Del 9 al 11 de abril se
realizo en Panamá La Cumbre de Las Américas, de jefes de estado; y la Cumbre
de los Pueblos. Esta última expresará la voz de los de abajo y contará con el
trovador Silvio Rodríguez en su inauguración.
Entre el 9 y el 11 de abril se realizo en Panamá dos cumbres importantes: la de las Américas,
que reunirá a gobiernos y jefes de Estado, y la de los Pueblos, a sindicatos y
movimientos sociales de nuestra América. Como sus nombres indican, la primera
recogerá las manifestaciones de buena voluntad de quienes gobiernan, si es que pueden
ponerse de acuerdo; la segunda, las demandas sociales, económicas, de derechos
humanos y democráticas de los pueblos del continente. La primera se realizará
en el Centro de Convenciones Atlapa; la segunda, en el Paraninfo de la
Universidad de Panamá. Dos cumbres, dos visiones distintas.
La intención de la Cumbre de los
Pueblos es recibir las demandas de los sectores populares, a través de sus
organizaciones sindicales, sociales, etc., y proponer soluciones. La idea
surgió porque en estos encuentros los jefes de Estado acostumbran a hacer
compromisos, con supuestos planes sociales y políticas “desarrollistas”, pero
que a la hora de la verdad no se cumplen.
Esto cambió un poquito con los
nuevos gobiernos “progresistas” de Latinoamérica, pero no mucho. Por lo
general, los jefes de Estado hacen compromisos con enfoque socioeconómico
neoliberal y una democracia acartonada. Los pueblos demandamos democracia
participativa y programas de desarrollo social con participación popular.
La Cumbre de los Pueblos es la
contraparte a la de los jefes de Estado, pues dice las cosas que muchas veces
se omiten en la otra. Muchos gobiernos –tal es el caso de Panamá– no cumplen
los compromisos adquiridos ante la Organización de Naciones Unidas en materia
de combate a la pobreza, llamados Objetivos del Milenio. Los gobiernos se
concentran en cifras macroeconómicas, bajo la creencia falsa de carácter
neoliberal de que si los negocios van bien, a la sociedad le va bien. La
prosperidad económica no se está expresando como disminución de las
desigualdades sociales.
A la Cumbre de los Pueblos ya han
confirmado y participan del comité organizador, las principales organizaciones
sindicales panameñas (Conusi, CNTP, FAT, el sindicato de la Coca Cola y otras).
Además, se espera que asista una numerosa delegación de pueblos originarios
(especialmente ngäbe buglés, que luchan contra el proyecto hidroeléctrico Barro
Blanco), organizaciones estudiantiles, sociales, ecologistas, etc.
También se contará con la
participación de representaciones sindicales de todo el continente, sobre todo,
de las afiliadas a la Federación Sindical Mundial; una enorme delegación del
pueblo boliviano que acompañará al presidente Evo Morales; importantes representantes
de Cuba, Venezuela, Centroamérica, México y Puerto Rico (que lucha por su
reconocimiento como Estado independiente).
El comité organizador de la
Cumbre de los Pueblos, desde el principio dejó claro que no pretende
obstaculizar el desarrollo de los foros oficiales de la Cumbre de las Américas.
Es más, sugerimos que las organizaciones que quisieran se inscribieran en esa,
sin que eso fuera ningún impedimento para participar de nuestro encuentro. Sin
embargo, sus criterios de admisión no son transparentes.
Al parecer, el Foro de la
Sociedad Civil, organizado oficialmente y auspiciado por la Cancillería
panameña, es instrumentalizado por la política exterior estadounidense. Una
comisión misteriosa se reserva el derecho de admisión, sin que estén claros los
criterios. Además, el embajador de Estados Unidos en Panamá anunció que traerán
una enorme delegación de más de mil personas, algo desproporcionado. Y se
comenta que esta cobijará a sectores de la oposición venezolana y cubana. Por
ese motivo nos atrevemos a advertir que estamos ante una segura manipulación de
los foros de la Cumbre de las Américas.
FUENTE: Olmedo Beluche
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