electas. Esto se debe a que otros factores, tales
como las prácticas internas de los partidos políticos, pueden estar afectando
la elección final de las candidatas (Mimdes 2010).
Efectivamente,
una práctica generalizada de los partidos y movimientos políticos es combinar
los requisitos de género y edad (cuota de género y cuota de jóvenes) en los
mismos candidatos. Córdova e Incio encuentran que la “concurrencia de cuotas de
género, jóvenes y nativos es bastante alta, siendo las combinaciones más
recurrentes las de mujeres-jóvenes y nativos-jóvenes” (Córdova e Incio 2014:
15).
No
solo la concurrencia de cuotas es alta, sino que las candidatas mujeres suelen
ser colocadas en los puestos finales de las listas, lo que afecta sus
posibilidades de ser electas. De acuerdo a cifras presentadas por el Mimdes
para las elecciones regionales y municipales 2006 y 2010, “aproximadamente más
del 15% de candidatas ubicadas en el tercio superior son electas y, por el
contrario, menos del 1% de candidatas ubicadas en el tercio inferior fueron
elegidas […]” (Mimdes 2010: 46). Esto es especialmente preocupante si nos
percatamos de que la mayor parte de candidatas mujeres se concentra en el
tercio inferior de las listas de candidaturas en las elecciones provinciales y
en el tercio medio de las listas en las distritales.
Es
decir, tenemos dos grandes problemas: la combinación de la cuota de género con
otras y, sobre todo, el hecho que las mujeres son colocadas en los últimos
puestos de las listas. Si esto ya es preocupante en una lista semicerrada con
voto preferencial como la que tenemos para el Congreso, imaginen lo que pasa
para la elección de consejeros regionales y regidores, donde las listas son
cerradas. Y dado que algunos van en la línea de cancelar el voto preferencial
parlamentario, la reforma a favor de la alternancia se hace más urgente.
Además,
como señalan ambas autoras, sigue siendo escaso el número de agrupaciones
políticas que apuestan por ir más allá de la cuota mínima de género en los tres
casos.
Por
estas razones, considero que la alternancia, vista como un elemento correctivo
a favor de las mujeres en el sistema de cuotas que actualmente tiene el país,
es una reforma importante a introducir en el sistema político peruano.
Esperemos que en la próxima sesión de la Comisión de Constitución exista el
quorum suficiente para aprobar este cambio. Y, además, esperamos que la
siguiente modificación a realizar se concentre en el tema que más filo ha
tenido en estas semanas: el financiamiento de partidos políticos.
(Foto:
Publimetro) FUENTE: José Alejandro
Godoy
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