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viernes, 18 de diciembre de 2015

BOLIVIA SE QUEDÓ SIN SU SEGUNDO LAGO MÁS GRANDE Y PERÚ PERDERA SUS NEVADOS GLACIALES



Uno de los lagos más importantes de Bolivia se convirtió en un inmenso desierto. ¿Qué fue lo que sucedió con el Poopó en Oruro? Revisa este informe.

El segundo lago más grande de Bolivia, el Poopó, ha desaparecido tras entrar a un proceso de desertización en la ciudad de Oruro, debido al cambio climático, el fenómeno de El Niño y la contaminación minera, afirmaron investigadores y campesinos.

1. "LAGO SIN VIDA"

El ingeniero agrónomo Milton Pérez, de la Universidad Técnica de Oruro (UTO), y el dirigente campesino Valerio Rojas, afirmaron a Efe que durante una inspección realizada el viernes al lugar se ha comprobado que el Poopó hoy "es un lago sin vida".

El Poopó está situado en el departamento andino de Oruro y se considera como el segundo más grande de Bolivia, después del Titicaca, que está compartido con Perú. "El monitoreo aplicado al Poopó ha establecido que hoy está casi seco", dijo Pérez, que ha investigado el comportamiento del lago.

2. ¿POR QUÉ SE VOLVIÓ UN DESIERTO?

Entre las causas están el aumento de la temperatura por el cambio climático y de la frecuencia de los fenómenos de El Niño y La Niña, que en el altiplano se sienten cada dos o tres años, a diferencia de antes cuando era cada siete o diez.

El Poopó tenía seis o siete años de una dinámica de equilibrio, "pero ahora no se le da al lago, de manera natural, el tiempo suficiente para restablecerse como el ecosistema que era", agregó Pérez.

El diario orureño La Patria informó de que tras un sobrevuelo del lugar se comprobó que "se convirtió en una inmensa zona desértica, donde no existe indicios de agua, solo arcilla resquebrajada". Según el matutino, el espejo de agua del lago llegó a tener una superficie de más de 4,600 kilómetros cuadrados, pero actualmente hay muy poca agua ocupando el lugar

3. POCAS ESPERANZAS


No obstante, ahora los campesinos creen que las aguas no serán recuperadas por el aumento de las temperaturas en el altiplano. "Tenemos un lago que ha desaparecido, ahora es una pampa; un desierto donde no se puede sembrar nada, ni producir; no hay nada, mucho menos vida", sostiene Rojas al lamentar las pérdidas de cientos de campesinos y pescadores que debieron abandonar la región.


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