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sábado, 18 de abril de 2015

EL NUEVO CONCEPTO DE LA HONRADEZ DE ESTOS POLÍTICOS



El escenario político nacional se ha visto saturado de acciones ligadas a la corrupción, con escandalosos blindajes a los principales líderes políticos, impunidad, intercambio de insultos y canje de favores como sus principales atractivos.
Este desalentador panorama que presencian los frustrados electores, parece importarles poco a los partidos políticos tradicionales que no hacen nada por acabar con ese triste espectáculo, agravado por el hecho de tener a caudillos regionales convertidos en gobernantes presos por su irregular manejo de los fondos públicos, lo cual ha generado dudas en la otra opción válida para elegir a los gobernantes regionales y locales que en su momento apareció como una gran alternativa para el elector y ahora es la decepción que ha sellado nuestra desgracia nacional.

A pesar de hacerse urgente su voluntad de cambio, no asoma para nada esa convicción que debe mostrar la clase política en su labor al servicio de la democracia, necesaria en todo momento y en todos sus espacios, es decir, antes, durante y después de cada proceso para elegir a los gobernantes, y como partido de gobierno o de oposición. Por el contrario, su actitud complaciente ante la corrupción o su evidente complicidad, simplemente justifican la alta desaprobación a la clase política en general, especialmente a su representación parlamentaria.

Es necesario construir nuevos espacios de creación y formación de los líderes políticos que demanda la exigencia popular, especialmente en provincias, para que cada proceso electoral sea vivido como una verdadera fiesta democrática, con la presentación de propuestas con diferentes ideologías partidarias, pero encarnados en candidatos con credibilidad y con formación política, exponiendo y sustentando planes de gobiernos locales y regionales, que sean viables y articulados con otros de alcance nacional, con una visión país y con claros objetivos de integración e inclusión social.

La sociedad civil podría ser una gran aliada de la clase política en esa tarea. Los colegios profesionales, la Cámara de Comercio, las universidades y las diferentes organizaciones representativas, podrían organizar eventos dirigidos a nuestros jóvenes con participación de los mejores exponentes de cada tienda política, para que vayan generando en ellos su interés por la política, por la problemática regional y nacional, y para que vayan despertando al mismo tiempo sus dotes de liderazgo.

La clase política tradicional tendrá que quitarse la venda de los ojos y enfrentar la realidad que tiene enfrente si quiere recuperar la credibilidad del elector. La sociedad civil, sedienta de una verdadera democracia, que se puede garantizar con la presencia de sólidos partidos políticos, puede ser su aliada perfecta. Manos a la obra, urge una nueva hornada de líderes políticos.


FUENTE: Cesar Cordova Ponce

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