¡Feliz
Día del Maestro! desde Huamachuco. Les dejo una reflexión sobre el vínculo
profesores-alumnos y la vida personal de los maestros
León
Trahtemberg – Opinión
En plena
clase sobre alimentos nutritivos, un niño le pide a la profesora una
explicación sobre el origen del chocolate y sus efectos nutritivos. De pronto,
la profesora siente que su cabeza se queda en blanco y se paraliza por unos
segundos. No se le ocurre nada. Se siente descolocada, pese a que es una
profesora experimentada. Sabía que algo andaba mal, así que fue a conversar con
la sicóloga con la que pudo deshacer ese nudo. Desde pequeña tuvo problemas con
el peso por su gran afición por los chocolates. Además, estaba a dieta por su
próximo matrimonio. La mención a los chocolates desencadenó un sinfín de
emociones, evocaciones y asociaciones.
Cientos
de episodios les ocurren cotidianamente a los profesores frente a actitudes,
conductas, desafíos, dificultades de los alumnos que se conectan con las
emociones, evocaciones y asociaciones de la propia profesora respecto a su
historia de vida personal. Ocurre ante el alumno desafiante (como su hijo), el
niño con problemas en matemáticas (como los tuvo ella), el director autoritario
(similar a su padre) y así sucesivamente. No hay ninguna posibilidad de una
relación neutra de la profesora con sus alumnos. En cada vínculo que se
establece hay una parte que corresponde al niño, pero otra igualmente
importante que viene de la historia personal de la profesora. Siendo así, ¿qué
espacios de apoyo sicológico tienen hoy en día los profesores para tratar de
ser suficientemente buenos? Lamentablemente, casi ninguno.
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