COMPARTO CON USTEDES EL ARTICULO
ESCRITO POR PEDRO FRANCKE, SOBRE LOS RESULTADOS DE LA POLÍTICA SOCIAL DEL
GOBIERNO: MUY IMPORTANTE TOMAR EN CUENTA LA CONCLUSIÓN FINAL "Por eso, una
nueva política social, alternativa a la de la suma de programas sociales
focalizados subordinados al neoliberalismo económico, debe ser integral e
incluir la economía y la participación ciudadana como cuestiones fundamentales,
debe apuntar a la universalidad de la educación, la salud y la seguridad
social, debe asegurar el cuidado de los vulnerables y debe estar guiada por los
principios de Justicia Social y Derechos". Yo le agrego que ninguna
política social puede tener éxito si a través de esta se personalizar a alguien
que solo le interesa utilizar dichos programas (NADINE).
Agrego además que desde la izquierda
es lo que mejor sabemos hacer: Programas Sociales guiados por los principios de
Justicia Social y Derechos pero en su aplicación erramos como en la reciente
gestión municipal metropolitana por el alto nivel sectario y arcano de los que
se encargan de su implementación.
IMPERATIVO: OTRA POLÍTICA SOCIAL
Escribe Pedro Francke
Cuando empezó el gobierno de Humala, las palabras claves
parecían ser “inclusión social”. ¿Lo recuerdan? Es necesario hacerlo, porque en
los últimos 2 años la palabrita parece haber caído en el olvido. Pero si sonaba
tan bien, ¿qué pasó?
LOS PROGRAMAS
Hagamos un recuento de la inclusión social impulsada por el
gobierno. Se trató de una serie de programas sociales, algunos nuevos y otros
reformateados con cambio de nombre, que se entregarían con una focalización
individual, es decir, sólo para aquellos con carné de pobre.
Un repaso de los programas es necesario.
Un repaso de los programas es necesario.
Ø
Pensión 65 es un programa para dar un apoyo a los adultos
mayores en zonas rurales de extrema pobreza, que se limitó a un monto muy
reducido (125 soles mensuales) y una cobertura bastante menor a lo prometido en
campaña.
Ø Juntos es un programa que
viene del 2004 y que solo se amplió, e igual que antes entrega 200 soles
bimestrales a mujeres pobres en zonas rurales.
- Cuna Más se anunció con mucho bombo pero en la práctica fue el antiguo Wawawasi al que se adosó otro programa existente para familias rurales.
- Cuna Más se anunció con mucho bombo pero en la práctica fue el antiguo Wawawasi al que se adosó otro programa existente para familias rurales.
Ø Qali Warma es el nuevo nombre
de un programa de desayunos y almuerzos escolares que existe hace décadas; el
gobierno lo expandió y ha tenido problemas por comidas contaminadas en varios
sitios.
Ø El SAMU, que debía ser
transporte de urgencias médicas, nunca despegó realmente debido a que era una
promesa electoral separada de cualquier idea integral en salud pública.
Ø Beca 18, un relanzamiento del
programa de becas existente hace décadas, tiene un presupuesto fuerte, es una
buena ayuda a los jóvenes que quieren seguir estudios superiores pero posterga
las universidades públicas en beneficio de las privadas con fines de lucro.
LA TÉCNICA Y LA
FALTA DE ELLA
La mirada supuestamente técnica de la inclusión social desde el
MEF neoliberal ponía énfasis en 3 cosas: Una focalización estricta para
controlar el presupuesto, la mayor privatización posible y el control de un
equipo económico tecnocrático. Sin embargo, el sustrato real era un MEF
preocupado por ganarse a Nadine y haciendo caso a todas sus ideas sin sustento,
de tal manera que no respondía a prioridades bien sustentadas ni diseños bien
pensados.
En algunos casos, como los desayunos escolares, la entrega a
empresas privadas para que entreguen comidas preparadas ha sido desastrosa:
precios triplicados y niños contaminados. El presupuesto aumentó enormemente
para los colegios pero cortaron el presupuesto destinado a programas y refuerzo
alimentario a niños menores de 3 años, que es donde se concentra la
desnutrición y anemia. Resultado: la anemia crece y la desnutrición sigue
altísima. El programa Juntos también debería haber ayudado a reducir este
flagelo que es la desnutrición infantil pero ha tenido mínimo impacto por
haberlo ignorado, limitándose al reparto de dinero. El sistema de focalización
de hogares sigue siendo una caja negra llena de deficiencias, pero los pobres
no reclaman temerosos desde la experiencia fujmorista de que si lo hacen,
pueden perder toda posibilidad de recibir apoyo.
Los mejores programas no han venido del MEF ni menos de Nadine.
Ahí está por ejemplo Haku Wiñay, un nuevo programa de Foncodes para promover
productividad y mejores ingresos entre los campesinos, con capacitación de
campesino a campesino. Es una metodología afinada en décadas de proyectos de
ONGs en el campo que no estaba dentro del plan de gobierno y que llega a muy
pocas familias rurales por falta de presupuesto porque no salió de la mente
preclara de Nadine ni su creador fue tecnócrata del Banco Mundial o el BID.
