De niño,
Cándido Mezúa Salazar escuchaba a los ancianos emberá narrar historias que
explicaban por qué el agua del río es más fría en ciertas horas del día que en
otras, cómo pescar de día y de noche, cómo sobrevivir al calor y al frío.
“Estas
son las cosas que aprendemos de los paisajes”, dice Mezúa, quien dirige la
Coordinadora Nacional de Pueblos Indígenas de Panamá, el órgano de
representación de los siete territorios indígenas de ese país. “Formamos parte
del bosque,ustedes forman parte del bosque. Nuestra Madre Tierra está
sufriendo, y el mensaje que debemos destacar es que todos somos responsables”.
Sus
palabras, durante la sesión plenaria de apertura de la segunda jornada del
Global Landscapes Forum 2014 en Lima, recalcaron el papel significativo que
cumplen los pueblos indígenas en la protección de los paisajes forestales y la
importancia de fortalecer sus derechos de tenencia de la tierra.
El Foro
fue organizado por el Centro para la Investigación Forestal Internacional
(CIFOR), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
(FAO).
El
evento, realizado en el marco de la conferencia anual de las Naciones Unidas
sobre el cambio climático, convocó a más de 1.700 personas procedentes de 90
países, entre ellos negociadores nacionales sobre el clima, ministros,
directores ejecutivos, líderes indígenas, líderes de la sociedad civil e
investigadores.
Los
acuerdos globales negociados en Lima deben “respetar los derechos de los
pueblos indígenas y lo más importante que tenemos en nuestras vidas, que es la
tierra”, dijo Mezúa. “Sin tierras, nuestros derechos serían doblemente
vulnerados”.
TENENCIA
Y MITIGACIÓN DEL CAMBIO CLIMÁTICO
Los
derechos sobre la tierra fueron un tema recurrente tanto del Global Landscapes
Forum como en los 12 días de la cumbre sobre cambio climático de Lima, durante
los cuales los líderes indígenas pidieron a los países del mundo que otorgaran
títulos a las comunidades que aún están a la espera de un reconocimiento legal.
En la
cuenca del Amazonas, aproximadamente 100 millones de hectáreas de tierras de
comunidades indígenas aún no han recibido títulos, señaló Edwin Vásquez, quien
lidera la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica
(COICA).
Allí
donde los derechos sobre la tierra no están claros, defender los bosques contra
los forasteros representa un peligro para los pobladores indígenas. Dos líderes
de la aldea asháninka de Saweto, en el Perú, cerca de la frontera con Brasil,
fueron asesinados en septiembre, junto con otros dos hombres de la comunidad.
Durante demasiado tiempo, las vidas y medios
de vida indígenas han sido un costo oculto y no contabilizado de la expansión
de la producción de materias primas que nos ha beneficiado a todos los demás.
Sus
viudas, que se encontraban en Lima para participar en la cumbre sobre cambio
climático, dijeron que madereros ilegales habían amenazado en repetidas ocasiones
a los líderes, quienes estaban tratando de obtener un título legal para su
comunidad.
Un
estudio en seis países realizado por CIFOR ha encontrado que la falta de
claridad en la tenencia de la tierra constituye también un obstáculo importante
a las iniciativas para la reducción de emisiones por deforestación y
degradación forestal (REDD+).
Para que
REDD+ funcione, es fundamental saber quién tiene derechos sobre el bosque,
quién es responsable de las emisiones y quién recibe los beneficios, señala el
estudio.
Se ha
encontrado que las comunidades indígenas son particularmente efectivas en
evitar que los sumideros de carbono forestal se conviertan en fuentes de
emisión de gases de efecto invernadero. La investigación ha demostrado que las
tasas de deforestación son más bajas en los territorios indígenas que en las
tierras circundantes, incluyendo muchas áreas bajo protección oficial.
Cuando
los pobladores indígenas carecen de títulos o sus derechos sobre la tierra son
débiles, sus tierras son vulnerables a la deforestación. Poseer un título, sin
embargo, reduce la deforestación y las emisiones de gases de efecto
invernadero, según un estudio realizado por el World Resources Institute.
