El
presidente y el vicepresidente participan en "tomas simbólicas" de
instalaciones petrolíferas.
Desde los
predios del pozo San Alberto, en Carapari de Tarija, el presidente de Bolivia,
Evo Morales, anunció ayer la nacionalización de los hidrocarburos y ordenó a
las Fuerzas Armadas el control y vigilancia de al menos 56 estaciones
levantadas por empresas petroleras extranjeras, entre ellas la española Repsol
y la brasileña Petrobras. El presidente sorprendió a sus compatriotas en estas
fiestas del Primero de Mayo, en la que todos esperaban el anuncio de un
incremento salarial. En cambio, lo que anunció, apenas un día después de
regresar de La Habana, fue la nacionalización de los hidrocarburos.
"Es
el mejor regalo que se puede dar a los trabajadores en su día", dijo en
San Alberto, tras ordenar la "toma de todos los campos petrolíferos en
todo el país". La situación era anoche confusa. En algunos lugares, los soldados
simplemente se acercaron a las estaciones e izaron la bandera boliviana. En
otros, llegaron junto a centenares de personas y un representante del Gobierno,
que comunicó las obligaciones derivadas del nuevo decreto.
El propio
presidente participó en la "toma simbólica" de dos refinerías: en
Carrasco y Entre Ríos, en su feudo del Chapare, al centro de Bolivia. Morales
llamó a los ciudadanos a "movilizarse ante cualquier intento de sabotaje
de parte de las petroleras" y convocó a los expertos bolivianos a sumarse
a la nacionalización, trabajando por ella "con lealtad a la patria".
También
el vicepresidente, Álvaro García Linera, recorrió varias estaciones de La Paz
junto a activistas -y en ocasiones, militares- y colocaron carteles similares a
los que se iban dejando en campos de todo el país: "Nacionalizado.
Propiedad de YPFB [siglas de la compañía estatal boliviana]". Unas 74
estaciones fueron "intervenidas simbólicamente" en La Paz, aunque el
servicio no se interrumpió en ningún momento.
El decreto
dispone que estos recursos "vuelvan a manos de la nación y beneficien al
país" en la tercera nacionalización de las riquezas, después de que en
1937 se nacionalizara (por primera vez en Latinoamérica), la empresa Standart
Oil, y en 1969, la Gulf Oil, ambas norteamericanas. Ahora, las empresas
petroleras tienen un plazo de 180 días para adecuarse a la nueva situación
legal. De lo contrario, según Morales, las empresas pueden abandonar el país.
El
Estado, a través de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB),
asumirá toda la responsabilidad en el control desde la explotación, la
producción y la comercialización de los hidrocarburos, al traspasarse el 51% de
las acciones en lo que respecta a las empresas capitalizadas. Las empresas
petroleras recibirán el 18% de las utilidades, una vez que el restante 82%
quedará en manos del Estado boliviano, lo que permitirá, en principio, generar
ingresos para el Estado de casi 250 millones de euros adicionales para 2007.
"Ésta
es en realidad una medida confiscatoria, dada la ocupación física y militar de
los predios e instalaciones de las empresas petroleras", dijo el analista
Raúl Prada en declaraciones al canal estatal y destacó que la disposición
tendrá una serie de complejas reacciones en los próximos días. Las empresas
petroleras no han querido señalar nada mientras no tengan un mayor conocimiento
del decreto. Se espera que se conozca hoy su posición al respecto.
Incidencia
en la economía
En La
Paz, algunos empresarios expresaron su preocupación por la reacción
internacional ante la medida de la nacionalización de los hidrocarburos y su
incidencia en la economía boliviana. Varias fuentes diplomáticas consultadas
por la agencia Efe comentaron que el "decreto supremo" va más allá de
lo que preveían y que a las petroleras extranjeras no les quedará más remedio
que recurrir a arbitrajes internacionales o abandonar Bolivia.
Morales
exhortó a los bolivianos a movilizarse frente a "cualquier intento de
sabotaje de algunas empresas". "Pedimos a las empresas petroleras que
respeten la dignidad de los bolivianos, que respeten esta decisión del pueblo
boliviano. Si no respetan, nos haremos respetar a la fuerza, porque se trata de
respetar los intereses de un país", advirtió Morales. Bolivia posee
reservas de 48,7 billones de pies cúbicos de gas, los segundos en importancia
de América después de los de Venezuela.
FUENTE:
El País
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