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viernes, 30 de enero de 2015

¿POR QUÉ ESTÁ BAJANDO EL PRECIO DEL PETRÓLEO?

“Si el petróleo representa hoy un problema, esperemos que pasen veinte años: será una pesadilla”
 Jeremy Rifkin, economista y activista estadounidense


Desde hace unos meses, cada vez que repostamos combustible para nuestros vehículos en las estaciones de servicio, nos llevamos la buena noticia de la progresiva y parece que todavía inacabada bajada del precio de la gasolina y del gasóleo, dos de los principales derivados del petróleo, precios de los que el 55% corresponden a toda clase de impuestos.

Sin embargo, esta nueva estrategia comercial, no es debida al remordimiento de conciencia de los países productores por el asalto económico a que nos vienen sometiendo desde hace mucho tiempo, sino más bien a poderosas razones económicas y geo estratégicas, nueva estrategia que está teniendo ya consecuencias positivas porque el pequeño ahorrador dispone de más recursos, y el inversor,  puede reducir sus costes empresariales invirtiendo y contratando más, pero también negativas, porque podría contribuir decisivamente al surgimiento del fantasma de la deflación, uno de los peores enemigos de la economía de mercado capitalista.

Y todo ello, sin perjuicio de la falsedad oficial de que se estarían explotando actualmente el 25% de las últimas reservas de petróleo, una quimera sustentada sobre la tesis, ya  demostrada, de que el petróleo no  es un recurso de carácter fósil, sino mineral, y, por lo tanto, inagotable, de dónde se puede deducir la siguiente cuestión: ¿se estaría ultimando la puesta en marcha masiva de una nueva fuente energética que bien podría ser el hidrógeno, una nueva alternativa más limpia, más abundante y menos costosa, cuyo control de almacenaje tendrían ya ultimado las oligarquías financieras, las mismas que, un día, decidieron ensuciar el mundo entero y envenenar el medio ambiente con “el oro negro”?

Nueva estrategia, la de bajar el precio del petróleo, que obedece a causas de carácter económico como son, por una parte, la sobre producción por encima de la demanda mundial, cuya economía se desacelera a pasos agigantados, necesitando, en consecuencia, demandando menor cantidad de este  combustible, y por otro, la activación por parte de los Estados Unidos (y gracias a las enormes subvenciones de su Reserva Federal), de la costosísima y super contaminante técnica de la fracturación hidráulica o fracking, con la que aspiran a ser autosuficientes y a convertirse en el primer productor mundial de crudo.

Pero al lado, están también las de carácter geo estratégico, como son:

1-Aprovechando la división en el seno de la OPEP, arruinar la economía de países muy  dependientes de la exportación petrolera como Rusia (cuya moneda, el rublo, ha  sido  atacada ferozmente en las últimas fechas y  cuyo  PIB está  sufriendo grandes convulsiones, amén de los movimientos creados para controlar el gas natural de la zona generando  problemas en Ucrania tras intentar llevar a las mismas fronteras rusas la siniestra marca de  la  OTAN); Irán, a quién se pretende debilitar de cara a las negociaciones sobre su programa nuclear, incluyendo la más que sospechosa muerte a cargo muy probablemente del MOSSAD de varios de sus científicos más preeminentes); o como Venezuela, Angola o Nigeria (que ya no exporta a los EE.UU como consecuencia del fracking), economías que están sufriendo un golpe devastador;  y

2-mantener el “sacro santo” petro dólar como divisa internacional (ahora en entredicho por parte de las economías emergentes y, especialmente, del BRIC, acrónimo de Brasil, Rusia, India y China), divisa internacional desde que en 1971 Arabia Saudí y los Estados Unidos acordasen que este país árabe no vendería crudo a nadie si el pago no se hacía en dólares, a cambio del suministro de armas y de la protección militar de la zona por parte del Imperio, lo que supuso inundar de esta moneda el mundo entero y potenciar su poderío económico mundial, hasta el punto de que, quiénes  como el Irak de Sadam Husseim o la Libia del coronel Gadaffi se atrevieron a retar esta “religión”, vieron como eran asesinadas sus personas y aniquilado buena parte de sus territorios y de sus poblaciones a manos de mercenarios y de ejércitos de criminales con la colaboración necesaria de los estados occidentales, incluido el español.

Lo que cabe esperar de toda esta historia, es que aumenten la tensión en la zona del Golfo Pérsico, donde  Irán, más cercana cada día  a Rusia y a China con la que comercia a través de trueque de productos, se erija en el bastión que frene, como ya está  haciendo, al Imperio de los Estados Unidos temeroso de atacar la antigua Persia, entre otros motivos, porque Irán es el principal suministrador de crudo de aquellos  y  porque la maltrecha economía de los EE.UU, no podría soportar una nueva guerra de consecuencias imprevisibles, ante la pujante fuerza militar china y la proximidad y creciente hostilidad rusa, sin  olvidar la cada vez más evidente enemistad de buena parte del mundo árabe con Arabia Saudita (curiosamente, el país que financió a Osama Ben Laden fundador de Al Qaeda y ahora al Estado Islámico, ambos más que sospechosas “terceras columnas” del Imperio en el mundo árabe), Los Emiratos Árabes Unidos y  demás califatos del Golfo, aliados estratégicos de  Israel  y  principales traidores de la causa palestina.

Al tiempo que se aventura la creación por parte del BRIC de una nueva moneda con referencia al patrón oro, con el que comerciar entre ellas y con sus aliados petroleros y países emergentes , al margen del eje árabe – norteamericano, siempre bendecido por el sionismo internacional.


Mientras tanto, nos aprestamos también a ver como nos van preparando para contarnos la mentira del final del petróleo como recurso energético debido a su agotamiento, cuando lo cierto es que ello será debido a que estarán preparados para someternos con una nueva fuente de energía que les aporte igual o más beneficios que el “el excremento del diablo” aunque, mientras duren sus guerras internas y su estrategia geoestratégica, sigamos beneficiándonos de la bajada en los precios de la gasolina y del gasóleo, mientras nos aprestamos  a ver como  el imperio occidental pierde su hegemonía política y económica, en aras de otras potencias que, ojalá me equivoque, puedan estar igualmente dirigidas por los mismos hilos en la sombra que, para nuestra desgracia, nos vienen gobernado a su antojo desde tiempos casi inmemoriales.
VIDEOS A CONTINUACIÓN.






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