Otro
estudio, dado a conocer durante la cumbre sobre el clima, encontró que las
comunidades cacataibo, en la zona central del Perú, conservan un 91% de su
cubierta forestal, en comparación con 66% en las comunidades cercanas.
Estos
diferentes estudios parten de metodologías distintas para establecer
comparaciones entre paisajes y países, las cuales requieren de mayor análisis.
Sin embargo, los resultados continuamente plantean preguntas y presentan
evidencia respecto de quiénes son los mejores administradores y quiénes deben
poseer los bosques, a medida que estos se convierten en temas centrales en el
debate sobre el desarrollo.
Vásquez
advirtió además que no se debe considerar los bosques solo como almacenes de
carbono. Además de proporcionar otros muchos servicios ambientales, los bosques
y territorios indígenas tienen un valor cultural y espiritual, dijo.
CAMBIO DE
PERSPECTIVA
Las
empresas son cada vez más conscientes de los derechos de los pueblos indígenas,
señaló Paul Polman, director ejecutivo de Unilever y presidente del Consejo
Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD), durante su
participación en la sesión plenaria del
Global Landscapes Forum.
“Estamos
empezando a trabajar de manera productiva con las comunidades forestales y los
pueblos indígenas”, dijo Polman. “Durante demasiado tiempo, sus vidas y medios
de vida han sido un costo oculto y no contabilizado de la expansión de la
producción de materias primas que nos ha beneficiado a todos los demás”.
Polman
atribuyó a la organizaciones indígenas, como la COICA, su aporte en cambiar esa
actitud.
Mezúa dijo
que las comunidades indígenas estaban dispuestas a trabajar con empresas que
respeten sus derechos y actúen de manera responsable, pero advirtió que no se
debe reducir la responsabilidad social y ambiental de las empresas a donaciones
de caridad.
También
pidió la creación de un fondo climático para los territorios indígenas, que sea
gestionado por los pobladores indígenas, con el propósito de compensarlos por
la salvaguarda y protección de los bosques y permitirles lograr el desarrollo
en sus propios términos.
Esa fue
también una de las propuestas presentadas en la cumbre sobre el cambio
climático por el Foro Internacional de Pueblos Indígenas sobre el Cambio
Climático, que representa a los pueblos indígenas en las negociaciones.
No estamos diciendo que seamos los dueños de
todos los bosques del mundo. Tenemos influencia sobre ellos, son parte de
nuestra vida. Deben existir reglas claras que ayuden a salvaguardar esos
derechos.
El
respeto por la tierra, el territorio y los recursos también forma parte de esa
plataforma, así como el respeto por el conocimiento tradicional y el papel de
los pueblos indígenas en la adaptación y la mitigación, y el reconocimiento y
apoyo a los sistemas de monitoreo e información de los pueblos indígenas
basados en la comunidad para proyectos de REDD+.
“No
estamos diciendo que seamos los dueños de todos los bosques del mundo”, dijo
Mezúa. “Tenemos influencia sobre ellos, son parte de nuestra vida. Deben
existir reglas claras que ayuden a salvaguardar esos derechos”.
Mezúa
advirtió que existen programas de inversión o planes de desarrollo que se
centran en los bosques sin respetar las “normas y principios” de los pueblos
indígenas que viven en ellos.
“No se
puede tomar en cuenta solo los árboles, los bosques, los recursos, el medio
ambiente o el clima”, dijo. “Hay que mirar el paisaje desde el interior, como
lo hacemos nosotros”.
Afirmó
también que los pueblos indígenas continuarán protegiendo los bosques.
“Pero no
podemos hacerlo solos, sin el apoyo de los gobiernos y la comunidad
empresarial”, dijo. “Pedimos a los gobiernos que comprendan nuestros derechos y
nuestra relación con la Madre Tierra”.
FUENTE: BARBARA
FRASER
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