Luego
de 52 años, un presidente del Consejo de Ministros fue censurado. Ana Jara
perdió el cargo con 72 votos a favor. Aquí un análisis de lo ocurrido.
1.
La censura de ministros es una práctica democrática. Es parte de las reglas de
juego, no es lo deseable, pero está contemplada como salida a situaciones de
crisis extremas.
2.
El gobierno es el principal responsable de la salida de Ana Jara. Más que la
crisis en torno a la DINI - que en cualquier parte del mundo hubiera remecido,
como aquí, un gabinete - tenemos un cúmulo de errores políticos que se han
pagado anoche. ¿Cuáles? No tener un partido político fortalecido, quemar
puentes con la oposición, tener el tacto político de un elefante en una
cristalería, confinarse en Palacio y creer que toda crítica es parte de una
conspiración golpista. Y por supuesto, tolerar que la promoción del Presidente
de la República haga de la inteligencia lo que le da la gana. La soberbia paga
y la excesiva confianza también. Eso pesó a la hora de la votación.
3.
¿Ana Jara debió irse por el tema de la DINI? Como decíamos ayer, Óscar Valdés
tenía, a la luz de las evidencias presentadas, mil veces más responsabilidad
que Jara en este tema, dado que fue en su gestión que se incrementó el
presupuesto de dicha entidad, se hicieron seguimientos y aumentó el rastreo vía
Registros Públicos. Sin embargo, la congresista pagó los platos rotos de los
errores de sus antecesores. Y Jara se va censurada, cosa que al menos debió
ocurrir con, por ejemplo, Yehude Simon después del Baguazo.
4.
Ojo, también han existido otros mensajes con la censura por parte de algunas
bancadas, sobre todo de las minoritarias. La izquierda no solo ha votado a
favor por el tema DINI, sino también por la represión en las protestas contra
el proyecto Tía María y las decisiones en torno a Petroperú. Mientras que en
Solidaridad, según nos cuentan, el ánimo censurador venía por “el poco respaldo
que el oficialismo le daba a Lucho”. Veremos como juegan esas cartas de cara al
próximo gabinete.
5.
Las especulaciones estaban a la orden del día en torno al reemplazo de Jara.
Hay quienes señalaban que el gobierno buscaría seguir forzando la tensión con
el APRA y el fujimorismo y, en esa línea, podrían nombrar a alguien del perfil
de Pedro Cateriano. Otros señalaban que se optaría por conciliar, enunciando
los nombres de Beatriz Merino y Martín Vizcarra, exgobernador regional de
Moquegua.
6.
En caso el gobierno opte por seguir la línea de confrontación y, por tanto,
forzar la censura de un segundo gabinete para tener la posibilidad de convocar
a elecciones adelantadas del Congreso de la República, ¿a quién le convendría
ese escenario? Anotaciones de Fernando Tuesta, antes de la votación:
Es
obvio que los partidos que tienen bancadas pequeñas les conviene, como el Apra,
que pueden crecer con elecciones adelantadas. Tiene mucho que ganar, pues ahora
tan solo tienen cuatro parlamentarios. En cambio Gana Perú se reduciría ostensiblemente.
Pero para Fuerza Popular, que quiere censurar al gabinete, su ganancia sería
marginal. Hoy tiene 37 parlamentarios, podrían conseguir algo más, solo a costa
de tener una altísima votación, lo que no es nada seguro. Los partidos
intermedios (PP, SN, PPC, AP y otros), son los que correrían mayores riesgos,
pues tendrían que acelerar sus alianzas para el 2016, que por ahora solo son
amagos y cálculos.
Finalmente,
a los que les convendría la disolución del parlamento también podría ser a los
partidos inscritos, que no tienen representación en el Congreso, como Perú +,
partido Orden o Frente Amplio. Sin embargo, a los que no les conviene para
nada, es a la mayoría de los congresistas pues, dado el voto preferencial,
corren el riesgo de no ser elegidos o no considerados en las listas, como el
caso de parlamentarios que se han salido de sus partidos de origen. Estos son
solo algunos de los dilemas e la oposición. Pero cuidado, los congresistas no
solo actúan racionalmente. En muchos casos, irracionalmente.
Aclaramos.
Esas elecciones adelantadas para el Congreso serían solo para completar el
actual periodo. De allí tendríamos nuevamente comicios similares para el nuevo
periodo parlamentario. Calculen que las primeras se realizaran hacia
septiembre. Y en abril volveríamos a votar. Provecho.
7.
Humala no puede demorar mucho en la elección de nuevo presidente del Consejo de
Ministros. No solo por el plazo constitucional de 72 horas, sino también porque
hay varios problemas a la vuelta de la esquina (desastres naturales, economía)
que lo esperan. Damos por descontado, por cierto, que el Presidente de la
República ratificará al resto del equipo ministerial (o a la mayoría de sus
miembros).
8.
Si, fue una tremenda frescura ver al fujimorismo hablar de espionaje cuando un
espía cogobernó el país con su líder histórico y ambos convirtieron al SIN en
un aparato de poder y corrupción. Y ver a Jorge del Castillo tuitear sobre
espionaje con el tremendo techo de vidrio de BTR me hizo soltar una carcajada.
Eso sí, hay que reconocer que los ganadores de la noche tuvieron la decencia de
no aplaudir una vez culminada la votación. Como dijo Alberto Beingolea, no era
momento para celebraciones.
9.
¿La clase política peruana se animará a actuar en serio para reestructurar un
sistema de inteligencia que no cumple la real función para el que fue creado?
Una gran derrota para la democracia peruana es que ninguno de los tres
gobiernos de este siglo lo haya entendido.
10.
Finalmente, me quedo con esta sensación descrita por David Rivera, director de
Poder:
Para
los madrugadores. Ana Jara pagó pato por un tema sobre el cual debía y tiene
que responder Humala. Pero ella es la cara del régimen y alguien a quien la
oposición le convenía derrocar. Una lástima porque Jara venía trabajando con
transparencia y tratando de tender puentes para darle algo de estabilidad al
país. Pero más pesaron los anticuchos personales, los temores y la
confrontación. Porque claro, no es que anoche un grupo de chicos buenos
decidiesen que era hora de poner en su sitio al chico malo del barrio. No. Es
que las pandillas del barrio no iban a permitir que otro se atreviese a hacer
lo mismo que ellos hicieron con más astucia y sin que nadie censurara un
gabinete entero por todo lo que hicieron. Cinco décadas sin que se censura a un
gabinete. Digo, no hemos visto situaciones similares o peores en el pasado?
Hacemos el recuento? Ha sido una obra trágico cómica escuchar al Apra
(memorable lo de Mulder) y al fujimorismo indignarse por el rastreo de la DINI.
Joder, hay que ser bien sinvergüenza. Y lo peor de todo es que estos
sinvergüenzas, todos, son las principales opciones para el 2016. Se viene un
año duro. Está claro que a nadie le interesa la estabilidad del país. Y mucho
menos ceder a sus apetitos e intereses personales para tratar de construir una
alternativa decente para el 2016. Porque más allá de las posiciones ideológicas
que pueda tener cada uno, lo que el 2016 debería permitirnos es recuperar la
ética en el quehacer público. Desde mi punto de vista lo menos importante en
este momento es si esa opción viene de la izquierda o la derecha (mientras no
sea de cualquiera de los extremos). Necesitamos una opción que nos haga
recuperar la confianza en la política, en las instituciones, en quienes nos
gobiernan. Lamentablemente hasta el momento no se ve nada en el horizonte.
Habrá que ir prendiendo algunas velitas.
FUENTE:
José Alejandro Godoy
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