FUENTE: Danae Ayús Reyes
“Las mujeres constituyen un
verdadero ejército al servicio de la Revolución…La mujer es una Revolución
dentro de la Revolución… Cuando en un pueblo pelean los hombres y pueden pelear
las mujeres, estos pueblos son invencibles, y la mujer de este pueblo es
invencible” así calificó el líder histórico Fidel Castro Ruz a la mujer cubana,
el 23 de agosto de 1960 en el teatro de la CTC, al hablar en el acto de
constitución de la Federación de Mujeres Cubanas, que llega hoy a sus 55 años.
Desde los inicios de la
Revolución los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos
de la mujer fueron y son celosamente salvaguardados por el gobierno cubano. En
nuestro país decir mujer es decir, abnegación, esfuerzo, honestidad, valor y
capacidad de lucha, es amor, ternura, belleza y como dijo nuestro Apóstol es
flor para amar, es heroica, estrella para mirar y coraza para resistir.
Históricamente la mujer cubana ha
tenido un protagonismo indudable en el largo camino hacia la libertad con su
participación en diferentes momentos históricos de la Cuba colonial,
semicolonial y revolucionaria que han marcado la vida del pueblo cubano.
Mariana Grajales, la madre de los Maceo, fue un símbolo del valor y la
generosidad de la mujer cubana, aguerrida combatiente que inculcó en todos sus hijos
los ideales de independencia y lucha contra el dominio español a que era
sometida la isla de Cuba.
Melba Hernández y Haydée
Santamaría recogieron esa estirpe femenina y estuvieron en el hospital
provincial de Santiago de Cuba, tomado en el 26 de julio de 1953 por Abel
Santamaría, como parte de las acciones del asalto al Cuartel Moncada.
Vilma Espín Guillois, junto al
joven Frank País en la dirección de la clandestinidad, luego como alma del
Segundo Frente Oriental, que tomó el nombre de ese heroico revolucionario y
después en calidad de Presidenta de la FMC desde ese agosto de 1960, es
paradigma y guía de ese desvelo de la obra social construida también por la
mujer en más de 50 años.
Celia Sánchez Manduley, la
manzanillera heroína de la Sierra y el llano, cuya labor en la organización de
las tropas que se incorporaban al Ejército Rebelde fue decisiva, así como su
participación, al lado de Fidel en la dirección del movimiento 26 de julio y
más tarde en la organización de diversos programas tras el triunfo del 1 de
enero de 1959, le hicieron merecedora de una condecoración que le entregara el
pueblo, el de la flor más autóctona de la Revolución.
No alcanzaría este espacio ni
ningún otro para listar los nombres y las hazañas de las mujeres de esta tierra
caribeña. Como ellas, María Antonia Figueroa, y Asela de los Santos, ganaron un
lugar en la historia patria, igual que la bella historia de Amalia Simoni, la
camagüeyana dueña del corazón y el amor del Mayor Ignacio Agramonte en la
primera etapa de las luchas independentistas.
En ese temprano agosto
revolucionario de 1960, ellas se ciñeron al principio más importante en la
lucha por la total liberación de cualquier yugo, el de la unidad. Fue la razón
por la cual aquel día convocaron a todas las fuerzas y organizaciones
femeninas, para juntas caminar el sendero que borraría por siempre toda forma
de discriminación de la mujer, como justa respuesta a los anhelos de justicia
social y dignidad humana.
Reclamó un espacio, no solo para
ser tenida en cuenta, sino para participar. Aquella apelación es hoy justamente
la obra de su reivindicación, expresada en su presencia en el mundo laboral,
educacional, científico, económico, político y social. La organización femenina
llega a su 55 cumpleaños en nítida comunicación con su historia y sus heroínas.
Bastaría solo con citar que son 10 las presidentas de las asambleas
provinciales del Poder Popular o que el 66 % de la fuerza técnica en el país es
mujer para saber que ellas siguen, parafraseando al poeta, bajo la pupila
insomne de Vilma, Celia, Melba, Haydée.
Solo la Revolución podía
devolverle a la Patria su tesoro más preciado, porque así nos lo dejó dicho
Martí cuando nos las mostró de esta manera: “Toda la patria está en la mujer:
si ella falla morimos: si ella nos es leal, somos.”
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