En la
madrugada del domingo pasado, ocurrió un incidente en el grifo Repsol, ubicado
en el cruce de Reducto con 28 de julio, en Miraflores. ¿Qué paso? Un muchacho,
en estado de embriaguez, golpeó a un efectivo policial. Según Perú 21, el joven
habría intentado comprar cigarros a las cinco de la mañana. La vendedora del
local, al verlo en estado etílico (y bastante joven también), se negó a
venderle el producto y llamó a la policía.
Hasta
aquí una pausa. Todas aquellas personas que, alguna vez, hemos intentado
comprar licor y/o tabaco en algún grifo después de las dos de la mañana,
sabemos que la gente que atiende se va a negar a hacerlo. Esto es normal, esto
es común, esto sucede en muchos distritos “pudientes y no pudientes”. A menos
que tengas un vecino que venda alcohol de manera no-muy-legal-que-digamos
(tranquilo señor Pinguino, no me refiero a usted) después del último sorbo de
ron, la fiesta se termina.
Pero,
¿Qué paso con el muchachito del grifo de Miraflores? ¿Entendió que existen
límites en los horarios de venta de estos productos? ¿Logró comportarse
adecuadamente en una sociedad que cada vez se descascara por la falta de
sentido común? Para nada. Al ser “invitado a retirarse”, le propinó dos golpes
en la cara al efectivo policial. Esto hizo que otros policías intervengan en el
acto y el individuo sea reducido.
El
efectivo policial habló con la prensa y dio declaraciones bastante
interesantes. Al parecer, el jovencito amenazaba con que su mamá iba a llegar
con su staff de abogados (?) y que, bueno, no va a pasar nada. ¿Quién era la
madre de este valiente joven? La congresista Cenaida Uribe. Sí, la congresista
que llamó “cuadriculada babosa” a una suboficial de tercera en el 2009, la
congresista que amenazó y amedrentó al director del colegio Alfonso Ugarte por
no poner los banners publicitarios de su empresa favorita, la congresista que
no ha dicho nada respecto a este bochornoso y lamentable incidente.
Mucha
gente ha mostrado su indignación por este caso; a nadie le gusta ver cómo un
matoncito prepotente golpea y amenaza con llamar a su mamá congresista a un
policía. Cualquier ciudadano de a pie sabe en los problemas que podría meterse
al lanzarse cobardemente (ya que fue por la espalda) sobre un efectivo
policial. ¿Se imaginan lo que hubiera pasado si el pequeño Mohamed Alí de
Divercity hubiese hecho lo mismo en Estados Unidos? Yo sí, probablemente ya
estaría arrestado o muerto.
Pero esto
no sucede en Perú, pues, aquí todo es chévere. ¡¿Ah no lo crees?! El hijo de la
congresista ya fue liberado por la fiscalía. ¿No te digo? No pasa nada,
hermanito. En lugar de ser procesado como lo sería cualquier ciudadano sin
contáctos en el congreso, el muchacho ya está en su casa. Posiblemente esté
jugando playstation y contándole a sus amigos por Whatsapp cómo vivió esta
increíble experiencia que ahora, lo ha vuelto todo un chico malo, hasta James
Dean se intimidaría con su presencia.
Ya que la
congresista no dice nada, ya que el tema ha quedado como un simple chonguito
que no merece llamar la atención, lo tendré que hacer yo. A nombre de toda mi
generación pulpiniana, pido disculpas en nombre del hijo de la congresista. No
fue su intención, no fue su culpa, así lo criaron. Seguramente la única medida
de prevención que se le haya inculcado a esta joven promesa haya sido la de
llamar a su mamá ante cualquier problema. ¿No te dejan entrar a tu fiesta mi
amor?, me llamas. ¿El policía te detuvo?, me llamas. ¿Le pegaste a tu mujer
estando borracho?, me llamas. ¿Mataste a tu esposa a golpes y no sabes qué
hacer con el cadáver?, me llamas. Todo se resuelve con una llamada.
No todos
somos así, existen jóvenes responsables y dedicados a buenas acciones en
nuestra sociedad. Sería injusto meter a todos en el mismo saco. Conozco
muchachos que, a cambio de nada, son voluntarios animalistas y se dedican al
rescate de animales callejeros. Conozco a un grupo de estudiantes que, sin el
apoyo de nadie, juntan ropa durante todo el año para regalársela a los que
menos tienen en navidad. En serio, por inverosímil que suene, aún hay gente que
se dedica a hacer el bien. Imagínense lo que lograrían si tuvieran contactos en
el gobierno.
FUENTE: El
Diario de Curwen
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