MENÚ DESPLEGABLE

TRADUCCIÓN A OTROS IDIOMAS - TRANSLATION TO OTHER LANGUAGES

martes, 7 de abril de 2015

CADA CUATRO Y CADA CINCO AÑOS ELEGIMOS A NUESTROS PROPIOS VERDUGOS.



URGE CONSTRUIR OTRAS FORMAS DE HACER POLÍTICA, DESDE ABAJO Y CON LA GENTE, PARA CREAR CONTRAPESOS 


No es con votos como se van a solucionar los grandes problemas del Perú, pues está comprobado que CADA CUATRO Y CADA CINCO AÑOS ELEGIMOS A NUESTROS PROPIOS VERDUGOS.

Sean alcaldes,  regidores, del partido que sea, siempre salen con lo mismo: se vuelven soberbios, roban con impunidad a manos llenas y en vez de obedecer mandan pero a lo tonto. No rinden cuentas y si los ciudadanos se descuidan los tienen de regreso por uno o dos periodos más.

Tantito peor ocurre con los congresistas, que jamás regresan a sus pueblos, a menos que sea para sacarse la foto cuando arrojan migajas a los pobres o para acompañar a los candidatos de su partido en la siguiente campaña política.

De los gobernadores, y a todos los anteriores, hay cinismo, corrupción, simulación e impunidad. De tramposo, pandillero, mafioso, siniestro y perverso ya se ganó un lugar en el Salón de la Fama.

La intercepción de sus conversaciones telefónicas –antes de las elecciones revela el estilo y la personalidad de un gobernante de los mejores tiempos. Así llevamos ya  años en el Perú.

Varias son las piezas del mismo rompe-cabezas político, que se acomodan a la perfección cada cuatro y cada cinco años: los millones de pobres que los políticos utilizan como su ejército de reserva cada vez que hay elecciones, acarreando y cambiando su voto por una despensa, gorra o polo; la complicidad con el régimen de todos los medios de comunicación impresos y electrónicos, que por dinero se vuelven sumisos y manipulan a lectores, oyentes y telespectadores, exaltando propaganda en vez de información; la cobardía de obispos y curas, que por conservar privilegios y canonjías con el poder, callan en vez de denunciar; y la parcialidad con que opera en cada elección.

Pero todo ese andamiaje jurídico, mediático, político y eclesiástico no podría funcionar como maquinaria de relojería, si no fuera porque además de utilizarse el dinero de las prerrogativas de los partidos y buena parte de los recursos públicos, se advierte que también los grandes empresarios y presuntos narcotraficantes meten dinero a las campañas para ganarse respeto e impunidad de parte de las próximas autoridades estatales y municipales.

Esta situación, la gente acaba confundiéndose y perdiendo todo interés por elecciones, candidatos y partidos.

Además, durante las campañas hubo más ruido estridente en las calles y basura electoral, con frases y discursos impecables en los medios, pero con cero compromisos y consultas para resolver los grandes problemas del Perú: pobreza extrema, reactivación del campo, empleo, protección de niños, mujeres y ancianos, delincuencia organizada, inseguridad, acceso a la universidad, equilibrio de poderes, combate a la corrupción y revocación del mandato para servidores públicos ineficientes.

Por eso, para una ciudadanía más despierta, las elecciones ya no garantizan un verdadero cambio de rumbo, pues ni siquiera la alternancia mejoraría la precaria situación económica de millones, POR LO QUE URGE CONSTRUIR OTRAS FORMAS DE HACER POLÍTICA, DESDE ABAJO Y CON LA GENTE, PARA CREAR CONTRAPESOS.


Por lo pronto, a quienes lleguen a los puestos de elección este 2016 se les avisa que si no funcionan, cobren y váyanse; en segundo lugar, deberán rendirnos cuentas de sus actos y conductas, escuchando con respeto las críticas de quienes pagaremos sus salarios; y si nada de eso se cumple, entonces la ciudadanía tiene todo el derecho de empezar a tomar carreteras y municipalidades. Para empezar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario