Bill
Gates ocupa el primer lugar del listado y David Koch comparte su fortuna con su
hermano Charles Koch.
Un
pequeño grupo de personas privilegiadas, no más de 62 en todo el planeta entre
oligarcas, magnates petroleros, propietarios de grandes centros financieros y
herederos de enormes capitales, tienen en sus manos la misma cantidad de
recursos que la mitad menos favorecida del conjunto de la humanidad.
El
escalofriante dato fue denunciado en una publicación de la organización no
gubernamental británica Oxfam, que detalla cómo la brecha entre los poderosos y
los desposeídos se ensancha, en lugar de reducirse.
Durante
los últimos cinco años, a pesar de la denominada crisis financiera global que
obligó al cierre de miles de empresas y mandó al desempleo a millones de
trabajadores, la fortuna de esas 62 personas creció en 44 por ciento.
Al mismo
tiempo, el patrimonio de la mitad más pobre del planeta se contrajo en 41 por
ciento, un dato que demuestra de manera fehaciente a quién benefició y a quien
dañó la citada crisis, detrás de la cual los grandes propietarios, y no pocos
Estados, se parapetan para justificar la erosión de los derechos y la calidad
de vida de sus empleados.
El
fenómeno de la concentración de la riqueza en pocas manos ha sido estudiado
durante mucho tiempo y abundan las teorías al respecto, pero no así las
soluciones porque estas pasan por desmontar un sistema, el capitalismo, que es
intrínsecamente malvado y se nutre del sufrimiento y esfuerzos de las mayorías
para el disfrute de unos pocos.
De
acuerdo con Tobías Hauschild, de la filial alemana de Oxfam, en este mundo de
hoy las reglas están hechas para los súper ricos y eso hace muy difícil luchar
contra la pobreza y las enfermedades. Ejemplos abundan por doquier, basta con
asomar la cabeza por eso que durante mucho tiempo se llamó el tercer mundo y
ahora recibe el metafórico mote de países en desarrollo, pero que al final son
lo mismo: miles de millones de desposeídos controlados por unos cuantos ricos.
Véase a
México, donde el informe de marras afirma que la fortuna de cuatro personas
equivale al nueve por ciento del Producto Interno Bruto nacional. Esos cuatro,
agrega, incrementaron su capital en sectores que fueron privatizados,
concesionados o regulados por el gobierno.
Gracias a
esta alianza entre políticos y millonarios, existe en el sector corporativo una
extraordinaria evasión de impuestos. Si un trabajador o pequeño propietario
viola las leyes tributarias, le pasan una aplanadora encima, pero al mismo
tiempo nueve de cada 10 grandes firmas tienen filiales en paraísos fiscales y
nada ocurre.
Se
necesita un nuevo sistema económico y financiero que beneficie a todos, dijo
Hauschild en víspera del Foro de Davos, donde 2 500 políticos, gobernantes.
empresarios y científicos de 100 países discutirán, una vez más, como resolver
estos problemas, aportarán muchas ideas pero, de nuevo, pocas soluciones.
Quizás en
ese poblado de los Alpes suizos nadie recordará que ese nuevo sistema ya
existe, se llama socialismo y donde sus enemigos lo han dejado funcionar, ha
dado excelentes resultados y rescató a millones de seres humanos de las garras
de la pobreza y la desigualdad. Temas para seguir conversando en estos días.
FUENTE: Guillermo Alvarado
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