*Este
artículo fue escrito originalmente por Nina Gualinga, una joven líder de
Sarayaku que recientemente habló en un video que se volvió viral en youtube. En
él habló sobre su comunidad y cómo luchaban para mantener el petróleo en el
suelo. Ella representó a la juventud Sarayaku en la última sesión de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos en San José, Costa Rica además de otros
importantes compromisos. Este artículo lo escribió durante la celebración de la
Cumbre del Clima en lima, Perú la segunda semana de diciembre.
Camino
por un pequeño sendero, rodeado de un número infinito de árboles, plantas y el
aroma de las flores. Mis pulmones se llenan de aire puro y fresco cuando
respiro profundamente. Mis pies descalzos tocan el suelo, húmedo por la lluvia
de ayer. Este es mi hogar. Aquí es donde crecí. Esto es lo que quiero compartir
con mis hijos algún día.
Cuando pienso en el futuro,
en mi gente, puedo escuchar el llanto del río, de las montañas y del bosque y
esto me llena de tristeza e ira. El futuro de este lugar está bajo amenaza. La
mismísima esencia de la vida está siendo amenazada por la extracción de
petróleo. Y le rezo al bosque para que me dé el suficiente coraje para proteger
mi hogar.
Vengo de Sarayaku, una
pequeña comunidad indígena en las profundidades de la selva del Amazonas
ecuatoriano. Esta semana me encuentro en Lima para la Conferencia sobre el
Cambio Climático COP20 de las Naciones Unidas para exigir que los líderes
mundiales respeten los derechos ancestrales de mi pueblo y que protejan a la
selva tropical.
Nosotros,
las personas indígenas, usamos nuestros recursos de un modo que se promueve la
regeneración y el recrecimiento. Preservamos nuestra identidad cultural y nos
preocupamos del ambiente para asegurar que las generaciones futuras puedan
coexistir de forma pacífica y segura con la naturaleza igualmente. Pero la explotación
del petróleo inevitablemente significará el fin de nuestra vida y cultura tal
como la conocemos. Se desencadenaría un desastre ambiental y destrucción social
y contribuiría a las consecuencias devastadoras del cambio climático que ya
estamos enfrentando.
Globalmente, es vital que
evitemos la extracción de combustibles fósiles y que los quememos dado que es
un proceso completamente irreversible y que tiene consecuencias con las cuales
la humanidad tendrá que vivir durante cientos de años. Las negociaciones climáticas
internacionales se tratan de fijar metas para reducciones de emisiones a futuro
y la política climática se trata en su mayoría sobre el reducir la demanda de
combustibles fósiles, pero aún así los líderes mundiales continúan evitando las
discusiones sobre cómo reducir el suministro por completo. En la práctica, esto
significa que los políticos pretenden ser proactivos mientras difieren su
responsabilidad del problema a las generaciones del futuro. Mientras tanto, las
emisiones globales de dióxido de carbono siguen aumentando, causando estragos
en el medio ambiente.
Lo
que los líderes mundiales deberían hacer es enfocarse en revertir la tendencia
de consumo de combustibles fósiles y deberían hacerlo ahora. La política
climática internacional debe cambiar su foco y crear una estrategia que permita
dejar los combustibles fósiles en el suelo.
Muchas
de las compañías y gobiernos que tienen el poder de reclamar propiedad de
reservas de petróleo, carbón y gas continúan explotándolas para aumentar su
propio poder y riqueza. El lograr detener esto y redefinir esta tendencia no
será fácil. Pero ese es un desafío que la humanidad debe aceptar y enfrentar.
Debemos actuar ahora.
Los lugares en donde se han
descubierto depósitos de combustibles fósiles están situados directamente
dentro de los hogares y territorios de las personas indígenas locales. Nosotros
luchamos de forma activa contra la explotación de estas reservas. Luchamos por
el futuro de toda la humanidad. Por lo tanto, merecemos el apoyo de las comunidades
internacionales. Hemos estado, persistentemente, en el frente de la batalla
contra el desastre ambiental y el cambio climático. Así que, ¿por qué nuestras
voces no están siendo incluidas en el proceso de toma de decisión en la COP20 y
en otras reuniones gubernamentales de alto nivel? No solo es nuestro derecho,
pero también es la obligación de los gobiernos, partidos políticos,
corporaciones, organizaciones y otras instituciones el asegurar que las
personas indígenas tengan una opinión que puedan hacer valer sobre su propio
futuro.
El viento responde a mi rezo
con un suave susurro. Los árboles bailan gentilmente, las aves comienzan a
cantar y mi cuerpo se llena de fuerza. Puedo oír el murmuro del río pidiéndome
que siga peleando porque mis ancestros ya han caminado por este sendero y es un
legado que le debo a mis futuros hijos. Esa es la razón por la cual no puedo
permitir que este lugar sea destruido. Cuando camino por el bosque veo toda la
belleza de la vida que me rodea y no puedo dejar de preguntarme a mí misma:
¿Cuál es el sentido de destruir un paraíso para poder destruir el resto del
mundo?
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