Los
parecidos entre la famosa serie de TB y la política peruana
Sabrosona
la semanita. El Niño se nos queda para rato, pero “Niño Godzilla” dicen los
científicos, se queda, por lo visto, hasta ver quién sale presidente. Entre
tanto, las encuestas castigan a todos, bajando sendos puntos. Según el divino
Torres, se debe al efecto Lava Jato. No sé qué decir, por lo menos dos
candidatos —Keiko y Urresti— no tendrían nada que ver porque no gobernaban.
Pero el divino Torres lo dice y al diablo la lógica. Como disciplina en el
peruano mundo importa tan poco que la han dejado de enseñar en la media o
secundaria. Por eso nos va tan bien en las pruebas Pisa y en las elecciones.
También se dejó de enseñar el uso de comillas. Ese tema, un cardenal sin
comillas, resulta un temazo. Pensar que su eminencia proviene de una iglesia
que fue la que inventó en monasterios medievales la industria de los pergaminos
sagrados, los íncipits para arrancar, las mayúsculas y las minúsculas. Y de
paso, las comillas para separar el “texto sagrado” del comentario. ¿Y eso se le
olvida a un cardenal? ¡Dios mío! Y yo
que pensaba que la anomia había llegado a Palacio pero no también al
Palacio Arzobispal de Lima.
Sobre la
ausencia de comillas, regresaré. Otro tema importante: José Matos Mar en la
vida intelectual peruana y los ninguneos que sufriera. Hay en este mismo portal
una entrevista a Jorge Nieto sobre el tema, brillante y muy clara. Le dedicaré
una nota entera.
No sé qué
pasará con el cambio climático ni ‘How to Change the World’ (‘Cómo cambiar el
mundo’), el último libro que escribiera Eric Hobsbawm cuando se fue, luego de
decir: “con la crisis del 2008 ahora también sabemos que el capitalismo no es
tampoco la respuesta”. Mi mirada es más de cercanía, y sin duda aldeana, bajo
neblinas limeñas. Me limito a decir que 2016 habrá, pero temo el 2021, puede
que no lo haya. Solo veo incertidumbre para los años venideros.
Dije hace
meses que iba a seguir campañas y bochinches electoreros y a la vez, Game of
Thrones. Dicen que es la serie más cara de la televisión. La de aquí, la más
barata. A la serie la caracteriza la crueldad. A la peruana, también, pero más
solapa, los asesinatos no son a sangre y fuego sino a punta de intriga para
deshacerse del rival, comisión del legislativo y periodicazo. Allá, la nieve y
el frío matan, acá la sospecha. Y la lectoría se lo traga todo. Se parece mucho
la serie a la precampaña, hasta hay matrimonios forzados, por ejemplo PPK se
está casando con lo que sea con tal de pasar a segunda vuelta. Por la falta de
escrúpulos, la serie ha sido muy criticada. Aquí no, cuánto más jodan a uno y
al otro, más aplausos.
A lo que
voy, el más intenso parecido es que en la serie sacan a personajes
carismáticos. Por ejemplo a Jon Nieve, lo han matado en un episodio final.
Parece que lo van a resucitar. Ahora bien, la revista Caretas ha salido esta
semana con una portada de Alan García (la cabeza) con el cuerpo y las patas
cortas de Tyrion Lannister. Un acierto. El personaje de Tyrion es enano pero es
inteligente, mujeriego, refinado, se escapa de muchas muertes y finalmente la
gente lo quiere en la historia. Yo creo que el actual Caretas ha heredado el
talento de Enrique Zileri. Porque García es probable que logre pasar, como en
otras ocasiones, a la segunda vuelta. Puede que no ocurra, eso también lo sé.
Cada elección es distinta a las anteriores. Pero puede que sí. Y entonces,
acaso Caretas hará solapas largas, a medida que al enano Tyrion se le vea
crecer los miembros inferiores tanto como crezca en las encuestas. Dobles y
triples portadas. Quién viva verá.
FUENTE: Hugo Neira
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