Se requiere la participación del sector
financiero privado en la búsqueda de soluciones para el desarrollo sostenible,
pues el sector público tiene la voluntad, pero no el respaldo financiero para
lograrlo. Foto cortesía Pixabay.
Mientras
nuestro interés continúa centrado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible y
el nuevo acuerdo climático como herramientas para asegurar nuestro futuro en el
planeta, es evidente que muchos de los retos urgentes que debe enfrentar la
humanidad se encuentran en los paisajes rurales del mundo. Y es allí también
donde debemos encontrar muchas de las soluciones.
Para
ayudar a identificar algunas de estas soluciones, doscientos actores, incluidos
varios líderes de las organizaciones del sector de financiamiento y el desarrollo, se reunieron en Londres el
pasado 10 de junio durante el Global Landscapes Forum: The Investment Case,
evento coordinado por CIFOR, el Banco Mundial, el Banco Europeo de Inversiones
y el PNUMA.
Nuestra
meta: encontrar soluciones para promover
inversiones en paisajes sostenibles, prestando especial atención a las
necesidades de los pequeños agricultores del mundo. Menuda tarea.
UN MUNDO
LLENO DE DESAFÍOS
Nuestras
ambiciones y aspiraciones se fundamentan en lo siguiente:
Buscamos
garantizar suficientes alimentos, nutritivos y sostenibles, para una población
cada vez más grande.
Miles de
millones de personas, en su mayoría pequeños agricultores o actores que
participan en las cadenas de valor de productos, continuarán obteniendo sus
ingresos y bienestar de los paisajes.
La
energía rural renovable, generada a partir de la biomasa o de otras fuentes, es
esencial para mantener las luces encendidas y los hervidores funcionando, sobre
todo para los pobres.
La
conservación y el uso sostenible de nuestra biodiversidad terrestre es una
estrategia de supervivencia a largo plazo que forma parte de los paisajes
rurales.
Nuestra
necesidad de agua potable deberá alcanzarse mediante un manejo efectivo de
cuencas e irrigación.
Dependemos
de los paisajes para mitigar el cambio climático, regular condiciones
regionales y locales, y para asegurar la resiliencia de los medios de vida y
los sistemas alimentarios ante la variabilidad climática.
Todo
esto, y más, lo podemos lograr través de los paisajes sostenibles. Estos
paisajes deberían ser prioritarios en una agenda para el futuro, junto con
mejoras en la salud y la nutrición, igualdad de oportunidades y prosperidad
para todos.
Estos
temas, además, están íntimamente relacionados.
No se
trata de una novedad. Durante los últimos 43 años hemos estado hablando, al más
alto nivel político, de la estrecha vinculación entre las agendas del medio
ambiente y del desarrollo y también, durante los últimos 21 años, sobre la
urgencia de hacer frente al cambio climático.
Sin
embargo, durante estas décadas también hemos visto el constante incremento de
la población mundial, del uso de los recursos naturales, el desarrollo
económico en general y también de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Al mismo
tiempo, la pobreza, la inseguridad alimentaria y la degradación del medio
ambiente han continuado sin evidenciar mejoras a un ritmo suficientemente
rápido.
REVERTIR
LAS TENDENCIAS
Me
gustaría destacar tres factores que, en conjunto, podrían representar un cambio
de paradigma desde donde tal vez podamos empezar a hablar no sólo de detener
tendencias destructivas, sino de revertirlas también.
El primer
factor se refiere a los derechos. Es justo decir que los derechos de los
pueblos indígenas y las comunidades locales están siendo reconocidos, como lo
ha demostrado por ejemplo la Iniciativa para los Derechos y Recursos (RRI) de
la que CIFOR es socio y también por la atención prestada en las negociaciones e
implementación de REDD+ en los últimos años.
La
palabra ’derechos’ cubre un campo muy amplio y podría incluir un acceso justo a
mercados y capital para actores menos favorecidos. Mantener la temática de los
derechos en la agenda es sin duda un factor clave para el éxito.
En
segundo lugar, el sector financiero privado parece estar entendiendo que los
retornos financieros de los paisajes realmente pueden ofrecer una opción
bastante atractiva para hacer dinero. Después de todo, estamos hablando de
empresas a largo plazo que potencialmente pueden generar mayores retornos que
muchas inversiones a gran escala.
Además,
si las ganancias sostenibles se convierten en parte de la receta, los
consumidores pueden ofrecer su apoyo por razones éticas, una reacción opuesta
a productos menos sostenibles, cada vez
más objeto de campañas de desinversión.
En este
sentido, los principales obstáculos parecen estar relacionados con la
ampliación y gestión de riesgos, junto con el reto de mantener las
transacciones y verificaciones a bajo costo. Esta también es una prioridad de
investigación para CIFOR y fue uno de los temas más populares durante el Global
Landscapes Forum: The Investment Case.
El tercer
factor es un creciente interés en la restauración. Este es un objetivo
expresado más positivamente que los centrados en reducir, detener o cambiar
comportamientos no deseados, ya sea la deforestación, las emisiones de gases de
efecto invernadero procedentes del uso del suelo, el abuso de los derechos
humanos o las pérdidas/mermas derivadas de los alimentos..
En este
caso estamos hablando de inversiones destinadas a generar mayores beneficios
sociales, ambientales y económicos a partir de los paisajes y bosques y todo
parece indicar que será más fácil movilizar los intereses e incentivos de todos
los involucrados.
IMPLEMENTANDO
SOLUCIONES
Entonces
¿es la solución apoyar la inversión en los paisajes del mundo?
¿Podría
alguien acaso argumentar que esto es lo que causó todos estos problemas en un
principio, incluidos la deforestación, la degradación de los suelos y agua, la
marginación de los pobres, la corrupción, el comercio ilegal, la apropiación de
tierras, y más?
¿No
deberíamos ser más cautelosos antes de
darle luz verde a inversionistas de gran escala en la agricultura y la
forestería?
Por
supuesto debemos ir con cuidado, pero tampoco debemos quedarnos atrapados
en paradigmas históricos, políticos o
ideológicos respecto a estos importantes desafíos.
Estamos
escuchando cada vez más que el sector financiero privado debe participar en la
búsqueda de soluciones para el desarrollo sostenible, pues mientras el sector público puede tener toda la
voluntad del mundo, no tiene el respaldo financiero para lograrlo.
Involucrar
capital a gran escala para producir retornos en la forma correcta a través de
la restauración de paisajes y proporcionando oportunidades para la población
rural parece ser un desafío digno de emprender.
Al hacer
esto, es claro que la investigación y el desarrollo tienen un importante papel
que desempeñar para alcanzar una combinación adecuada de “derechos, retornos y
restauración”.
Pero
además de todo esto, el tema más importante de la agenda debe ser, en última
instancia, atender las necesidades y aspiraciones de los miles de millones de
personas que son los custodios de nuestros paisajes, muchos de los cuales, a
menudo, se encuentran entre los más desfavorecidos.
Si ellos
cuentan con mejores oportunidades para invertir en su propia agricultura
familiar o en negocios relacionados, entonces todos tendremos una mejor
oportunidad para alcanzar un desarrollo sostenible.
FUENTE: PETER HOLMGREN
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