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martes, 3 de febrero de 2015

LAS TENDENCIAS EN LA PERSPECTIVA SOCIOPOLÍTICA




Escribe: Milciades Ruiz

Desde hace buen tiempo la indignación social se viene embalsando sin encontrar una salida ordenada. El deterioro material y moral de la patria está agrietando la estructura vigente y puede colapsar si el desborde social resulta incontenible. No son los rebeldes sociales los culpables de las tendencias subversivas que el sistema imperante genera. Es este, el que crea las condiciones objetivas y subjetivas para la germinación y eclosión del Descripción: Descripción: curiosidadesdescontento social.

El conocimiento de la fisiología universal nos facilita el avizoramiento y pronóstico de los fenómenos que son consecuencia de las interacciones previas que muchas veces no las percibimos o las desdeñamos ganados por la coyuntura. La configuración de una situación social, política, económica, cultural es producto de un proceso acumulativo de las tendencias, las mismas que, pueden estallar si han alcanzado un nivel explosivo.

Es así como los agentes políticos pueden manejar una situación social aplicando una certera estrategia que es desarrollada a la par con la fisiología universal y no, como sucede muchas veces en que se actúa después que los hechos han desbordado.

La ineptitud política proviene de la poca preparación en el conocimiento y ejercicio del análisis fisiológico del desarrollo social. Ante la falta del debate ideológico los agentes políticos se dejan llevar por los focos de atención coyuntural que lanza la prensa interesada, sin atinar a reaccionar frente a la alienación soterrada.

En los últimos tiempos, son los economistas los que se han posesionado mejor en el protagonismo político, en el debate académico y las investigaciones del rubro, alcanzando alto grado de influencia en las decisiones nacionales. Las ciencias sociales se han venido a menos y no tenemos la ayuda de sus científicos y filósofos de otros tiempos.

Pero el desarrollo social sigue su curso inexorable como el reloj de la historia. Al igual que el calentamiento global, el proceso social ha venido evolucionando en gran parte, silenciosamente y la acumulación procesal en muchos aspectos es ya irreversible. Imposible volver al pasado aunque muchos odien a Velasco por acabar con la sociedad oligárquica feudal que estalló en guerrillas precipitadoras de los cambios estructurales de la década de 1970.

Al ser desactivado en sus inicios el proceso de reformas de 1968- 1974 se retornó al viejo sistema político corrupto con las consecuencias que hoy vemos en la degradación de nuestra sociedad y el carácter delincuencial de las instituciones del Estado. Las tendencias políticas tomaron un rumbo diferente y las perspectivas para el país cambiaron en sentido contrario.

Es que las tendencias sociales e históricas configuran nuevas condiciones con nuevos estallidos. La actual movilización juvenil masiva que ha desatado la inepta política gubernamental es un indicio de la corriente social “subterránea” que se ha venido incubando y que ahora está tomando fuerza contundente con el triunfo alcanzado por la juventud peruana. Podemos abrigar la esperanza de un renacer de las fuerzas revolucionarias con una generación de nuevos líderes sociales.

Son pues, las interacciones de las fuerzas del desarrollo humano las que delinean el curso histórico en cada periodo de tiempo. Los hechos históricos pueden ser de diversa trascendencia en el corto, mediano y largo plazos pero estos no se producen de forma aislada ya que, forman parte del proceso integral del desarrollo social. Los hechos intrascendentes no cambian el curso histórico pero hay hechos que acaban con la predominancia imperante  dando paso a un cambio histórico.

El sistema capitalista se gestó dentro del sistema monárquico al que le quitó predominancia y se impuso al cambiar las desgastadas estructuras que colisionaban con el nuevo sentir social. Nada pudo detener esta tendencia que explotó con la revolución francesa de 1789 cuya trascendencia cambió la realidad mundial, incluyendo la disolución de los virreinatos en nuestro continente.

