1.
Introducción. Generalmente, por desconocimiento o intencionalmente se
presentan los conceptos de capitalismo, imperialismo, globalización y
neoliberalismo como fenómenos independientes, lo cual no es así. Estas cuatro
formas socioeconómicas no existen independientemente uno del otro. El primero es un régimen económico, el
segundo es la actitud y doctrina de dominio del primero, el tercero es la
tendencia de los mercados consecuencia de la aplicación del régimen económico
llamado capitalismo y de la apropiación concreta del planeta por las
corporaciones imperiales. Finalmente, el neoliberalismo es un proyecto de
renovación del capitalismo que postula la reducción del estado, en lo social y
económico, a su mínima expresión.
Palabras claves: Capitalismo,
imperialismo, globalización y neoliberalismo.
2.
El capitalismo
Capitalismo
Capitalismo
El capitalismo como régimen económico
social, nacido en la Europa del siglo XVI en sustitución del feudalismo y los
resabios del esclavismo, tiene como base la propiedad privada de los medios de
producción y la explotación del trabajo asalariado. Es un modelo que privilegia
el capital y la creación parasitaria de riqueza, en contra del trabajo
productivo, lo subordina al simple hecho de la posesión de dinero. Esta
concepción, en el orden económico, ha derivado en un sistema basado en la
aplicación de tasas de interés supuestas con crecimiento exponencial sobre el
capital productivo, quedando este a su vez subordinado a la especulación[1] financiera.
El capitalismo como sistema
económico, es el imperio del capital sobre el trabajo[2] para la producción y
creación de riqueza. La contradicción fundamental de este modelo se da entre el
carácter social de la producción y la forma privada de apropiarse del producto
del trabajo; esta contradicción expresa el profundo antagonismo entre el
trabajo asalariado y el capital, entre las fuerzas productivas en desarrollo y
las relaciones de producción capitalistas que las atan. En el capitalismo todo
cuanto existe es mercantilizado, tiene un precio la mano de obra, los recursos
naturales (incluso el agua, que es patrimonio de naturaleza), la tierra, los
servicios y todos los bienes materiales; en este sistema funciona el “todo se
compra”. Para poder mantenerse requiere un crecimiento perpetuo de la economía
real; consecuentemente, promueve la quema acelerada de recursos naturales
haciendo inviable cualquier posibilidad de economía sustentable; esta
característica del capitalismo (la quema acelerada de los recursos naturales)
ha ocasionado el calentamiento global, hasta el punto de poner a la especie
humana al borde su extinción.
Marx nos dice[3]: En nuestra sociedad
(léase capitalismo), la forma más general y simple que adoptan los productos de
trabajo, la forma-mercancía, es tan familiar a todos, que nadie ve malicia
alguna en ello. Pero consideremos otras formas económicas más complejas. ¿De
dónde vienen por ejemplo las ilusiones del sistema monetario[4]?…
Aquí se ubican los “mercados
financieros” con sus “instrumentos o activos financieros”, es decir los grandes
casinos especulativos. En donde por obra y gracia del capitalismo un mineral,
el petróleo, el trigo, la soya, son mercantilizados como “futuros”, el cual es
un instrumento financiero especulativo, derivado de un producto tangible como
el petróleo, el trigo, la soya, etc.
Continua Marx: …No cabe duda del
carácter fetichista que la forma-dinero imprime a los metales preciosos. Y la
economía moderna, que tanto desdeña, y que no se cansa de repetir sus marchitas
bromas contra el fetichismo de los mercantilistas, ¿no es también juguete de
las apariencias? ¿Acaso su primer dogma no es el de que las cosas, por ejemplo
los instrumentos de trabajo, son por naturaleza capital, y que cuando se los
quiere despojar de ese carácter puramente social se comete un crimen de lesa
naturaleza? Y por último, los fisiócratas, tan superiores en muchos sentidos,
¿no imaginaron que la renta del suelo no sea un tributo arrancado a los
hombres, sino un regalo hecho por la naturaleza misma a los propietarios? Pero
no nos anticipemos, y conformémonos todavía con un ejemplo acerca de la propia
forma-mercancía. Si pudiesen hablar, las mercancías dirían: es posible que
nuestro valor de uso interese al hombre. Por nuestra parte, como objetos, ello
nos tiene sin cuidado. Lo que nos importa es nuestro valor. Así lo demuestra
nuestra relación entre nosotras como cosas de venta y de compra. Sólo nos vemos
unas a otras como valores de cambio ¿Y no se podría creer que el economista
toma prestadas estas palabras del alma misma de la mercancía, cuando dice: E1
valor (valor de cambio) es una propiedad de las cosas, la riqueza (valor de
uso) propiedad del hombre. En ese sentido, el valor supone por fuerza el
intercambio; la riquezas no”?
