Explicando el apoyo electoral a Keiko
Fujimori
La familia Fujimori como la élite del
fujimorismo y todos sus allegados personales forman un primer aro de poder
dentro del fujimorismo, donde Alberto, Keiko y Kenji, son el centro del poder
político interno. Mantienen una relación amigable con la embajada
estadunidense. Son certificadamente neoliberales y autoritarios comprobados
que, hasta hace poco, propagandizaban una agenda programática conservadora que
en la presente campaña electoral se comprometen a flexibilizar.
Se ha dicho muchas veces que el
colchón electoral fujimorista está conformado mayoritariamente por sectores
populares, que anteriormente habían apoyado a las organizaciones del Frente
“Izquierda Unida”. Pero, ¿qué tan cierto es? ¿Acaso no hay varias generaciones
en los 25 años del fujimorismo? ¿Qué filiaciones se han construido entre la
militancia fujimorista? Otra cosa que también se dice es que: “la gente que
vota por Fujimori está acostumbrada al asistencialismo”. En último caso dicen:
“es gente que le gusta que le regalen las cosas”. Ser juzgado de esa manera
para cualquier votante del fujimorismo es agraviante. Mucha gente en los
caseríos, asentamientos humanos o comunidades campesinas, cree en Keiko, y
seguramente se han visto beneficiado con el fujimorismo. El hecho es que un
tercio del electorado se identifica de alguna manera con la propuesta
fujimorista y aunque la misma tenga flancos débiles, el electorado que la
respalda le es leal.
El fujimorismo en su guerra contra
las Ong’s pro-Derechos Humanos, ha ganado el aspecto político de la contienda,
siendo este el principal y las ong’s habiendo tenido importantes victorias
morales, estas no tienen ningún impacto en el campo electoral. Recursos y
esfuerzos en campañas por la memoria y muchas otras durante años, con la
finalidad de generar conciencia democrática en la población, e impedir el
retorno del fujimorismo al gobierno nacional, fueron despilfarros y se quedaron
en cocteles, fotos, premiaciones al “democrático del año” y otras tantas
“caviaradas”.
Una mirada rápida al fujimorismo, nos
permite entender las opiniones de diferentes clases sociales, diferentes
generaciones y diversos patrones culturales que militan o simpatizan con el
proyecto naranja. Uno de los principales ejes de cohesión en muchos de los
simpatizantes es el haber sido víctimas
del conflicto armado interno en los ochenta. Más allá de las diferentes
apreciaciones sobre el tema, el que terminaran los actos terroristas de Sendero
Luminoso producto a la captura de su cúpula y el subsiguiente retiro del ejército de los territorios que
fueron zonas de conflictos, tuvieron un impacto real y los muertos fueron
disminuyendo. Y el periodo que Alberto Fujimori gobernaba, donde el conflicto
cesó y donde él fue hábil para relacionar: “fujimorismo - pacificación”. Más
allá de la certeza o no de la pacificación, este discurso ha calado muy fuerte.
Es conocido que Fujimori no tuvo mucho que ver con la captura del líder
senderista, pero fue durante su gobierno
que los peruanos sintieron paz luego de mucho tiempo, aun con sacrificio de
libertades.
Es esta la razón por la cual existe
un respaldo en los sectores populares al fujimorismo, es en los sectores
rurales y urbanos marginales donde más
víctimas hubieron en el conflicto. Que el pueblo apoye a un líder político que
flexibiliza los derechos laborales, eleva el costo de vida y lleva a cabo todos los mandamientos del
Consenso de Washington perjudicando a todos los que votaron por él, no hace al pueblo cómplice de los crímenes
del fujimorismo. Tampoco es una “falsa conciencia” que ha sido establecida por
los medios de comunicación fujimoristas.
¡Pero Fujimori flexibilizó las
relaciones laborales! ¿Qué porcentaje de los peruanos tenían trabajo formal en
los ochenta? ¡Pero privatizó las empresas de telefonía y electricidad! ¿Qué
porcentaje de los peruanos tenían teléfonos o electricidad en los ochenta? La
crítica al votante fujimorista es válida
y necesaria pero no puede estar ajena a la contextualización. No puede venir de
una autoridad moral ahistórica ni de simplismos economistas. Hay que buscar las
causas que generaron el caos que hizo posible la llegada de Fujimori al poder
en los 90, para hoy comparar el caos presente que ponen al fujimorismo en las
preferencias electorales y descubrir por qué de estos compromisos y
lealtades.
Por: MARCO SIPÁN
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