Los hechos históricos ocurren pues, siguiendo un proceso cíclico de la fisiología universal. Surgen, se desarrollan, alcanzan su esplendor y declinan hasta fenecer inexorablemente. Este principio fisiológico es aplicable a todos los procesos menores y mayores, nacionales y globales, locales y regionales en los más diversos rubros y aspectos.

Por ejemplo, las tendencias mundiales han generado desbarajustes en el predominio de EE. UU. que lucha a muerte para mantener su hegemonía mundial de épocas pasadas. Cada vez más se deteriora su poder por el avance de una tendencia de liberación de los pueblos oprimidos. Está situación lo obliga a replantear su estrategia de dominación retrocediendo en su tiranía como lo viene haciendo frente a la férrea resistencia de la revolución cubana.

Todo esto sucede porque el proceso de desarrollo social mundial avanza inexorablemente. El deterioro de la atmósfera de vida planetaria ha generado una opinión mundial adversa al modelo de producción industrial contaminante y pugna por poner límites a la expansión de las grandes economías predominantes. El no poder ir más allá de lo permitido frenará el poder de las mismas ocasionando un viraje que afectará la predominancia vigente.

Además de las tendencias globales que se han generado después de la caída del bloque soviético y más recientemente, de la agresión imperialista a los países musulmanes, las tendencias del desarrollo capitalista y la insurgencia de nuevos bloques, podemos advertir cambios que influyen en nuestras vidas por las consecuencias del proceso mundial de las tendencias.

El deterioro económico de los países que nos tienen sometidos como satélites de sus economías ha obligado al actual gobierno peruano a tomar medidas en perjuicio del patrimonio nacional y de los derechos laborales, ocasionando con ello el repudio generalizado del pueblo. Esta tendencia traerá consecuencias en el ánimo social y en el desarrollo de opciones de lucha.

Las torpezas gubernamentales pueden acelerar las condiciones de estallido social. El pueblo es consciente de que el proceso electoral que se avecina no cambiará en lo sustancial la situación actual y que los candidatos que se vienen promocionando son indeseables. No hay una opción diferente y la pérdida de fe en un cambio es ostensible.

A sí como el movimiento juvenil insurge reclamando derechos, también ahora los líderes campesinos hablan de defensa del medio ambiente y la ecología, cambio climático, biodiversidad, defensa del agua, lobbies, neoliberalismo, derechos humanos, derechos de género y otras banderas. Esto no sucedía en décadas pasadas.

Todas estas tendencias van configurando una previsible situación de conflicto social que puede estallar si la ebullición no encuentra otra salida. Las perspectivas económicas son de mal tiempo y ya la devaluación corroe los salarios. Pero también hay tendencias fisiológicas que ya han avanzado bastante generando situaciones irreversibles. El abandono gubernamental del ámbito rural tras la desactivación de la reforma agraria ha ocasionado un proceso migratorio de desbalance en el desarrollo nacional.

Más del 50% de la población rural ha huido del campo pues este, no está en condiciones de competir con los atractivos de la ciudad. En el último censo agropecuario se encontró que muchos hogares habían migrado totalmente, en cientos de miles solo encontraron a un anciano y parejas de ancianos porque toda la descendencia se fue. En el resto de hogares rurales solo quedaban familias incompletas. Este flujo social incontenible tiene sus efectos económico y sociales tanto en la urbe como en el campo donde la escasez de mano de obra ha elevado los costos de producción y mermado la rentabilidad.

Esta tendencia ya resulta irreversible y sus consecuencias son previsibles en todos los aspectos. Hay ciudades de la costa copadas y saturadas por la migración que ha desplazado a las poblaciones tradicionales y las vienen transformando casi totalmente tal como ocurre en Lima, Tacna, Arequipa, Trujillo, etc. Este proceso tiene mucho que ver con las tendencias fisiológicas y el manejo del desarrollo nacional. Todo conduce a una predominancia social de extracción andina que tarde o temprano tendrá predominio político cuando los migrantes hagan prevalecer sus derechos.

