Sepa
más sobre materias primas, minería y comercio global de metales y minerales, y
cómo afecta a los pueblos y nos hace a todos responsables.
Materias
Primas
Para
fabricar un simple teléfono móvil, una computadora o una pantalla de
televisión, hacen falta entre 40 y 60 diferentes materias primas como el litio,
el tantalio, el cobalto y el antimonio, cada vez más difíciles de obtener por
escasas o inaccesibles. Metales como el oro y la plata son muy demandados no
sólo como símbolo de status, sino también para la alta tecnolgía y como
inversión segura en tiempos de crisis.
Producción,
comercio y acceso global
Las
materias primas se comercian globalmente. Los billones de toneladas de
minerales que se producen cada año superarán los 100 en 2030, es decir, un 75%
en 25 años (1). Casi todos los países del mundo llevan a cabo uno u otro modo
de explotación minera. El mercado de las materias primas está determinado por
la elevada demanda, la fluctuación de los precios generalmente al alza, la
escasez y el acaparamiento de algunos minerales por algunos países emergentes
(2).
Los
países del Sur albergan gran cantidad de recursos minerales y la actividad
minera bulle. Sin embargo, tanto los países desarrollados como los países en
desarrollo notan dificultades para acceder a algunos minerales. Dado el
crecimiento demográfico, la urbanización, la industrialización, y el impulso de
los países emergentes, se catapultan las actividades a gran escala de empresas
mineras industriales en países del Sur global.
Los
yacimientos geológicos de materias primas minerales son pues con algo muy
codiciado. 150 gigantes mineras transnacionales como Barrick Gold, Rio Tinto,
Goldcorp o BHP Billington acaparan la producción mineral a nivel mundial.
Instancias como la Unión Europea les apoyan con sus políticas de cada vez más
libre comercio.
Minería
y problemas socioambientales
No
sólo la mera extracción, sino también el transporte, la producción, el uso de
las materias primas y la eliminación de los residuos causan problemas. Muchos
recursos minerales se encuentran en zonas altamente biodiversas y habitadas por
comunidades. Ya desde las fases de perforación para localizar los filones, los
impactos son considerables. Las extensiones de suelo, tierra y roca remuevidas
modifican y desertifican la superficie terrestre.
Materiales
de menor valor como arena, grava, arcilla, se extraen en mayores cantidades
destruyendo montañas enteras, dejando menos residuos. Los minerales y metales
preciosos se obtienen en cantidades mucho menores, pero conllevan la remoción
de enormes cantidades de residuos y la utilización de metales pesados y tóxicos
como el cianuro (lixiviación) y el arsénico. Estos contaminan irreversiblemente
el agua potable. Seis gramos de oro y seis kilogramos de cobre por cada
tonelada de roca se obtienen en el proyecto Bajo la Alumbrera en Argentina.
Muchos mineros legales e ilegales utilizan como agente de fusión el mercurio
altamente tóxico. En Brasil, se reportaron niveles de mercurio un 30% por
encima de los estándares de la Organización Mundial de la Salud en trabajadores
de las minas.
Problema
global, resistencia global
Lo
cierto es que actualmente existen en todo el mundo miles de denuncias públicas
de pueblos afectados por proyectos mineros, que reivindican respeto a sus
derechos, su integridad, su tejido social y su soberanía sobre sus propios
recursos. Incluyen relatos y pruebas contundentes sobre contaminación de aguas
por vertido de tóxicos, contaminación de los suelo con materiales tóxicos, y
contaminación del aire por el polvo y la polución. También se reporta la
destrucción de ecosistemas importantes o sagrados como bosques, selvas, montes
y hasta páramos y desiertos. Muchas comunidades reportan que las consultas
públicas y la información sobre los proyectos son escasos y manipulados por
empresas y gobiernos para lograr la aceptación social en base a falsas
promesas. Son pues habituales las mentiras y engaños a quienes serán los afectados
por la actividad minera. Y por si todo esto fuera poco, el empleo en las minas
es pobre, peligroso y mal pago.
Existen
cientos procesos de resistencia popular a proyectos mineros en todo el mundo, y
un número elevado de estudios de casos particulares. Muchas redes,
observatorios y organizaciones de base y no gubernamentales trabajan para
defender los derechos de los pueblos y dar a conocer sus reivindicaciones. En
Latinoamérica existe la Red Mexicana de Afectados por la Mineria REMA, en
Ecuador la Coordinadora Nacional por la Vida y la Soberanía y la Red Colombiana
Frente a la Gran Minería Transnacional Reclame en Colombia. Otros numerosos
grupos trabajan también en la misma línea en Argentina, Perú, Brasil, El
Salvador o Guatemala. El Observatorio de Conflictos Mineros en América Latina
OCMAL monitorea muchos de los conflictos en torno a la minería en la región.
Todas
estas denuncias demuestran que normas y regulación actuales son insuficientes.
Ante las protestas populares, se suele dar por sentado que la industria
extractiva conoce y aplica medidas preventivas para reducir sus impactos
socioambientales, lo que no se corresponde -ni de lejos- con la realidad, ya
que a lo que apunta la industria es a generar beneficios e intanta ahorrar
gastos.
Salva
la Selva se ha unido en numerosas ocasiones a los grupos que resisten y
denuncian, para ayudar a difundir su caso, a protestar y a informar
globalmente. En nuestro archivo de acciones o con la ayuda de nuestro buscador
pueden encontrar muchos casos concretos y documentación relacionada. Más abajo
encuentras algunas noticias actuales sobre el tema.
¿Qué
más se puede hacer?
La
participación europea concreta en muchos de los proyectos mineros necesita ser
investigada más a fondo para poder exigir responsabilidades a las autoridades y
empresas europeas. Ya que las materias primas se comercian globalmente y que la
industria europea tiene una alta demanda de la mayoría de los metales y
minerales de acceso crítico, y eso ya significa un alto grado de responsabilidad.
Se
puede pedir una moratoria a la financiación pública europea de proyectos
mineros. En este sentido, existe como antecedente una Carta Abierta presentada
por 50 Miembros del Parlamento Europeo MEPs el 24 de mayo de 2011 ante la
Presidencia de la Comisión y el Parlamento Europeo.
Cada
año, millones de euros públicos de la UE fluyen a proyectos mineros bajo el
velo del desarrollo canalizados a través del European Investment Bank. Se puede
pedir al EIB que no financie proyectos mineros, ya que no tiene capacidad de
monitoreo adecuado y existe el riesgo de que la UE comprometa sus propios
valores en términos de derechos humanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario