EL PROBLEMA DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y
LAS ENCUESTAS (para su análisis y difusión en redes sociales)
Para los
medios de comunicación vinculados al grupo el Comercio pareciera que sólo hay tres candidatos a la
presidencia: Alan García, Keiko Fujimori,
y Pedro Pablo Kuczynski. Su cobertura está centrada en ellos, ignorando
olímpicamente al resto. Esto es muy serio, pues como lo constata el interesante
estudio del Jurado Nacional de Elecciones de agosto del 2010: “Los medios de
comunicación masiva, (especialmente la televisión y la radio) y la familia son
los principales influenciadores en el
voto”.
Lamentablemente
en nuestro país se da plenamente lo que señala el sociólogo español Manuel
Castells: “La creciente influencia de las empresas del sector de los medios de
información y comunicación sobre las instituciones públicas reguladoras puede
poner la revolución de las comunicaciones al servicio de los intereses
empresariales”. Es por eso que en nuestros procesos electorales los candidatos
no tienen igual acceso a los medios.
Por otro
lado, las encuestas en épocas electorales hacen una primera selección de
candidatos, reemplazando a la voluntad popular y convenciendo a la gente de la
teoría del “voto perdido” o “voto estratégico”.
Alfredo Torres, presidente ejecutivo de Ipsos Apoyo, nos habla de que
“existe un sector importante que prefiere llevar a cabo un voto estratégico: si
las encuestas sitúan a su candidato favorito muy abajo en las preferencias,
estos electores desvían su voto hacia alguno de los candidatos con más
posibilidades. De este modo, sienten que están haciendo un voto “útil”.
Él llega
a dos conclusiones: la primera es que las encuestas son importantes porque
tienen la capacidad de influir en las decisiones electorales, tanto de la
opinión pública como de los mismos candidatos. Por ejemplo, dice él, hay
políticos que se animan a participar en una elección porque las encuestas los presentan
como favoritos y hay los que se inhiben de hacerlo porque las encuestas no los
favorecen. Las encuestas tienen también el poder de influir en los discursos de
los candidatos: éstas muestran cuáles son las principales preocupaciones de los
ciudadanos, y un político que aspire a conectar con ellos debe incluirlas en su
agenda. Por otro lado, las encuestas pueden tener efectos en el estado anímico
de los candidatos: pueden desanimarlos y hacerlos abandonar su militancia si
les son adversas o conminarlos a proseguir si los respaldan.
Nos
parece que el comportamiento de los medios y de las encuestadoras atenta contra
nuestro derecho a tener una información plural y veraz para poder ejercer
plenamente nuestro derecho ciudadano a un voto informado. Ya es tiempo que, al
igual que otros países, se den normas para asegurar una real equidad, igualdad
de oportunidades, en la contienda electoral. Por ejemplo, en México, Brasil y
Chile está prohibida la propaganda política pagada durante los procesos electorales.
La presencia de los candidatos en los medios se da a través de la llamada
“franja electoral”, lo que garantiza igualdad de oportunidades para todos. La
intención es impedir que el dinero defina las elecciones. Pero esto pasa porque
se apruebe una ley por la cual el Estado financie a los partidos y no los grandes
intereses privados legales e ilegales, como viene sucediendo hasta ahora. De
paso la prohibición de la propaganda televisiva ahorraría gran parte del costo
de las campañas, democratizando la contienda electoral.
FUENTE: Pilar Arroyo R. P. - Instituto Bartolomé de las Casas
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