UN “SOCIAL” MUY
RESTRINGIDO
Una mirada más amplia es sin embargo necesaria. Porque si algo
es obvio a estas alturas del gobierno, es que un listado de programas no
configuran una política de inclusión social. Ni de lejos.
Porque mientras Nadine con su gran sonrisa inauguraba programas abrazando niños, la contaminación avanzaba afectando campesinos e indígenas en Espinar y en Loreto y sus reclamos y protestas eran respondidas no con diálogo sino con indiferencia o con balas.
Porque mientras Nadine con su gran sonrisa inauguraba programas abrazando niños, la contaminación avanzaba afectando campesinos e indígenas en Espinar y en Loreto y sus reclamos y protestas eran respondidas no con diálogo sino con indiferencia o con balas.
Mientras se prometía inclusión se apoyaba que Yanacocha quitara
sus lagunas y aguas a los campesinos y ronderos cajamarquinos. Y cuando el
gobierno aprobó una ley de consulta previa a los pueblos indígenas, no esperó
ni un mes para incumplirla, minimizarla y obviarla. La primera y mayor
inclusión que hacía falta, la inclusión política, fue traicionada porque se
optó por continuar con la política del “perro del hortelano” de Alan.
La política económica también ha sido tremendamente excluyente.
La preferencia por la minería y el petróleo prioriza sectores que generan muy
poco empleo, apenas el 1% de la PEA, dejando sin empleo a la enorme mayoría. El
gobierno del MEF y la CONFIEP que tenemos hace 25 años, desde Fujimori, deja en
el abandono a la agricultura familiar y llega al extremo de otorgar las tierras
del proyecto Olmos subsidiado por el estado a la latifundista Gloria. En vez de
apoyar a las cooperativas cafetaleras que son una buena experiencia de búsqueda
de alternativas económicas desde abajo, el MEF buscó sabotearlas con un cobro
de impuestos abusivos que solo fue detenido por su lucha.
Dejo para el final el tema de las políticas sociales, que han
ido de tumbo en tumbo. Salud, por ejemplo, necesita una reforma, pero no una de
privatización sino una orientada lograr que realmente haya servicios de calidad
que lleguen a todos los peruanos y peruanas, combatiendo las enfermedades que
más golpean a los pobres como la tuberculosis. Poco se ha hecho, y el que el
gobierno prefiera gastar 27 millones de soles en un medicamento como el
Atazanavir solo para favorecer a una trasnacional mientras Bolivia paga por
cada pastilla similar la veinteava parte, es un escándalo.
¿SOLO
NECESITAMOS INCLUSIÓN?
Un problema mayor, sin embargo, es que la exclusión no es el
problema único y central del Perú de hoy. Entendámonos y precisemos. Excluidos
son los que están fuera, fuera en este caso de relaciones y espacios
importantes como puede ser el mercado de trabajo o la participación ciudadana.
Es la situación de muchos pueblos indígenas.
Pero en el Perú hay millones que están incluidos pero
discriminados, como las mujeres y los cholos que logran un trabajo formal pero
por su condición ganan 15 a 35% menos que un hombre blanco. A los que están
explotados se les quiere explotar más.
La lucha contra la ley Pulpín ha sido la lucha contra un intento
de incluir, pero sobreexplotando y abusando. ¿No decían hasta el cansancio que
la ley era para darle trabajo a los jóvenes que no lo tenían? Esto era solo
demagogia mentirosa para buscar confundir a la opinión pública con un discurso
de inclusión, con el argumento de que “si quieres que te incluyamos acepta ser
sobreexplotado”, y si eres mujer y quieres trabajo e inclusión, acepta ser
discriminada y acosada, y si vives cerca a la mina gana tu dinerito, acepta la
contaminación y cállate la boca.
El gran problema de fondo, el concepto que une la lucha contra
la exclusión, la discriminación y la explotación, es la Justicia Social. Eso
queremos: un trato equitativo y justo entre los seres humanos. Derechos
Sociales, para todos y todas, preservando la dignidad humana, cuidando a los
débiles y frágiles, levantando a los oprimidos.
OTRA POLÍTICA
SOCIAL
Se necesita otra política social. Esta debe incluir gerencias
realmente técnicas, orientadas a resultados y basados en evidencias. Pero en
políticas públicas, la gerencia y la técnica son instrumentos importantes pero
no definitorios. Lo central es la política misma, es decir, la dirección por la
cual quiere llevarse a la sociedad y las estrategias para lograrlo.
Por eso, una nueva política social, alternativa a la de la suma
de programas sociales focalizados subordinados al neoliberalismo económico,
debe ser integral e incluir la economía y la participación ciudadana como
cuestiones fundamentales, debe apuntar a la universalidad de la educación, la
salud y la seguridad social, debe asegurar el cuidado de los vulnerables y debe
estar guiada por los principios de Justicia Social y Derechos.
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