CANDIDATOS
DE LA IZQUIERDA
¿Puede la izquierda con un buen
candidato, de esos jóvenes que prometen claramente y que han destacado en estor
cinco años, alcanzar un poco más 5% en la votación de primera vuelta y una
pequeña representación parlamentaria? En teoría, sí se puede, si se resuelve
como escoger entre varios más o menos del mismo nivel y si todos los partidos
van hasta el final y si un segmento de la población decide votar por el corazón
izquierdista y no por la posibilidad de victoria.
En el 2006, con algunos líderes
de la envergadura de Javier Diez Canseco, Susana Villarán y Alberto Moreno, la
discusión era parecida. Cada quién tenía su inscripción y su razón para
experimentar si parte del pueblo había recibido su mensaje. Evidentemente uno
podía discutir cuál era el candidato más pintado, la propuesta más innovadora o
el núcleo más organizado, pero lo cierto es que con todas las virtudes de sus
líderes a la vista la izquierda apenas llegó al 2% en la suma de los votos de
sus tres candidaturas, y mucha gente que podía haber votado por ellas prefirió
a Humala cuya postulación les pareció más realista para una pelea con los
viejos partidos.
En las elecciones regionales y
municipales, la izquierda se encargó de entramparse en la discusión de si lo
que había que conseguir era el perfil de una “fuerza nueva”, sin compromisos, a
la que no la salpicara la corrupción del sistema, o si había que participar con
alguna posibilidad de victoria en un bloque político capaz de cerrarle el paso
a la extrema derecha (APRA, fujimorismo, Castañeda) y fastidiarle sus planes al
2016. La verdad fue que en este debate que volvió a dividir las fuerzas todos
perdieron, y sobre todo perdió el pueblo peruano una oportunidad de cambiar la
tendencia que lleva desde la traición de Ollanta Humala a la victoria de las
fuerzas del peor pasado nacional.
Ahora vemos honestos compañero de
la izquierda insistiendo en el tema de lo que hay que construir es un espacio
político y los instrumentos, entre ellos una fuerza parlamentaria, para pelear
los siguiente años. Pero corremos el riesgo serio de entrar como marginales a
la disputa y a que muy pocos se jueguen a seguro perdedor. El país quiere que
le digan como detener a Alan García, Keiko Fujimori y PPK, que amenazan no sólo
con ganar sino ocupar una espacio desproporcionado en la política peruana de
los siguientes cinco años, con las consecuencias que eso traería. A esto viene
la tesis que lancé en mi acto de Reencuentro del 18 de febrero: la clave está
en que la izquierda forme parte de un movimiento político mucho más amplio, que
recoja las banderas del 2011 y las democráticas de esta hora. Ese no es un
problema de candidatos, sino de inteligencia política y lucha por el poder.
FUENTE: Raúl Wiener Periodista,
Analista Político y Económico peruano.
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