Caleb
Howard es un niño de la ciudad de Huntsville, en Utah, que fue víctima de un
gravísimo accidente de tráfico que le causó no sólo la rotura de varios huesos
importantes, sino lo más importante, un traumatismo en la zona del cerebro que
le impidió desde entonces desarrollar las funciones motrices correctamente y no
puede moverse como quisiera desde entonces.
Estaba
muy mal, al borde de la muerte, pero como parte de su terapia le presentaron a
Coronel, un Golden Retriever que rebosaba alegría y energía, y
sorprendentemente cuando se juntó con Caleb éste dio signos de respuesta
después de casi infinitos intentos fallidos. Coronel tenía prácticamente la
misma edad que Caleb, y se encontraban prácticamente unidos desde el momento en
el que se conocieron el uno al otro.
Desde
entonces, y habiendo pasado ya un mes desde entonces, Caleb ha mejorado mucho y
continúa avanzando, lento pero constante, hacia su recuperación, siempre
acompañado de su inseparable compañero perruno.
Es
curioso que ningún método aplicado por los terapeutas diera efecto hasta que se
les ocurrió presentar a los dos compañeros, y es que los animales pueden tener
un efecto muy aliviante de las tensiones del día a día. Nos ayudan a seguir
adelante, y eso es exactamente lo que estamos seguros de que Caleb piensa
también.
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