EXPIANDO EL ESPIONAJE
En la
fisiología universal cada realidad tiene siempre dos lados contrarios. Positivo
y negativo, bien y mal, vida y muerte, son pares de una misma unidad
indisoluble. Pero por lo general nos orientamos considerando solo un lado y
nuestro juicio es incompleto o parcial, razón por la cual podemos cometer
errores de apreciación o falacias. El reciente caso de espionaje chileno nos
puede servir de ejemplo.
Descripción:
Descripción: http://www.rpp.com.pe/pict.php?g=-1&p=/picsnews/616931.jpgSe
nos ha alimentado siempre el odio hacia Chile a partir de la invasión y sometimiento
del Perú mediante una guerra en la que perdimos dignidad, territorio y más. El
revanchismo perdura porque lo fomentamos y mientras esto no desaparezca la
desconfianza del otro lado tampoco lo hará porque, ambos sentimientos forman
una sola unidad. Esto no sucede a nivel de los pueblos del llano, donde
peruanos y chilenos suelen darse la mano sin malicias. Ambos fueron ajenos a la
Guerra del Pacífico pero expían culpas ajenas.
Yendo
contra la corriente en esta fomentada rivalidad podríamos preguntarnos: ¿A
quién conviene la tensión peruano chilena? ¿Quiénes lucran, quienes se
benefician de esta odiosidad? ¿Qué nos ha traído la explotación política de
esta rivalidad?
Si muchos
peruanos han migrado a Chile, ¿la culpa es de este país o del nuestro? Si Chile
está copando nuestro territorio comercial haciendo que nuestro dinero fluya
hacia allá, ¿la culpa es de ellos o de nosotros? Si los capitales chilenos
compran territorio agrícola que les ofrecemos en los proyectos de irrigación
financiados con dinero de todos los peruanos, ¿De quién es la culpa? Si los
chilenos nos ganan en futbol ¿es por culpa de ellos? Si por el deterioro moral
del país resulta fácil comprar peruanos débiles, ¿a quienes debemos culpar?
Si no
miramos el otro lado, siempre nos harán pasar gato por liebre. Igual que nos
han inculcado falsamente que la independencia del virreinato fue la
independencia del Perú, así también culpan a Chile de nuestra derrota para
ocultar la culpabilidad de la aristocracia gobernante de aquella época.
Hasta los
campesinos saben que una planta débil es presa fácil de sus enemigos y con
mayor razón podemos decir de un Estado débil. La aristocracia virreinal que
siguió gobernando en la república no tenía ningún interés en hacer del Perú un
Estado fuerte, pues no era el país de sus ancestros y más que patriotismo era
el lucro su mayor preocupación. Los peruanos ancestrales alejados de las
decisiones gubernamentales solo fueron utilizados como carne de cañón, llevados
a la fuerza a combatir sin saber las razones del conflicto.
Esa
aristocracia virreinal nunca había luchado por la independencia del virreinato.
Solo se sentó a la mesa ya servida y se hizo republicana. Fue la expedición
libertadora financiada por los patriotas chilenos a costa de sacrificios
financieros la que hizo el trabajo que fue culminado por otros extranjeros
venidos del norte de Sudamérica.
Posteriormente,
esta misma aristocracia gobernante fue la que pidió ayuda a Chile para
sacudirse de la Confederación Peru-boliviana. Las tropas chilenas tuvieron que
venir a combatir hasta derrotar a las fuerzas de Santa Cruz en la batalla de
Yungay en coalición con tropas peruanas. El Perú fue restaurado gracias a la
ayuda de Chile. A pesar de ello, la aristocracia gobernante siguió en la
desidia.
Decir
todo esto puede provocar iras adversas y muchos preferirán no saber la verdad
pero a veces las peleas entre hermanos suceden por intereses de terceros. Los
chilenos sabían todas las debilidades de los gobernantes peruanos y sabían
combatir en territorio peruano. También lo sabían intereses ingleses que
apetecían las riquezas naturales en los territorios que perdimos y fueron los
financiadores de la guerra. Esto es lo que también hay que mirar. (En la guerra
por las Malvinas Chile fue utilizado por
Inglaterra contra Argentina).
No fue el
pueblo peruano el que perdió la guerra con Chile sino la aristocracia
gobernante que finalmente se lavó las manos dejándonos con una herida que no
cierra porque pagamos culpas ajenas. Es a ella a la que debemos señalar como la
culpable de la derrota ante Chile. Ella nos sembró el odio hacia Chile para
ocultar su cobardía.
Por eso,
ver desde el lado oscuro puede ser desagradable pero quizá nos ayude a tener
una visión más equilibrada. En las condiciones de inmoralidad en que se debate
nuestro país, el riesgo de traición es mayor. La corrupción está por todos
lados. Todo está podrido y no hay que buscar la culpabilidad afuera. Está entre
nosotros.
No
esperemos que al Perú le pase lo mismo que a Sodoma. La “clase política” no
será la que ponga el pecho para salvar a la patria. Si ella sigue gobernando
nuestra desgracia continuará. Hay que cambiar el régimen electoral que la
protege y establecer normas equitativas para una nueva democracia. Es hora de
decir basta y curar la patria eliminando los parásitos que la agobian. Hay que
limpiar todo antes que la basura acabe con nosotros.
Febrero
2015
FUENTE: Milciades
Ruiz
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