Una somera revisión de los proyectos
de ley presentados por el gobierno saliente muestra que en los últimos meses,
la Presidencia del Consejo de Ministros se ha esmerado en proponer la creación
de una serie de nuevos distritos (Huaycán en Lima, Río Magdalena en Ayacucho,
Ahuayro en Apurímac, Cielo Punco y Kimpurishiato en Cusco, San Antonio en
Moquegua, Tocas en Huancavelica, etc.), contando con el apoyo del Legislativo
que ha formalizado la creación de nuevas jurisdicciones distritales como
Megantoni en Cusco, La Yarada – Los Palos en Tacna o Pueblo Nuevo en Huánuco,
entre otros.
Aun cuando la aspiración de muchas
localidades de lograr su distritalización o provincialización es legítima, uno
de los problemas recurrentes cuando se habla del gobierno y la organización
territorial en el país es precisamente el alto número de municipalidades con
que contamos, la mayoría de las cuales apenas cuentan con personal y recursos
económicos para cumplir las funciones que la ley les encarga y se encuentran
imposibilitadas de atender las demandas de su población, a lo que se agrega un
diseño institucional inadecuado y una demarcación territorial inacabada y
deficiente.
Atender este problema implica una
revisión del marco normativo vigente a nivel municipal y regional y, en
general, requiere una reforma de un proceso de descentralización dejado a su
suerte por el gobierno de Ollanta Humala. La oferta del presidente electo Pedro
Pablo Kuzcynski de crear un ministerio de apoyo a las regiones podría ser una
buena oportunidad para dejar la actual inercia descentralista. El reciente
periplo cusqueño de PPK demuestra su intención de tomar la iniciativa política
en coordinación con las autoridades regionales y municipales, lo que sin duda
va a granjearle el apoyo de gobernadores regionales y alcaldes interesados en
aparecer en la foto con el nuevo gobernante y obtener un trato más amable en
las no siempre tan accesibles oficinas de los ministerios afincados en la
capital. Sin embargo, una preocupación seria por la situación de los gobiernos
regionales y las municipalidades implica atender problemas tan o más complejos
que la aprobación de proyectos o la creación de un nuevo ministerio.
FUENTE: Paulo Vilca
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