El capitalismo para ilusionar a los
pueblos, utiliza como instrumento de medición de crecimiento económico el
PBI[5], que a decir de Joseph Stiglitz[6] , “sólo compensan a los estados que
aumentan la producción material”, es decir, no refleja el bienestar social; por
esta razón el presidente de Francia Nicolás Sarkozy, el 08 de enero del año
2008, creó una Comisión Internacional para la Medición del Desempeño Económico
y el Progreso Social; preside esta comisión Joseph Stiglitz y cuenta con la
colaboración de otro Premio Nóbel de economía -el hindú Amartya Sen[7]–
teniendo como objetivo estudiar los instrumentos de medición del crecimiento.
En un reciente artículo denominado
“El Fetichismo del PIB”, publicado por EL ESPECTADOR.COM el 20/09/2009, Joseph
Stiglitz, sostiene: El gran interrogante es si el PIB ofrece una buena medición
de los niveles de vida. En muchos casos, las estadísticas del PIB parecen
sugerir que a la economía le está yendo mucho mejor que las propias
percepciones de la mayoría de los ciudadanos. Es más, el foco en el PIB crea
conflictos: a los líderes políticos se les dice que lo maximicen, pero los
ciudadanos también exigen que se preste atención a mejorar la seguridad, a
reducir la contaminación del aire, del agua y el ruido, y demás -lo cual podría
reducir el crecimiento del PIB.
Continúa Stiglitz:
Por ejemplo, si bien se supone que el
PIB mide el valor de la producción de bienes y servicios, en un sector clave
-el gobierno- normalmente no tenemos manera de hacerlo, de modo que solemos
medir la producción simplemente por las inversiones. Si el gobierno gasta más
-incluso de manera ineficiente- la producción aumenta. En los últimos 60 años,
el porcentaje de la producción del gobierno en el PIB aumentó del 21,4% al
38,6% en Estados Unidos; del 27,6% al 52,7% en Francia; del 34,2% al 47,6% en
el Reino Unido; y del 30,4% al 44% en Alemania. De manera que lo que era un
problema relativamente menor se ha convertido en un problema importante.
De la misma manera, las mejoras de
calidad -digamos, mejores autos en lugar de más autos- representan gran parte
del aumento del PIB hoy en día. Pero evaluar las mejoras de calidad resulta
difícil. La atención médica ejemplifica este problema: gran parte de la
medicina se ofrece públicamente, y muchos de los avances son en calidad.
Los mismos problemas de hacer
comparaciones en el tiempo se aplican a las comparaciones entre países. Estados
Unidos gasta más en atención sanitaria que cualquier otro país (tanto per
cápita como en porcentaje de los ingresos), pero obtiene peores resultados.
Parte de la diferencia entre el PIB per cápita en Estados Unidos y algunos
países europeos puede ser, en consecuencia, el resultado de la manera en que
medimos las cosas.
Otro cambio pronunciado en la mayoría
de las sociedades es un incremento de la desigualdad. Esto significa que existe
una creciente disparidad entre el ingreso promedio (medio) y el ingreso mediano
(el de la persona “típica”, cuyo ingreso se ubica en el medio de la
distribución de todos los ingresos). Si unos pocos banqueros se vuelven mucho
más ricos, el ingreso promedio puede subir, a pesar de que los ingresos de la
mayoría de la gente estén decayendo. De manera que las estadísticas sobre el
PIB per cápita tal vez no reflejen lo que les sucede a la mayoría de los ciudadanos.
Utilizamos precios de mercado para
valuar los bienes y servicios. Pero ahora, incluso los que tienen mucha fe en
los mercados, cuestionan la dependencia de los precios de mercado, ya que están
en contra de las valuaciones por ajuste al mercado. Las ganancias previas a la
crisis de los bancos -una tercera parte de todas las ganancias corporativas-
parecen haber sido un espejismo.
