SOROS SPUTNIC
AP Photo/ Manuel Balce Ceneta
Durante décadas, las élites
estadounidenses han distorsionado las ideas de la democracia, la globalización
y los derechos humanos con el fin de propagar su influencia por el mundo,
ganando mercados y suprimiendo sistemas políticos soberanos.
Ahora, la llegada de Donald Trump al
poder en el seno del propio liberalismo, es percibida por muchos expertos como
una prueba del quiebre de esas ideas.
Así, más de 17.000 personas se han
unido ya a la campaña de recaudación de firmas que exige al presidente Donald
Trump prohibir en territorio estadounidense cualquier actividad de George Soros
y su familia, privarlo de la ciudadanía y expulsarlo del país. El especulador
financiero y fundador de la Open Society Foundations es acusado de manipular y
sobornar a las élites para propagar los así llamados valores de la época
postmoderna.
"Pedimos que se emita una orden
judicial por las deliberadas acciones [de Soros] encaminadas a desestabilizar y
quebrar nuestra economía, promoviendo su agenda de Nuevo Orden Mundial,
anti-Americana, de fronteras abiertas, globalista, con la intención de destruir
nuestro país", dice la petición, cuya autora es Vanessa Feltner, una
activista y compositora de Ohio.
George Soros, de acuerdo con la
petición, estaría tratando de destruir EEUU mediante "la compra de
nuestros gobiernos, la manipulación de nuestra moneda, la compra de políticos y
la perjudicial compra de influencia negativa sobre nuestros valores
occidentales". "Queremos que Estados Unidos siga siendo una nación
soberana y republicana", subraya la petición. "Este hombre y su hijo
continuarán intentando destruir nuestros valores occidentales y estamos de
acuerdo en que debe ser eliminado o detenido de inmediato para proteger la
seguridad de nuestros valores y de nuestro país".
Ígor Pshenichnikov, asesor del
director del Instituto Ruso de Estudios Estratégicos, un influyente grupo de
expertos con sede en Moscú, explica a Sputnik lo que está en juego en esta
batalla ideológica. Echando un vistazo a lo que se conoce sobre las actividades
de Soros a escala global, señala que prácticamente todo lo que está expuesto en
esa petición ha sido aplicado durante décadas no solo en EEUU, sino más allá de
sus fronteras.
"Soros esbozó su visión del
mundo en su libro 'The Age of Fallibility' ('La Edad de la falibilidad')"
recuerda Pshenichnikov, enfatizando que su principal objetivo es supuestamente
crear un mundo sin fronteras, donde todos sean iguales y libres, incluso a
costa de que el interés de las minorías prevalezca sobre el interés de la
mayoría.
A modo de ejemplo, el experto señala
que la ideología de género que promueve Soros "nace en lo profundo del
movimiento feminista, que hoy día se ha convertido en una base sociopolítica de
la sociedad occidental". Más allá de la igualdad de género, sin duda, una
noble causa, esta ideología le impone a la sociedad moderna la doctrina de
"ausencia de identidad de género", sin tener en cuenta que "para
él o ella, el género es la forma en la que naturalmente se expresan en el
mundo".
Durante el último año, los hackers
han presentado al mundo decenas de documentos relacionados con las actividades
de la Fundación Open Society. Entre otras cosas, estos revelan los esfuerzos
por quebrar las ideas conservadoras y promover una doctrina de 'post familia'
en las sociedades occidentales.
Bajo su patrocinio, la oficina
europea de la Organización Mundial de la Salud elabora documentos como 'Normas
para la educación sexual en Europa'. Si se da una lectura a sus páginas, se
hará evidente que detrás de la noble causa que expone su título, se esconde la
intención de "formatear a los niños europeos desde pequeños, dejando su
matriz [de género] innata destruida", apunta Pshenichnikov.
La financiación de diferentes ONGs
destinadas a desestabilizar a los países que no cumplen con el sistema de
valores de Soros no es secreto para nadie. En su propia página web, su
fundación Soros presume haber gastado miles de millones de dólares en el
desarrollo de los 'valores democráticos' alrededor del mundo.
Hace tres años, Soros invirtió
decenas de millones en ONGs 'pro-democráticas' en Ucrania, para respaldar a los
grupos paramilitares que, lejos de cualquier marco legal, sacaron del poder al
electo democráticamente presidente Víctor Yanukovich por su postura prorrusa.
Al llegar al poder, unos de los primeros decretos promovidos por las nuevas
figuras fue la prohibición del idioma ruso —lengua natal para la mayoría de los
habitantes del sur y oriente ucraniano— lo que catalizó la sublevación contra
las nuevas autoridades nacionalistas. Otro claro ejemplo de imposición forzada
del interés de las minorías sobre la mayoría.
© SPUTNIK/ NIKOLAY LAZARENKO
El actual presidente de Ucrania,
Petro Poroshenko (segundo a la izquierda) y George Soros (a la derecha),
fundador y presidente de Open Society Foundations, durante una reunión en Kiev,
13 de enero de 2015.
© SPUTNIK/ NIKOLAY LAZARENKO
El actual presidente de Ucrania, Petro Poroshenko (segundo a la izquierda) y George Soros (a la derecha), fundador y presidente de Open Society Foundations, durante una reunión en Kiev, 13 de enero de 2015.
Varios líderes orientados a conservar
los valores tradicionales ya han dejado claro su posición respecto a Soros y
sus fundaciones. El propio Viktor Orbán, primer ministro de Hungría —país donde
Soros tiene sus raíces—, ha expresado públicamente que los conceptos que promueve
el multimillonario "a lo mejor son bien intencionados, pero ingenuos, y a
lo peor se basan en una evaluación calculada de los procesos que llevaron a la
destrucción de las civilizaciones tradicionales, modos de vivir, culturas y
naciones".
Ahora, destaca Pshenichnikov, tras la
elección de Donald Trump por la población tradicionalista de EEUU, las masivas
manifestaciones organizadas por ONGs, que usualmente tenían lugar en los países
en desarrollo, han comenzado a aparecer en los propios Estados Unidos con
características muy similares a sus predecesoras, como un único color e
identidad de marca.
¿Quién saldrá victorioso en la
batalla ideológica en el seno del globalismo liberal? Sólo el tiempo dirá…
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