"LA MARCHA DEL 27 DEBE SER CONTRA LOS
AUSPICIADORES" (PERÚ 21)
Entrevista a León Trahtemberg en Peru 21,
Sábado 21 de febrero del 2015
“En
los medios de comunicación se deben respetar las normas de horario de
protección al menor y debe haber una mayor conciencia colectiva de las empresas
que ponen auspicios”. (agrego como subtítulo: La violencia no es monopolio de
algún programa de TV. Está en todas partes fuera y dentro de la TV,
principalmente en los noticieros que se pasan todo el día por todos los
canales, más aún cuando con sus titulares y contenidos no respetan el horario
de protección a los menores)
El
próximo 27 de febrero, desde las 5 p.m., una gran cantidad de familias marchará
desde el Campo de Marte hasta los locales de los canales de televisión contra
lo que llaman “programas de TV basura”. León Trahtemberg, reconocido educador,
cree que la movilización debe estar dirigida a las empresas que pagan por la
publicidad de estos espacios.
¿La
misión de la televisión es educar y entretener, o solo entretener?
Normalmente
los medios son fuentes de información y de entretenimiento. En el sentido más
extendido de la palabra educar, todo el mundo educa: el chofer del
Metropolitano, el policía, el político… Es decir, los medios, más allá de su
tarea de informar y entretener, educan en la medida que presentan modelos de
vida, conductas, pero los medios son uno más de los actores sociales que tienen
un impacto educativo en la gente.
Es
decir, sí tiene una responsabilidad educativa con la población…
La
función de la televisión no es educar. La educación es un subproducto del
medio; es como el fútbol: no ha sido inventado para educar, pero ver a las
barras bravas, su comportamiento, tiene un impacto educativo.
Pero,
digamos, la TV, por ser un medio masivo de información, ¿debe regular sus
contenidos?
La
televisión es un medio que informa masivamente, pero yo no sería partidario de
hacer un monopolio de cuestionamientos a la televisión porque, como le digo,
las situaciones de la vida cotidiana que tienen un impacto educativo en la
gente son múltiples. Por ejemplo, el hecho de que uno se pare en una esquina y
vea que los carros no hacen caso a las luces del semáforo, eso tiene un impacto
educativo trascendente, al igual que cuando la gente bota papel en el piso.
Inclusive, desde mi punto de vista, más impacto tiene cómo se comportan las
pandillas.
Pero
la morbosidad que, según los promotores de la marcha, se exhibe en los
realitys, por ejemplo, ¿en qué medida afecta a la población juvenil?
Quizás
hay que hacer también una marcha contra los noticieros. Si usted analiza los
primeros cinco minutos de los noticieros, verá sangre, crimen, violencia,
tragedia, gente llorando porque alguien se murió o le pegaron… Habría que hacer
una marcha contra los noticieros porque hacen una presentación mucho más
violenta de la realidad. Un programa u otro no es el paradigma de la violencia.
Si usted analiza la cantidad de horas al día que hay noticiero, con toda la
violencia que muestra, estos resultan más perjudiciales que los realitys.
Entonces,
¿en dónde está el problema?, ¿en la familia?
El
Perú es un país violento; hay un contexto en el que la violencia estructural no
se ha resuelto. Hoy en día, el común de los peruanos, si quiere cruzar la
ciudad caminando, la probabilidad de que llegue a su casa sin que le hayan
robado, golpeado o algo es cada vez menor. El contexto de la falta de
regulación social que vivimos en el Perú nos dice que hay una Policía impotente
y un Poder Judicial que no hace nada…
Pero
que se vaya a producir una marcha contra los “programas de TV basura”, ¿le
parece bien?
En
general, a mí me gusta que la gente salga a marchar cuando quiere defender una
posición de manera pacífica. Me parece bien, pero me gustaría que haya marchas
también de padres de familia por una educación de calidad, marchas cívicas que
defiendan ciertos valores… Si ahora hay un grupo de gente que quiere expresarse
y hacer notar su malestar, está bien. Salir a marchar es un gesto cívico
enorme.
*Los
productores y personajes que trabajan en estos programas de televisión
cuestionados dicen que la gente tiene la potestad de cambiar de canal si no
quiere ver un determinado espacio televisivo… *
Bueno,
esa es una manera manipulativa de plantear las cosas porque, si bien es cierto
que uno puede cambiar de canal, es como ofrecer a un chico un montón de
caramelos y luego decirle que tiene la opción de no consumirlos. Lo que están
haciendo es una provocación que está pensada para mover los sentimientos más
primarios de la gente, pero volvemos a lo que le dije antes: exactamente lo
mismo hacen los noticieros cuando muestran desgracia y muerte.
Y
ahí entra la publicidad…
Los
publicistas buscan seducir a la gente para que consuma lo que quieren. La gente
puede ver o no su trabajo, pero ellos se dedican justamente para que la gente
esté obligada a verlo.
¿Cree
que la marcha logrará remover estos programas de la agenda de los canales?
Bueno,
cuando hubo la crítica al programa de la Paisana Jacinta, el canal dijo que el
que quiere lo ve y el que no quiere no. Es decir, al final ese argumento, que
si bien es cierto es válido, no reconoce que hay una manera de presentar las
cosas que las hace atractivas para que la gente quiera verlas.
Entonces,
¿debe haber una revolución cultural para que no se emitan estos programas?
Lo
que debe haber es una regulación del mundo adulto y de las instituciones. En
los medios de comunicación se deben respetar las normas del horario de
protección a los menores de manera fiel, cosa que no se está haciendo, no solo
por los realitys sino por los noticieros. Por otro lado, debe haber una mayor
conciencia colectiva en el mundo de las empresas que ponen auspicios.
¿La
marcha, entonces, no debe ser hacia los canales sino hacia los auspiciadores?
Por
supuesto, porque quienes financian y mantienen vivos a los programas son los
anunciadores, y ellos, a su vez, anuncian las cosas en función de los expertos
de márketing que les dicen cómo anunciar y en dónde hacerlo. Entonces, habría
que censurar también a los publicistas que diseñan los productos que compra la
gente. Al final, la red responsable de que esos programas existan no se limita
solo a la buena o mala voluntad de un canal de televisión, sino que es toda una
red económica–comercial que tiene una serie de valores e intereses que están
presentes cuando un canal emite un programa.
AUTOFICHA
■
“Soy magíster
en Educación por la Universidad Hebrea de Jerusalén y recibí
las Palmas Magisteriales en grado de Amauta por el Ministerio de Educación del Perú en el 2001, además de otros
premios”.
■
“El miércoles
25 de febrero seré ponente en la
conferencia ‘Tendencias en la gestión educativa exitosa para estos tiempos’, una charla a realizarse en la Universidad
Autónoma”.
■
“En este problema de los programas de
televisión, el ministro de Educación no puede hacer nada. Aquí el tema es tan
complejo que termina recayendo solamente en el juicio ético del dueño del
canal”.
FUENTE: Ricardo Monzón Kcomt
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