El impacto de estas tendencias en la movilización social está marcando una nueva realidad nacional en la economía, seguridad ciudadana, cultura y otros aspectos. Gran parte de la población rural también ha emigrado a la selva a depredar el bosque amazónico y sembrar coca para el narcotráfico. Pero hay otras tendencias por analizar y hay que distinguir aquellas que son gravitantes de las que no las son, las determinantes y las coyunturales. Del estudio de las tendencias podemos extraer las probabilidades de los resultados y prepararnos para las situaciones que vendrán en lo sucesivo.

Podríamos seguir señalando otras tendencias pero no es el propósito de este artículo sino, llamar a la reflexión a los revolucionarios para que se preparen a liderar los acontecimientos venideros. Aunque muchos en la izquierda solo piensan en la participación electoral del 2016 a la usanza tradicional habría que preguntarse si en las condiciones actuales esta tendencia es determinante para el cambio revolucionario que anhelamos.

El anacrónico sistema eleccionario que se sustenta en la suplantación representativa del pueblo mediante el dinero mal habido al amparo del actual régimen electoral en el caduco sistema político vigente es ya insostenible. La fraudulenta democracia representativa y la institucionalidad posesionada por la corrupción ya no se corresponden con el desarrollo de las fuerzas sociales nacionales, las mismas que repudian la designaciones electoreras que ocasiona la degradación moral de nuestra patria.

Habría que preguntarse si es más apropiado apelar al derecho de insurgencia del pueblo y no sufragar en tanto no se hayan cambiado las condiciones eleccionarias que garanticen un cambio en el sistema político de representatividad democrática. Esto es básico para lograr una nueva Constitución emanada realmente de la representación equitativa de los sectores socioeconómicos. De lo contrario, serán los usurpadores de siempre los que accedan fraudulentamente a la asamblea constituyente para emanar una Carta Magna que conviene al actual sistema de dominación.

La alternativa a la democracia del dinero es la representación directa de los sectores socioeconómicos en proporción a sus masas de poblaciones como ya ha sido propuesta en artículos anteriores, desarrollando una nueva institucionalidad política en el ámbito nacional. Un nuevo rol de los partidos políticos y una democracia más equitativa. Un proyecto de nueva ley electoral equitativa es una tarea inmediata a trabajar. Así como se logró el voto para el analfabeto, el derecho de voto para la mujer, también se puede lograr el voto equitativo.

Buscar la unidad solo con fines electoreros no tiene sostenibilidad. Más aún si en la incertidumbre “nadie sabe para quién trabaja”. Encumbrar a dos o tres congresistas para el provecho personal de los mismos solo será una victoria pírrica intrascendente. En todo caso, hagamos la diferencia sustancial en nuestros métodos democráticos acogiendo como nuestros, los candidatos emanados del pueblo en las proporciones mencionadas antes que imponer el listado de las repartijas de cúpula.

Una estrategia como la indicada puede conducir a la recuperación del prestigio perdido y a gestar un movimiento popular que adquiera capacidad predominante como sustento de nuestra opción revolucionaria desde la misma base social abriendo el espacio para un nuevo liderazgo. La crisis en Grecia y España  han ocasionado un viraje a la izquierda con nuevos liderazgos y de esa lección fisiológica debemos aprender.

En fin, hay mucho que decir respecto de las tendencias fisiológicas sociales y sus repercusiones pero la vía internet nos obliga a no ser extensos. Solo copio a continuación un breve pasaje del libro: “Trazos para una República Equitativa” que en su Tercera Parte trata sobre la fisiología universal, la fisiología social, la fisiología política y la fisiología económica:


“LOS PROCESOS INFINITOS

Toda acción demanda energía, sin la cual no puede suceder, y como ya se dijo, la energía es materia. No hay movimiento sin energía (materia). Los electrones son materia, la luz solar que nos alumbra para decir que es de día, es materia, tiene gravedad y es atraída por la gravedad de nuestro planeta.

