A
propósito de la multitudinaria Marcha por la Vida realizada el sábado, vuelvo a
una columna de Fernando Vivas escrita en El Comercio este miércoles: ¿por qué
el lobby conservador tiene más peso que el liberal en el Perú?
Vivas
apuesta por tres respuestas: a) Porque saben que el Perú es uno de los pocos
bastiones duros que le quedan en América Latina y, por tanto, apuestan por
concentrar fuerzas para contrarrestar cualquier política liberal; b) por la
importante cantidad de dinero que estos sectores - sobre todo evangélicos -
están poniendo en campañas políticas cada vez más caras (a cambio de contar con
representantes de sus consignas en el Congreso); y c) porque el sector liberal
aun no logra ver que, en estos temas, el Congreso de la República no se mueve
en sentido monolítico y, por tanto, requiere afinar una estrategia.
Añado
un tema más: populismo. El sector conservador sabe perfectamente que buena
parte de nuestro elenco parlamentario, a pesar de su poca capacidad de
reelección (tenemos la tasa más baja de América Latina), siempre va a jugar a
la carta de la popularidad e ir por donde la corriente va. De hecho, así de
explícita ha sido Diana Seminario, columnista de El Comercio (y cercana al Opus
Dei), al señalar hoy que “En períodos electorales, es muy común escuchar decir
a los candidatos –cuando los sondeos no les favorecen–, que la verdadera
encuesta es la de la calle. Entonces, sería bueno que le echen una mirada a la
multitud y a los números del sábado”.
Por
ello, conviene que el sector más liberal (tanto de izquierda, centro y derecha)
tenga en claro lo siguiente:
1.
Las iglesias son la red social real más amplia y con mayor capacidad de
convocatoria: Como indicó el año pasado Carlos Meléndez, es fácil contar con
amplia cantidad de personas en una movilización como la “Marcha por la Vida”
cuando se tiene colegios religiosos y parroquias en todo el país. No bastan las
redes sociales (que ayudan mucho para una convocatoria importante y para
impactar en líderes de opinión), sino que se requiere ir armando redes reales.
Los colectivos LGTB, al menos durante los últimos dos años, se han comenzado a
percatar de este tema y a comenzar a tejer alianzas que vayan más allá de un
like en Facebook.
2.
Saber que un importante sector de peruanos es conservador: Sea por convicción
pura y dura, por temores o por no quedar mal con la mayoría, hay una buena
parte de compatriotas que sigue adscrito a una visión de familia “bien
constituida” al menos en el discurso. Los políticos lo saben. Como dijo Rosa
María Palacios, una posible hipótesis sobre la ausencia de pronunciamiento de
Ollanta Humala y Nadine Heredia sobre la Unión Civil se debe a que piensan
utilizar en campaña el tema de la “familia nuclear” para contrarrestar a Alan
García. Es cierto, en un país más abierto con estos temas, esto sería
secundario, pero en el Perú no lo es. Por tanto, conviene saber que terreno se
está pisando y entender porque.
3.
Ir hacia los indecisos, sobre todo en sectores populares: Si bien conviene
seguir denunciando las pachotadas que profieren los líderes más conservadores
tanto dentro como fuera del Congreso, también conviene tener en cuenta que no
todo parlamentario o ciudadano en contra de la Unión Civil es el enemigo en
potencia. Una campaña que se acerque al sector que duda entre seguir una
tradición religiosa o adherirse a una causa liberal, sobre todo en los estratos
más populares, es el principal reto que tiene el sector que desea impulsar
agendas como las de la Unión Civil, el matrimonio igualitario, una legislación
contra los crímenes de odio, la posibilidad de la eutanasia o la
despenalización de algunos o todos los supuestos del aborto.
4.
Tener empatía: Sin duda, el gran defecto de los sectores conservadores es que
no se colocan en el lugar del otro. Hablan de la familia bien constituída, pero
no demuestran ni un gramo de química hacia personas homosexuales. Mientras que,
en el caso del aborto, la mujer que es violada y que no quiere tener al hijo
producto de tan execrable acto es vista como una pecadora peor que María
Magdalena. Incluso estos sectores tampoco impulsan una legislación que haga más
fácil la adopción. Este es un ángulo que el sector más liberal debería explotar
más.
5.
Impulsen congresistas propios, en varios partidos: Si lo hace el rival, ¿por
qué no ustedes? Es la forma más clara de comenzar a forjar coaliciones más
claras a favor de la agenda que buscan impulsar. Es lo que normalmente se hace
en Estados Unidos. Y ello implica recursos, tiempo y respaldo técnico a estos
parlamentarios.
En
varios países, estas coaliciones conservadoras han conseguido ser derrotadas o,
al menos, llegar a una situación de empate. Quienes apuestan por una agenda
liberal deben tener en cuenta que su camino no se agota en marchas o
movilizaciones, sino que requiere un trabajo de redes reales que acompañe sus
campañas virtuales. Y sobre todo, dirigidas a vencer el miedo que una
movilización como la del sábado puede generar en varios congresistas y
ciudadanos.
FUENTE:
José Alejandro Godoy (Foto: Exitosa Diario)
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