KEIKO FUJIMORI HIGUCHI (FUERZA POPULAR)
(para su análisis y
difusión en redes sociales)
Limeña,
administradora de empresas, 40 años. Los cargos públicos que ha desempeñado son
dos, de primera dama durante el gobierno
de su padre (19922000) y congresista.
Actualmente la mayoría de analistas señalan que pasa con facilidad a la segunda
vuelta.
A FAVOR: tiene la
primera intención de voto, de aproximadamente un 33% del electorado. De allí alrededor del 20% es un “electorado
cautivo” que tiene una evaluación positiva de lo que fue el gobierno de su
padre, Alberto Fujimori, en la década del 90. Este sector valora las obras realizadas durante dicho gobierno,
así como su cercanía a la población. También el hecho de que pusiera fin tanto
a la hiperinflación que dejó García en su primer gobierno, como al terrorismo.
Este 20% está convencido que la corrupción y las violaciones a los derechos
humanos que se dieron en los noventas son exclusiva responsabilidad de
Montesinos y que Fujimori es un perseguido político.
El otro
13% de respaldo se lo ha ido ganando a pulso desde el 2011, pues desde entonces
ha estado recorriendo el interior del país. Esta labor le permitió en las elecciones regionales del
año pasado ser el partido nacional con mejor performance, pues gracias a
alianzas con movimientos regionales obtuvo el triunfo en tres regiones: San
Martín, Ica y Pasco. También le ha dado buen resultado mantenerse un poco al
margen de la confrontación entre oposición y gobierno durante el gobierno de
Humala.
Keiko
Fujimori goza de la simpatía de importantes sectores empresariales que
consideran a su padre el arquitecto del ciclo de crecimiento económico que hemos
tenido entre el 2001 y el 2013, pues puso las bases del mismo. Y la cobertura
que le da el grupo El Comercio (ese que el sociólogo Sinesio López ha bautizado
como “El Partido de la Gran Concentración”) le es absolutamente favorable.
Por otro
lado, gracias al saqueo de las arcas fiscales cuando el fujimorismo nos gobernó, cuenta con muchísimo dinero.
Francisco Durand nos habla de que el fujimorismo se dedicó a saquear
sistemáticamente a la nación durante los noventa, convirtiéndose en una
“cleptocracia, un gobierno en manos de círculos de poder organizados como
mafias para generar rentas e ingresos ilícitos a gran escala”. Ello le ha permitido ser la candidata que más
tiempo lleva en campaña y que mejores regalos hace a los electores.
Actualmente
busca posicionarse en el tema de la seguridad ciudadana, tema prioridad uno
para la población limeña, y para ello parece haber logrado el respaldo del ex
Ministro del Interior de Toledo Fernando Rospigliosi. Esto a pesar que Rospigliosi en una
oportunidad manifestó que “En su carrera política Keiko Fujimori no ha
expresado nunca una idea novedosa, no ha hecho jamás una propuesta interesante,
ni ha demostrado sus dotes oratorias (…) en realidad, se ha pasado la mayor
parte del tiempo con licencia”.
EN CONTRA: un
importante sector del electorado la ve como alguien que no tiene méritos
propios que mostrar en sus más de 20 años de vida política, salvo ser la hija
de Alberto Fujimori, ex presidente que purga cárcel por haber sido condenado
por delitos de lesa humanidad y por haber aceptado declararse culpable de los
cargos de corrupción que se levantaron en su contra. Sobre esto último recordemos que Alberto
Fujimori internacionalmente ha sido considerado como el sexto presidente más
corrupto del siglo XX.
Otros
entienden su candidatura como el intento de restaurar una forma sumamente autoritaria, corrupta y mafiosa de
gobernar, que no respeta los derechos humanos. Basan su aserto en el hecho de
que acompañan a Keiko connotadas figuras de la década fujimorista.
Según la
última encuesta de Ipsos Apoyo, en una hipótetica segunda vuelta le ganaría
tanto a Pedro Pablo Kucynski (48% vs. 35%), como a Alan García (53% vs. 21%).
Pero lo más increíble es que quienes le dan su apoyo piensan que es la mejor
candidata para solucionar el problema de la corrupción”. Habría que recordarles
lo que señala el politólogo Eduardo Dargent: “Porque no es pasado: es presente.
Hay hartas caras noventeras en el fujimorismo hoy. Son los mismos que ignoraron
las denuncias de acoso contra la prensa, blindaron a los responsables de
corrupción y violaciones a los derechos humanos, clientelizaron programas sociales,
y aprobaron tácitamente el uso de recursos públicos para comprar medios de
comunicación”.
FUENTE:
Pilar Arroyo R. P. - Instituto Bartolomé de las Casas
No hay comentarios:
Publicar un comentario