Los recientes avances metodológicos
nos han permitido evaluar mejor qué contribuye a la sensación de bienestar de
los ciudadanos y reunir los datos necesarios para hacer ese tipo de
evaluaciones de manera regular. Estos estudios, por caso, verifican y
cuantifican lo que debería ser obvio: la pérdida de un empleo tiene un mayor
impacto de lo que representa la pérdida del ingreso. También demuestran la
importancia de la conectividad social.
Toda buena medición de lo bien que
nos está yendo también debe tener en cuenta la sustentabilidad. De la misma
manera que una empresa necesita medir la depreciación de su capital, también
nuestras cuentas nacionales deben reflejar la sobreexplotación de los recursos
naturales y la degradación de nuestro medio ambiente.
Pese a todos los cambios que ha
experimentado el capitalismo, las leyes objetivas que expresan sus fundamentos
generales y caracterizan la esencia de las relaciones capitalistas de
producción se mantienen. Para comprender las leyes objetivas a que obedece el
capitalismo es preciso, apoyándose en la doctrina económica de Marx, analizar,
en primer término los fundamentos generales del modo capitalista de producción
formados en la época de la libre competencia, es decir, del capitalismo
premonopolista. A tal es preciso poner al descubierto las peculiaridades
principales del proceso capitalista de producción, pasar luego la investigación
de las leyes objetivas del proceso de la circulación capitalista y, por fin,
examinar los procesos de producción y la circulación capitalistas en conjunto,
en unidad, revelar las formas concretas del movimiento capital y comprender el
nacimiento y el desarrollo de la etapa siguiente del capitalismo, su fase
imperialista, que posee sus leyes objetivas propias, surgidas al cambiar
sustancialmente la vida económica de la sociedad capitalista.[8]
3.
El imperialismo
Imperialismo
Imperialismo
El imperialismo, es el capitalismo en
su fase superior y última de desarrollo; es la etapa del dominio del capital
monopolista en lo económico, político e ideológico. Somos testigos presenciales
de cómo el imperialismo estadounidense ha extendido sus mandos hacia el
continente utilizando medios económicos (intercambio de capital físico y
humano), políticos (a expensas de la libertad de nuestros pueblos y la
propiedad de nuestros recursos) y militares, utilizando como pretexto la lucha
contra el terrorismo y narcotráfico; fuera de las bases militares anteriormente
instaladas, hoy observamos el reforzamiento de su poder imperial con la
instalación de 7 nuevas bases en Colombia y la reactivación de la IV flota que
tiene como zona de control a América del Sur, del Centro, todo el Caribe,
México y territorios europeos en este lado del Atlántico.
Lenin fue el único que…amplió
sustancialmente el círculo de problemas que estudia la economía política
marxista del capitalismo. Al examinar las relaciones económicas entre el capital
y el trabajo asalariado, estimándolas las principales de la época
contemporánea, la teoría del imperialismo incluye en el objeto de su
investigación, además, las relaciones de explotación entre la oligarquía
financiera y otras capas de la sociedad burguesa, las relaciones
internacionales de dominación de la oligarquía financiera y la actividad
económica del Estado burgués llamada a reproducir y mantener el existente
régimen capitalista.[9]
Los rasgos económicos principales del
imperialismo son[10]:
La concentración de la producción y
del capital ha llegado a un punto tan alto de desarrollo que ha hecho surgir
monopolios, los cuales desempeñan un papel decisivo en la vida económica.
La fusión del capital bancario con el
industrial, sobre cuya base surgen el capital y la oligarquía financiera, con
Wall Street a la cabeza.
La exportación de capitales, a
diferencia de la de mercancías, adquiere singular importancia.
La formación de agrupaciones
monopolistas internacionales de capitalistas que se reparten el mundo.
La culminación del reparto
territorial del mundo entre las potencias capitalistas más importantes.
Condiciones inherentes al capitalismo
que son, al mismo tiempo, sus antagonismos y contradicciones.
4.
La Globalización
Globalización
Globalización
En la década de 1980 apareció el
fenómeno de la llamada globalización, tras el desplome de los denominados
países socialistas[11] ubicados en Europa del este. Este acontecimiento ha
servido para que Estados Unidos haya pretendido imponer a la humanidad un mundo
unipolar. La globalización es el resultado de la lucha de clases y la
predominancia de las “superpotencias”, quienes por su poder económico y
político, han logrado imponer la “regla de oro”: a mayor riqueza, mayor poder y
como consecuencia, más ganancias para el capital.
