AL GOBIERNO LE IMPORTA UN CARAJO TODOS AQUELLOS QUE VIVEN
EN POBREZA Y POBREZA EXTREMA.
Un 2014 es un año que
acaba sin esperanza por el nuevo que comienza. ¿Qué podemos decir? Que el 2014
año de la Ley Pulpin, fue un año bueno para los que ganan a manos llena y un
año de miércoles para la mayor parte de la población, un año que nos recuerda
que al gobierno le importa un
carajo todos aquellos que viven en pobreza y pobreza extrema.
A diferencia de otros
años, comprobamos con mucha preocupación que hay más niños pobres deambulando
por la calle, reciclando basura, vendiendo caramelos, o prostituyéndose en la
Plaza San Martin, Av. Grau o la Colmena.
Que diferente seria, si
el gobierno, LOS CONGRESISTAS, LOS ALCALDES, LOS REGIDORES CUMPLIERAN SIQUIERA CON UNA PEQUEÑA PARTE DE
LO QUE PROMETIERON ANTES DE LLEGAR AL PODER. Seguro que veríamos menos niños
desamparados.
Las cifras que nos
muestran las estadísticas son más que alarmantes, nos muestran que la
pobreza y pobreza extrema sobrepasan el 50% formando un círculo vicioso
con las enfermedades infectas contagiosas.
Por ejemplo, la navidad
en los sectores marginales del país
estuvo ausente. Fue tan solo una
hipócrita pose, sin panetón ni pavo que saborear a diferencia de los del
Congreso que con descaro de nácar se levantaron
canastas navideñas y pavos comprados con dinero de nuestros impuestos.
Qué bueno hubiera sido, si las canastas y pavos que se
levantaron estos sujetos los hubieran
hecho llegar a las familias de los asentamientos humanos, a aquellos niños
faltos de amor; cubiertos con el frio de la indiferencia, quienes por cierto
viven de la esperanza de encontrar algo que los haga sonreír y ser felices,
aunque sea por este año que se va y que les permita creer que la navidad y las fiestas de fin de año es para todos.
Lamentablemente tenemos
que soportar a esta clase política sin escrúpulos, alimañas que pretenden
continuar en el poder para continuar mamando de la teta pública.
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