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martes, 1 de septiembre de 2015

SOBRE LA NECESIDAD DE FORTALECER LA UNIDAD DE INTELIGENCIA FINANCIERA PARA CHAPAR A LOS CHOROS DE SACO Y CORBATA



Muchos ciudadanos deben estar preguntándose hoy cómo se pudo conocer que Nadine Heredia y su amiga Rocío Calderón estaban usando la misma tarjeta de crédito para hacer compras de artículos suntuosos dentro y fuera del país. Pues bien, esas operaciones, que se hicieron en secreto absoluto, fueron detectadas y desveladas a la luz pública por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF).

La UIF fue creada en abril del 2002 como una unidad especializada de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP, que opera con total autonomía técnica y funcional, y cuya misión expresa es detectar movimientos bancarios extraños que podrían configurar los delitos de lavado de activos y/o financiamiento de actividades terroristas.

Por ley, los bancos y otras empresas financieras están obligadas a reportar a la UIF todas las operaciones bancarias que podrían ocultar los delitos señalados. En el caso de la primera dama y su amiga, el Banco de Crédito se vio obligado por la ley a reportar a la UIF que la señora Heredia estaba haciendo compras frecuentes y por montos importantes con la tarjeta de crédito de la señora Calderón.

Según las leyes que regulan el accionar de la UIF, ésta debe intervenir cuando alguien hace consumos rutinarios como tarjetahabiente adicional de otra persona porque podría implicar el interés de ocultarse de la vista del banco y de presentar a una tercera persona como propietaria del dinero que le pertenece en realidad a la “adicional”.

Por cierto, la UIF hace su labor de manera rigurosa. El reporte que reciben del banco sobre los movimientos financieros sospechosos es ingresado a una base de datos, después un analista estudia toda la información y emite un informe que luego es revisado por un comité. El analista debe sustentar su informe ante el comité y si, finalmente, se corrobora que hay indicios de posible delito, el reporte es derivado al Ministerio Público con la recomendación de abrir una investigación penal del caso. Este fue el trámite que siguió el reporte de la UIF sobre Nadine Heredia y Rocío Calderón.

La UIF podría profundizar más las investigaciones que hacen sus analistas, que son técnicos altamente especializados, pero no pueden ir más lejos porque no está facultada para levantar el secreto bancario, ni el tributario, de los sospechosos. Por ejemplo, al enterarse que Heredia estaba usando regularmente una tarjeta de crédito a nombre de Calderón, la UIF tuvo que limitar sus pesquisas solo a un banco, cuando sin poder pedir información sobre ambas personas a todas las entidades del sistema financiero.

La Superintendencia de Banca ha intentado llenar este vacío legal presentado una iniciativa legislativa -la ley la faculta- que está encarpetada en el Congreso de la República desde hace seis años. Cuando se presentó dicho proyecto, el 2009, el Congreso no llegó a incluirlo en su agenda. Tres años después, el 2012, el actual presidente del Congreso, Luis Iberico, presentó un nuevo proyecto de ley muy similar que después fue archivado por la Comisión de Constitución.

Posteriormente, la congresista Carmen Omonte presentó un tercer proyecto similar para empoderar a la UIF, pero el nacionalista Josué Gutiérrez se opuso a la iniciativa y logró que sea derivada a la Comisión de Constitución, donde quedó encarpetado.

Finalmente, se sabe que, ante el cierrapuertas del Congreso, hace siete se gestionó que la norma para fortalecer el trabajo de la UIF sea aprobada por el Ejecutivo directamente, pero el Consejo de Ministros anterior también la encarpetó. ¿Hay una consigna política de bloquear el trabajo de la UIF porque ésta reportó el caso Heredia-Calderón?


FUENTE:  Alberto Orellana Kontoguris

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