Cual esnobismo, la globalización
adquiere dimensión planetaria en los inicios de la década de los 80;
contrariamente a la creencia de que este fenómeno es algo natural o
providencial que se da independientemente de los sistemas sociales (capitalismo
o socialismo), se produce en realidad como parte de la expansión del
capitalismo o como consecuencia de las acciones imperialistas.
Asimismo, la globalización no es nada
nuevo; hace aproximadamente dos mil años, tras el descubrimiento de la China
por Marco Polo, se abrieron las rutas hacia Europa para comercializar la seda,
la pólvora, el papel y la imprenta de oriente; se produjo entonces un intensivo
transporte de mercancías, así como la transferencia de conocimientos científicos,
técnicos, culturales y religiosos. Esa fue la primera y verdadera
globalización.
En el mundo moderno, la globalización
es muy diferente; la acción de las superpotencias está dirigida a la
explotación indiscriminada de los recursos naturales a nivel primario, la
exportación de capitales que únicamente persiguen maximizar las ganancias negando
cualquier proceso de transferencia de conocimientos y tecnología al tercer
mundo. La globalización moderna es polarizante, por cuanto produce atraso y
pauperiza a los pueblos sometidos bajo el poder económico dominante.
Consecuentemente, la expansión mundial del capitalismo produce desigualdades
notorias entre los que son fuertes económicamente y las mayorías nacionales.
5.
El neoliberalismo
Neoliberalismo
Neoliberalismo
El neoliberalismo u ortodoxia[12] del
libre mercado, es un proyecto del capitalismo que postula la reducción del
estado en lo social y económico a su mínima expresión, puesto que considera el
libre mercado capitalista como único elemento de equilibrio institucional y
puntal de crecimiento económico de un país.
“La crisis de los setenta, que
debilitó intensamente a los trabajadores y sus representantes, facilitó el
desarrollo de teorías que suponían un cambio radical en la política económica a
favor de los intereses del capital. Apoyándose en las ventajas que permitían la
operación mundial del capital, la competencia global y la potencia de las
nuevas tecnologías (como un ‗círculo virtuoso para el capital), junto con el
debilitamiento e integración de las fuerzas populares, con la ayuda de las
instituciones internacionales y los gobiernos, los grandes capitales mundiales
lograron ir imponiendo una estrategia muy favorable para ellos que permitía la
rápida recuperación de la tasa de beneficio. Es la conocida como estrategia o
política económica neoliberal.”[13]
El neoliberalismo en el Perú se viene
aplicando desde el año de 1990 con el llamado “consenso de Washington[14], a
través de un listado inicial de 10 puntos:
Disciplina fiscal,
Reordenamiento de las prioridades del
gasto público,
Reforma Impositiva,
Liberalización de las tasas de
interés,
Una tasa de cambio competitiva,
Liberalización del comercio
internacional (trade liberalization),
Liberalización de la entrada de
inversiones extranjeras directas,
Privatización,
Desregulación y
Fortalecimiento de los derechos de
propiedad.
Esta breve lista adquirió
independencia y se instituyó en lo que luego se denominaría «neoliberalismo».
Posteriormente la “lista” inicial fue completada, ampliada, explicada, y
corregida. Se ha hablado del Consenso de Washington II y del Consenso de Washington
III.
Este programa, junto con el régimen
que lo sustenta, colapsó estrepitosamente con la gran crisis estructural del
capitalismo; la cual alcanzó su punto de inflexión el mes de agosto del 2008
con el derrumbe del sistema financiero global y el hundimiento de su barco
insignia Wall Street. Si los propios neoliberales, creadores del sistema y
sostenedores del establishment, fueran consecuentes con su principio
fundamental -la no intervención del Estado en el manejo comercial privado- no
deberían haber acudido al Estado para que los rescate de la quiebra económica
generada por su propia y directa responsabilidad. Antes de la crisis, el Estado
no debía intervenir en nada; luego de presentada la crisis, sin embargo, es el
Estado quien debe acudir para salvar a los responsables de la mayor debacle
económica que se conozca en la historia; es decir, conservan privatizada la
estructura de propiedad y las utilidades de las empresas y obligan a los
estados a socializar las pérdidas que ellos han ocasionado.
