ÚLTIMO
CAPÍTULO DEL CASO GARCÍA
El juez Héctor Lama escribe a
Diario Uno, muy indignado, porque en una entrevista publicada hace unos días al
exjuez Guillermo Olivera, se advirtiera que su nombramiento como presidente de
la Primera Sala Civil de Lima, podría ser una movida dirigida a favorecer a
Alan García en la última etapa de su amparo contra la megacomisión
parlamentaria que lo investigó por varios delitos. Por cierto, al magistrado
Lama no le quedaba otra que protestar.
Pero no creo que sea una
majadería de la prensa preguntarse sobre lo que va a pasar con este proceso,
lleno de jugadas tramposas, a favor del expresidente. Como debe recordarse el
juez de primera instancia Hugo Velásquez, anuló dos veces las citaciones de la
megacomisión a García que había presentado un amparo contra la primera de
ellas, y se dio la atribución de anular además los informes y todos los
trabajos del Congreso, sin siquiera leerlos como extensión de su decisión
inicial.
Esto no fue aceptado por la Sala,
que por dos votos sobre tres ordenó a Velásquez rehacer su resolución, mientras
que el voto solitario del Dr. Gunther Gonzales Barrón, zanjaba la discusión
declarando que la segunda citación era correcta y los informes eran válidos
como documentos parlamentarios. Poco después, Velásquez emitió otra Resolución
que era casi idéntica a la anulada y la Primera Sala quedó al voto si rechazaba
esta pretensión y resolvía directamente sobre el tema.
Entonces, los abogados de García,
recusaron al juez Gonzales Barrón, y sus colegas de sala se lo concedieron,
como si haber hecho uso de su voto de conciencia fuese una falta de garantía
para el demandante, mientras que al juez Velásquez solo le faltaba exhibir el
carnet del partido de Alfonso Ugarte. Terminó el año y se cambió el presidente
de la Sala, que es donde aparece el juez Lama, al que algunos reputan como gran
amigo del presidente de la Corte de Lima que decide las ubicaciones, se nombró
un nuevo vocal de reemplazo de Gunther Gonzales (hurtado Reyes) y se ratificó a
César Solís Macedo, que fue uno de los que votó la recusación.
Como se ve, todo parece seguir un
orden más o menos rutinario, pero los que conocen saben de la influencia del
APRA en el Poder Judicial y la tendencia por la que ha ido el actual presidente
de la Corte, Oswaldo Ordoñez. Es obvio que existe preocupación si en una causa
que García no podía ganar, sigue ganando, haciendo los más feroces forzamientos
de la ley. Como siempre, el ego colosal logra la impunidad con argucias. Como
el fiscal que hace poco dijo que la condición de “doctor bamba” no hacía mal a
nadie, cuando el tipo se valió y se vale de tan falso título para dirigir un
postgrado universitario. Y el amparo pendiente de última resolución que trata
de impedir que el expresidente sea investigado.
FUENTE: Raúl Wiener Periodista,
Analista Político y Económico peruano.
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