EL SAQUEO DE LAS RIQUEZAS DEL PERÚ HIERRO-PERÚ,
Y EL NEGOCIADO QUE NO LE SALIÓ AL IMPOSTOR DE CORAL GABLES
PEDRO PABLO KUCZYNSKI EL NORTEAMERICANO QUE QUIERE SER PRESIDENTE DEL PERÚ
PARTE 02
Kuczynski
opera como topo imperial en la economía peruana desde hace cuarenta y cuatro
años, como lo prueba esta relación de funcionarios del Banco Central de
Reserva. El listado aparece en la Memoria del BCR de 1967 y presenta a
Kuczynski como apoderado general de esa institución (1).
PEDRO-PABLO KUCZYNSKI: PUÑAL Y SICARIO
ECONÓMICO TRANSNACIONAL
A lo
largo de las últimas cuatro décadas, el político que se ha apoderado en
beneficio propio o de terceros de la mayor cantidad de riquezas del Perú es el
sicario transnacional Pedro-Pablo Kuczynski.
Desde los
lejanos días de 1967, en que fue colocado como topo por el Banco Mundial y el
FMI en una de las gerencias del Banco Central de Reserva, Kuczynski asumió
gozoso el papel de garantizar que los bancos extranjeros y las empresas
transnacionales desvalijaran nuestro país.
Con
Kuczynski en el BCR, las corporaciones imperiales actuaron tranquilas, sabiendo
que podían robar las riquezas de los peruanos y remitir con confianza el
producto de sus hurtos al extranjero.
Desde
hace casi medio siglo, el usurpador hoy residente en el asentamiento
humanoCocoplum, Coral Gables, estado de Florida, viabilizó los negocios de
Manuel Ulloa y Deltec y los de la International Petroleum Company,
permitiéndoles sacar del país lo que les viniera en gana.
Cuando
Kuczynski fue descubierto y enjuiciado, allá por 1969, escapó del país por la
frontera con Ecuador y fue recibido en brazos de su institución matriz, el FMI.
Como
premio a su lealtad a los intereses del imperialismo y en retribución a sus
servicios de topo en la economía peruana, el Fondo Monetario Internacional
alojó al corrupto ex-BCR en su Departamento de Colonias, conocido en inglés con
el nombre de Western Hemisphere Department. Permaneció allí un par de años,
hasta que el FMI lo traspasó de regreso al Banco Mundial, donde llenaría una
posición más aparente para el desempeño de su rol como sicario económico del
gran capital extranjero.
Esos
fueron los años iniciales del hoy propietario de un predio bucólico-pastoril en
Wisconsin.
Aquellos
mayores de cincuenta años de edad recuerdan con claridad a Kuczynski cuando
hacía sus pininos al servicio de la IPC y las instituciones financieras
vinculadas a Manuel Ulloa. Los menores de cincuenta sólo conocen las últimas
vivezas del zamarro, es decir sus servicios a la Hunt Oil y el negociado de
Camisea, la adquisición subvaluada de Edelnor, la captura del Aeropuerto
Internacional Jorge Chávez. La lista también incluiría a las empresas
eléctricas del sur si no fuera porque los arequipeños decidieron aplicarle un
puntapié en el trasero cuando el sicario transnacional intentó privatizar EGASA
y EGESUR.
·
Hasta en los negociados que no le salieron puede
apreciarse el papel anti-peruano de Kuczynski. En octubre de 1992, el puñal de
Coral Gables intentó adquirir la corporación pública Hierro-Perú −la empresa
peruana productora de hierro− ofreciendo pagar la quinta parte de lo que sería
su valor final de subasta.
Kuczynski
actuaba con plena consciencia de lo que estaba haciendo. Cinco meses antes, el
muy granuja había declarado a la revista Debate (No. 68) que “el precio de las
empresas [públicas] peruanas es una fracción de lo que costarían empresas
equivalentes en Argentina, Chile o México”.
El
sicario de Wisconsin operó a través de un consorcio que organizó para la
ocasión, integrado por la empresa chilena Compañía de Aceros del Pacífico y la
Mitsubishi Corporation de Japón. Kuczynski era director gerente de Nueva, fondo
de inversión que poseía aproximadamente el 30% del capital de la Compañía de
Aceros del Pacífico.
El
intento de comprar Hierro-Perú a precio notablemente subvaluado fue doblemente
grave porque los peruanos, históricamente, conocemos la conducta chavetera y
racista de la plutocracia del país del sur con respecto al Perú.
Analicemos
en detalle el faenón que no le salió al sicario de Coral Gables, hoy candidato
ilegal a la presidencia de Chololandia.
Kuczynski
ofreció pagar por Hierro-Perú 24.1 millones de dólares, a pesar que al momento
de la subasta, dicha empresa tenía reservas de hierro evaluadas en 1,400
millones de toneladas (es decir, para cientos años de producción al ritmo
actual). Shougang Corporation, la estatal china que se adjudicó la empresa
rematada, también a precio subvaluado, al menos pagó 120 millones de dólares,
es decir cinco veces más que lo que ofrecía abonar el sicario de Wisconsin (2).
Kuczynski
se comprometió a invertir en Hierro-Perú, a lo largo de tres años, sesenta
millones de dólares. La Shougang ofreció invertir 150 millones de dólares.
Kuczynski
no aceptó asumir los pasivos de Hierro-Perú. La Shougang, en cambio, aceptó
pasivos por valor de 41.8 millones de dólares.
Pero la
cosa no quedó allí. Para comprar Hierro-Perú, Kuczynski exigió:
1.
El despido de más de mil trescientos trabajadores.
La reducción de personal pedida por Kuczynski haría que queden en planilla solo
1,737 trabajadores.
2.
El mantenimiento de una cuenta de garantía (escrow
account) en la que se depositaría el 50% del precio pagado, el cual podría ser
devuelto al comprador –es decir a Kuczynski− en caso que se diera algún evento
inesperado por la empresa.
3.
La realización de diversos ajustes a los estados
financieros y una revisión completa de las obligaciones que pudiera asumir al
momento de controlar la empresa.
Kuczynski
estuvo a sólo once días de perpetrar el asalto de Hierro-Perú. No pudo
concretar el latrocinio porque el 19 de octubre de 1992, la Comisión de
Privatización de dicha empresa, a regañadientes, se vio obligada a aceptar a
Shougang Corporation como participante en la subasta. El 30 de octubre de 1992,
fecha final de la apertura de los sobres con las propuestas económicas, el
sicario de Miami constató que le habían ganado la partida. Tuvo que resignarse
a aceptar que el faenón de Hierro-Perú se le había escapado de entre las manos.
El
intento de Kuczynski por apropiarse de recursos naturales de todos los peruanos
pagando precios irrisorios por las propiedades demuestra la permanente actitud
antinacional del candidato derechista, sea que estemos en 1967, 1992, ó 2011.
Este ciudadano extranjero que antes sirvió de instrumento a la International
Petroleum Company y que quiso apoderarse de Hierro-Perú pagando miserias por la
empresa y despidiendo a más de 1,300 trabajadores es uno de los candidatos
extranjeros (ilegales) de la derecha a la presidencia. ¡Díganme si no estamos
frente a un puñal antiperuano!
FUENTE: César
Vásquez Bazán
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