Intervención de Bruno Rodríguez
Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores de la República de Cuba, ante la
Conferencia de Desarme. Ginebra, Suiza, el 3 de marzo del 2015.
FUENTE: Bruno Rodríguez Parrilla
Señor Presidente:
Hace 70 años, la Organización de
Naciones Unidas proclamó el propósito de preservar a las generaciones venideras
del flagelo de la guerra y de los sufrimientos indecibles que provoca. Para
ello, se propuso preservar la paz y la seguridad internacionales, y fomentar
entre las naciones las relaciones de amistad basadas en el respeto a los
principios de la igualdad soberana y la libre determinación de los pueblos.
Sin embargo, el gasto militar
global ascendió en el 2013 a la astronómica cifra de 1,75 millones de millones
de dólares; y la supervivencia de la humanidad se ve continuamente amenazada
por la existencia de más de 16 000 armas nucleares.
Los gastos exorbitantes que hoy
se hacen en armas, deberían destinarse a
fomentar la paz, el desarrollo económico y social y una vida digna para todos
los seres humanos.
Los temas del desarme, de los
cuales se ocupa esta importante Conferencia, revisten gran importancia y recaban
mayor atención.
El pasado 26 de septiembre se
conmemoró, por primera vez, el “Día Internacional sobre la Eliminación Total
de las Armas Nucleares”.
Cuba saluda el amplio respaldo
internacional a esa iniciativa, y reitera las palabras del líder histórico de
la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz, cuando dijo y cito:
“En una guerra nuclear el daño
colateral sería la vida de la humanidad… Cualquier gobierno del mundo está
obligado a respetar el derecho a la vida de cualquier nación… Los pueblos están
en el deber de exigir a los líderes políticos su derecho a vivir (…) nadie
puede darse el lujo de ser indiferente, ni se puede perder un minuto en exigir
el respeto a ese derecho; mañana sería demasiado tarde… Es hora ya de que el
mundo (…) adopte el camino hacia la paz”.
El desarme nuclear no puede
ser un objetivo continuamente pospuesto.
Condenamos la función de las armas nucleares dentro de las doctrinas, políticas
y estrategias de seguridad y la amenaza de su uso. Reclamamos asimismo el
respeto al derecho inalienable al uso pacífico de la energía nuclear.
En el primer periodo
extraordinario de sesiones de la Asamblea General de la ONU dedicado al
desarme, en 1978, los Estados miembros dieron a este foro el mandato de
negociar tratados multilaterales en esta materia. Esta Conferencia no ha
cumplido ese mandato respecto al desarme nuclear. Se ha incumplido también
el Artículo VI del Tratado de No
Proliferación de las Armas Nucleares (TNP), que establece claramente la
obligación de negociar de buena fe el desarme nuclear.
Se requieren acciones concretas
para alcanzar el mundo libre de armas nucleares al que aspiramos.
El Movimiento de Países No
Alineados presentó una propuesta, adoptada por la Asamblea General de la ONU,
mediante la que se pide iniciar con urgencia negociaciones en la Conferencia de
Desarme, para la pronta conclusión de una Convención abarcadora sobre las armas
nucleares, que prohíba la posesión, el desarrollo, la producción, la
adquisición, el ensayo, el almacenamiento, la transferencia, el empleo o la
amenaza del empleo de las armas nucleares y disponga su destrucción.
Urge que la Conferencia de
Desarme adopte un programa de trabajo amplio y balanceado que tome en cuenta
las prioridades reales en materia de desarme. Es importante que este foro no
ceda a la falta de voluntad política de unos pocos países.
Esta Conferencia de Desarme, si
cumpliera con su mandato, podría realizar una importante contribución para
romper el estatus quo y salir de la parálisis de la maquinaria de desarme que
solo beneficia a los poderosos.
La Conferencia de Desarme está
preparada para negociar varios temas simultáneamente, incluyendo un tratado
que elimine y prohíba las armas nucleares; uno que prohíba la carrera de
armamentos en el espacio ultraterrestre; otro que brinde garantías de seguridad
efectivas para los Estados que, como Cuba, no son poseedores de armas
nucleares; y un tratado que prohíba la producción de material fisionable para
la fabricación de armas nucleares u otros dispositivos explosivos nucleares, y
que abarque también las existencias.
Debe ser compromiso de todos los
miembros de la Conferencia contribuir al éxito de la Conferencia Internacional
de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre el Desarme Nuclear, que tendrá
lugar a más tardar en el 2018.
Señor Presidente:
En lo que constituye un hito
histórico, en la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y
Caribeños (CELAC), celebrada en La Habana en enero del 2014, la región de
América Latina y el Caribe se proclamó formalmente como Zona de Paz. En dicha
proclama, firmada por los Jefes de Estado y de Gobiernos, se enfatizó el firme
compromiso de los miembros de la CELAC con la promoción del desarme nuclear
como objetivo prioritario.
Esta Conferencia de Desarme
tiene la importante responsabilidad de actuar a la altura de las legítimas
expectativas de la comunidad internacional y contribuir de manera decisiva a
la paz y la seguridad internacionales, y a la supervivencia de la especie
humana, amenazada por enormes arsenales nucleares y por el cambio climático.
Es indispensable un nuevo orden
mundial basado en la paz, la solidaridad humana y la justicia social.
Muchas gracias.
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