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martes, 1 de septiembre de 2015

SON TIEMPOS DE CAMPAÑA ELECTORAL 2016 EN EL PERÚ



Una lectura política de la última encuesta de la empresa GFK

Me solicitan que, desde mi punto de vista, plantee mis comentarios respecto a la última encuesta que GFK publicara en La República el último domingo, en relación a la posición que en la actualidad ocupan los precandidatos presidenciales. Como saben, son precandidatos pues aún no ha habido elecciones internas, en ningún partido, y por tanto la presencia de alguno de ellos, en el grupo de aspirantes al sillón presidencial, se puede modificar. Trataré de ser lo más objetivo posible, cuestión que tiene cierto grado de dificultad al tener posición política, sin embargo trataré de evitar que esta se inmiscuya en la reflexión solicitada.

Considero que el orden es un reflejo y consecuencia de lo que viene sucediendo y que ya, de manera directa, afecta o beneficia a los aspirantes al sillón de Pizarro. En el caso de Keiko Fujimori es obvio que está haciendo el mínimo esfuerzo, es decir no desea levantar más en la intención de voto. Su campaña es poco mediática y más orientada a llegar directamente a los ciudadanos. Esto, aunado a que los últimos escándalos no la alcanzan, le otorga el primer lugar que muestra con tranquilidad. Las definiciones se tendrán que ver en poco tiempo, sobre todo en relación a equipos de trabajo y acompañantes. Parece que el próximo CADE será el lugar de presentación en sociedad.
El segundo lugar lo tiene Pedro Pablo Kuzcynski, con un 13% que, si bien más que duplica al tercer lugar, puede llegar a ser preocupante y apuntar a un estancamiento, a pesar de haber hecho llamativos “fichajes” y haber presentado un solvente equipo económico. Como se sabe, lo que interesa a la población es lo político y, parece que, según señaló en su columna Mirko Lauer, sus recientes incorporaciones políticas aún no dan fuego. Es evidente. Han habido ataques de diversos sectores contra PPK y la respuesta política es nula. Esa situación tiene que cambiar en los próximos días pues se podría afectar aún más la intención de voto del buen PPK. Las próximas encuestas nos dirán si los “jales” detuvieron el avance de PPK, lo hicieron retroceder o lo impulsaron. Y en base a ello se tendrá que recomponer la estrategia.

Luego viene, con 6%, el expresidente Alan García. Es obvio que ha sido afectado de manera muy dura por los narcoindultos y la secuela de escándalos de personajes ligados al APRA como Oropeza, Rómulo León, robos en programas sociales, la Megacomisión, etcétera. Si bien es innegable la capacidad de reacción de Alan García la seguidilla de acusaciones siempre mella la popularidad y, por extensión, la intención de voto. Sin embargo hay tiempo, más que suficiente, para revertir la figura o, si no se hace nada, deteriorarla. Todo dependerá de la forma como se presenten las propuestas de campaña y, sobre todo, se muestre un entorno que sea coherente con la imagen de cambio que se pregona.

Luego vienen, más distanciados, Alejandro Toledo  y Daniel Urresti, con 4 y 3% respectivamente. Los dos están en franca campaña desde hace buen tiempo, pero no logran remontar sus pequeños índices pues ambos están inmersos en procesos judiciales que, ante los ojos de la ciudadanía, son cuestionables.

No soy partícipe de señalar la trillada frase “nada está dicho”. A siete meses de las elecciones el tiempo cuenta y lo que se haga también. No es difícil remontar un marcador adverso, así como tampoco es fácil descender y volver a subir. Con esto quiero decir que una cosa es estar en 5% por estrategia y otra como consecuencia de escándalos y acusaciones. Las estrategias de campaña tienen que tomar en cuenta que hoy, a diferencia de elecciones pasadas, los entornos cuentan más que nunca.


FUENTE: Juan Sheput

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