[1] En economía, la especulación es
el conjunto de operaciones comerciales o financieras que tienen por objeto la
obtención de un beneficio económico, basado en las fluctuaciones de los
precios. Un especulador no busca disfrutar del bien que compra, sino beneficiarse
de las fluctuaciones de su precio.
[2] El trabajo. En la Economía, el
trabajo es, según la visión neoclásica, uno de los tres factores de la
producción, junto con la tierra y el capital. Es la medida del esfuerzo hecho
por seres humanos. Históricamente la forma predominante de trabajo fue la
esclavitud, pero desde mediados del Siglo XIX, la esclavitud ha ido
disminuyendo (aunque sin desaparecer del todo) para ser reemplazada por el
trabajo asalariado como forma dominante.
[3] MARX CARLOS, El Capital, en 3
tomos, Traducción Floreal Mazía, Índice de materias, Jorge Correa, (Buenos
Aires – Argentina, Editorial Cartago, 1989), Tomo 1, pág. 95.
[4] SISTEMA MONETARIO. Estructura
monetaria, sistema legalmente establecido de la circulación monetaria en un
país. Comprende: 1) la mercancía, que desempeña la función de equivalente
general; 2) la unidad monetaria: el patrón de precios; 3) los medios legales de
circulación y los medios de pago (dinero metálico, papel moneda, moneda
fiduciaria: billetes de banco) ; 4) el sistema de acuñación de las monedas (de
pleno contenido: de oro; subsidiarias – moneda de cambio- de plata y cobre); 5)
el tipo de emisión de los billetes de banco y de los valores del Estado (dinero
papel). El sistema monetario como forma en que se organiza la circulación del
dinero no es único para todos los estados. La base del sistema es la mercancía
que desempeña la función de dinero: el oro, la plata o ambos metales a la vez.
[5] PRODUCTO BRUTO INTERNO (PBI).
Valor total de la producción de bienes y servicios dentro del territorio
nacional.
[6] JOSEPH EUGENE STIGLITZ (Gary,
Indiana, 9 de febrero de 1943) economista estadounidense. Premio Nobel de
Economía (2001). Es conocido por su visión crítica de la globalización, de los
economistas de libre mercado (a quienes llama “fundamentalistas de libre
mercado“) y de algunas de las instituciones internacionales de crédito como el
Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. En 2000 Stiglitz fundó la
Iniciativa para el diálogo político, un centro de estudios (think tank) de
desarrollo internacional con base en la Universidad de Columbia (EE. UU.).
Considerado generalmente como un economista neokeynesiano.
[7] AMARTYA KUMAR SEN (3 de noviembre
de 1933 en Shantiniketan, India) es un economista bengalí, conocido por sus
trabajos sobre las hambrunas, la teoría del desarrollo humano, la economía del
bienestar y los mecanismos subyacentes de la pobreza. Recibió el premio Nobel
de Economía en 1998 y el Bharat Ratna en 1999 por su trabajo en el campo de la
matemática económica.
[8] RUMIANTSEV A., Economía Política
Capitalismo, Manual, 3a ed. (Moscú, Editorial Progreso 1985), pág. 103
[9] RUMIANTSEV A., op. cit. Pág.
164-165
[10] BORÍSOV, ZHAMIN Y MAKÁROVA,
Diccionario de economía a política, eumed.net, enciclopedia virtual.
[11] ESTADO SOCIALISTA. Aquel país
que se proclama perteneciente al socialismo como sistema económico y social,
incluyendo la propiedad estatal o cooperativa de los medios de producción y del
suelo.
[12] RAE, edición 22: ORTODOXIA.
Conformidad con la doctrina fundamental de cualquier secta o sistema.
[13] MIGUEL GIRIBETS MARTÍNEZ,
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA CRISIS ACTUAL DEL CAPITALISMO
http://www.eumed.net/libros/2009c/599/El%20Neoliberalismo%20y%20la%20organizacion%20de%20la%20economia.htm
[14] CONSENSO DE WASHINGTON. Listado
de políticas económicas durante los años 1990 por los banqueros y centros
económicos con sede en Washington DC, EE.UU, como el mejor programa económico
que los países latinoamericanos debían aplicar para impulsar el crecimiento. A
lo largo de la década el listado y sus fundamentos económicos e ideológicos,
tomaron la característica de un programa general. Originalmente ese paquete de
medidas económicas estaba pensado para los países de América Latina, pero con
los años se convirtió en un programa general.
FUENTE: César Aching Guzmán
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