La
Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer IARC dependiente de
la Organización Mundial de la Salud OMS, acaba de clasificar al herbicida
glifosato como probablemente carcinógeno para los seres humanos. El glifosato
es el ingrediente activo de producto comercial Roundup de Monsanto.
La
clasificación del glifosato como 'probablemente carcinógeno* en humanos' (Grupo
2A) se asignó tras una reunión en Lyon, Francia, de 17 expertos de 11 países
que evaluaron 5 plaguicidas organofosforados. Estos expertos asignan una
sustancia al Grupo 2A cuando hay “evidencia limitada de carcinogénesis en
humanos” y al existir “evidencias convincentes de que puede causar cáncer en
animales de laboratorio” como en este caso. Esta categoría también se utiliza
cuando existen datos contundentes acerca de cómo causa cáncer el agente. “El
glifosato también causó daño al ADN y a cromosomas de células humanas”, dice
IARC. Un estudio realizado a personas residentes en comunidades reporta
incremento de daños en cromosomas en marcadores en sangre después de que productos
a base de glifosato se hubieran dispersado en las cercanías”. Y adicionalmente
existen datos ecológicos que muestran la toxicidad del glifosato para
organismos acuáticos y anfibios.
Según
IARC, el glifosato es el herbicida que más se produce actualmente. Su uso más
extendido es el agrícola y se ha incrementado mucho con el aumento de cultivos
modificados genéticamente (transgénicos) para hacerlos resistentes precisamente
al glifosato. El glifosato también se utiliza en forestería y en aplicaciones urbanas
y domésticas. Se encuentra en el aire durante las pulverizaciones, en el agua y
en alimentos. La población en general está expuesta a esta sustancia
principalmente si reside cerca de las áreas en las que se aplica y si lo
utilizan en sus hogares.
La empresa
Monsanto comercializa el glifosato bajo el nombre Round Up desde hace dos
décadas. Las ventas no han dejado de aumentar. En 1985, la Agencia de
Protección Ambiental EPA de Estados Unidos encontró un riesgo de cáncer por la
utilización del glifosato, basándose en ensayos realizados en animales, pero
luego cambió de parecer, aprobando su uso como de “baja toxicidad” en 1990.
Detrás de esta cuestionada clasificación se ha presentido la fuerte influencia
de la industria. A pesar de que la clasificación de IARC puede ser vista por
ambientalistas convencidos como algo floja, una de las primeras consecuencias
será que ahora la EPA estará obligada a revisar su nefasta clasificación del
glifosato.
Desde
entonces, son numerosos los estudios independientes y testimonios de
comunidades y personas afectadas que han puesto cada vez más en evidencia los
efectos devastadores para los seres humanos. Por su parte, la empresa Monsanto
continúa en medio de una elevada polémica distribuyendo su producto
masivamente, a pesar de los numerosos escándalos y juicios en los que se ve
continuamente envuelta.
Sobre el
reciente comunicado de IARC, Guadalupe Rodríguez de Salva la Selva dice “Por
fin una agencia oficial de la ONU se hace eco del cuestionamiento que está en
la calle hace años. La contaminación ambiental del aire, los suelos y aguas,
que nos preocupa muchísimo está en el centro del debate sobre el uso masivo de
los herbicidas a base de glifosato. Pero también su presencia en la cadena
alimentaria, en el ADN humano, y su potencial como causante de cáncer nos
llevan una y otra vez a rechazar el uso de este herbicida, que se vende junto
con las criticadas semillas transgénicas (p.ej. de soja y maíz) resistentes al
mismo y cuyos únicos beneficios son los millones que proporciona a sus
fabricantes”.
* Según
la RAE, “Carcinógena” es una sustancia o agente que produce cáncer.
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