El sol es pura energía incandescente como lo fue nuestro planeta hasta que se fue enfriando, transformándose en materia que todos vemos. Las plantas captan la energía solar para generar energía química a partir de la cual se forma la materia que constituye nuestro alimento. La suma de átomos forman las moléculas y la suma de estas la materia en todas sus formas.

La energía contenida en la materia que ingerimos es lo que nos hace crecer y adquirir el peso que tenemos. Las células toman la energía para desarrollarse, multiplicarse y formar los tejidos de los órganos de nuestro cuerpo. Una sola célula se transforma en humano, en elefante, ballena, etc. Los seres vivos insepultos llegan a estado fósil transformados en rocas muy similares a la de los cerros. Una biomasa enterrada por siglos se transforma en energía petroquímica.

Por eso decimos que la materia no se crea ni se destruye. Sólo se transforma. Así lo vemos cuando la madera usada como combustible se transforma en carbón y gases que se evaporan. Las plantas vuelven a tomar los elementos de esa descomposición para convertirlos nuevamente en madera, frutas, granos y otra materia. Por consiguiente, siendo infinitas las interacciones, también lo es la energía que las sustentan, que las movilizan. Si la energía es infinita, también lo es la materia, que es su otra forma.

Los procesos son cadenas de interacciones múltiples que están entrelazadas con otros procesos. En tal virtud, los procesos se pierden en el infinito, en todas direcciones. Por eso no hay consecuencia sin causa, pero también la consecuencia se convierte en causa que trae otras consecuencias, y así sucesivamente. La sucesión de procesos no termina nunca porque las acciones y reacciones generan un movimiento infinito, un tiempo infinito, un espacio infinito.

Por consiguiente, el proceso histórico es una secuencia en un tiempo dado y en un espacio determinado, Todo cambia a cada instante. Nada es igual en cada instante. Todo es movimiento y no hay nada absolutamente estático. Hay procesos que podemos ver a simple vista, pero otros son complejos, cuya visualización y comprensión requieren de estudios profundos. Y sin embargo se rigen por la misma fisiología.


El hecho de que nuestra vida misma sea el resultado de un proceso lleno de interacciones que no cesan ni con la muerte que pone fin a nuestro ciclo vital, nos dice que nuestra conducta, salud, modo de vida, desarrollo intelectual y más, tienen mucho que ver con la influencia de las interacciones genéticas, educativas, laborales, culturales, etc.

Así como las interacciones están presentes en cada individualidad, también están presentes en los conjuntos, desde sociedades microscópicas hasta las sociedades galácticas del infinito universo. Por supuesto que también en las sociedades humanas, de manera material e intelectual. Toda esta dinámica puede ser estudiada, comprendida y catalogada para extraer enseñanzas de gran utilidad para nuestro desarrollo.


Se ha llegado a la situación actual en el planeta a través del proceso histórico de la humanidad, pero este proceso continúa y su final será también obra de la evolución de ella, cuando llegue el momento en que el sistema imperante pierda legitimidad, por ser ya incompatible con las condiciones de desarrollo humano. Empezará entonces una nueva etapa social que superará los problemas que actualmente afronta la humanidad, como sucedió con la monarquía, feudalismo, esclavismo y primitivismo.

Mientras tanto, tenemos que seguir luchando por ese cambio, que es una aspiración profundamente humana. Por nuestra liberación individual y social de las cadenas de opresión del sistema de dominación imperante en todo ámbito. Luchar por nuestra patria sometida bajo el yugo del sistema de dominación planetaria.


La historia nos enseña que a cada época de desarrollo social corresponde un tipo de Estado. Cuando este se mantiene rígido mientras la sociedad evoluciona, se producen colisiones por desajustes, y si esta discordancia no es corregida, la desesperación social termina rompiendo violentamente las ataduras, derribando las estructuras vigentes.

A esta altura del proceso social es evidente que el viejo modelo capitalista republicano ya no se ajusta a las nuevas condiciones del desarrollo social de la humanidad. En nuestro país tenemos actualmente una república anacrónica, repudiada por el pueblo, pese a lo cual se resiste al cambio.”



Enero 2015

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