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martes, 14 de abril de 2015

EEUU AHORA DICE QUE VENEZUELA NO ES UNA AMENAZA



IMPERIO SIONISTA NORTEAMERICANO HACE EL RIDÍCULO INTERNACIONAL AL HABER CATALOGADO A VENEZUELA DE AMENAZA PARA LA SEGURIDAD NACIONAL Y RECULAR AL POCO TIEMPO AL DETECTAR QUE SU INFAME MEDIDA HA RESULTADO SER UN FRACASO Y UN FORTALECIMIENTO DE LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA

Venezuela no constituye amenaza alguna para la seguridad de los Estados Unidos, ha afirmado Ben Rhodes, asesor de Seguridad Nacional del presidente estadounidense, Barack Obama.

EEUU no cree que “Venezuela represente alguna amenaza a nuestra seguridad nacional. Pero es el marco en el que se plantean estas medidas en EEUU y tenemos muchas en diferentes partes del mundo. Esto no es contra el gobierno de Venezuela en general, ni representa un cambio dramático”, ha precisado Rhodes durante una conferencia de prensa conjunta con el asesor del presidente para el Hemisferio Occidental en el Consejo Nacional de Seguridad de EEUU (CNS), Ricard Zúñiga.

La alusión a esa “amenaza” (es decir, Venezuela), precisa Rhodes, se hizo de manera protocolaria, pues las leyes de EEUU exigen el uso de esa palabra o similares para invocar poderes que permitan sancionar a personas específicas en otros países.

Washington, aduce Rhodes, secunda la vía del diálogo con el país bolivariano, y, de hecho, el Gobierno estadounidense seguirá respaldando los esfuerzos regionales encaminados a acercar a la oposición y al Gobierno.

Zúñiga, por su parte, alega que Washington tiene interés en “el éxito y la estabilidad de Venezuela”, ya que la crisis económica y política de Venezuela podría tener un impacto regional y extrarregional, y eso preocupa a EEUU y a otros países de la región.

Finalmente ambas autoridades norteamericanas han hecho hincapié en que los Estados Unidos no tratan de desestabilizar al Gobierno de Nicolás Maduro.

En contradicción con lo dicho, el Gobierno venezolano acusa abiertamente a Washington de injerencias en sus asuntos internos, de apoyar los planes desestabilizadores de la oposición y de ser en gran parte responsable de los problemas económicos y políticos de Venezuela.

El pasado 9 de marzo, el presidente estadounidense, Barack Obama, emitió una orden ejecutiva que declara el Gobierno venezolano “una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y política exterior de los Estados Unidos”, además de sancionar a otros siete funcionarios del país sudamericano.

Ante este medida, tachada por el presidente Maduro de agresión a la soberanía nacional de su país y al pueblo venezolano, el Gobierno bolivariano lanzó una campaña de recolección de firmas exigiendo la derogación del decreto de Obama y las medidas unilaterales y violatorias del derecho internacional y los principios y propósitos de la carta de las Naciones Unidas.

Hasta el momento, la campaña ha recogido más de 11 millones de firmas: seis millones en Venezuela y más de cinco en el resto del mundo.


A su vez, muchos países y diversos foros, como por ejemplo la Unión de Estados Suramericanos (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), han manifestado abiertamente su oposición a la acción ejecutiva de Obama contra Venezuela.

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