¿Consenso o hegemonía?
La desesperación de las huestes
fujimoristas en los últimos días, que los hacen recurrir crecientemente a la
violencia, es una muestra de que sus reclamos por un supuesto fraude electoral,
ha sido derrotados y el país se acerca a la proclamación de Pedro Castillo como
presidente electo. En este momento el tema es la formación del nuevo gobierno y
al respecto parece que hubiera dos principios en pugna para ese propósito:
¿consenso o hegemonía?
El consenso como confluencia o
acuerdo entre diferentes actores políticos es fundamental para el
funcionamiento de una democracia. Sin embargo, se llega siempre a consensos
políticos de gobierno a partir de que haya acuerdos sobre temas mayores como la
legitimidad del Estado y del régimen político mismo. Ambas cuestiones han sido
han sido destruidas por el neoliberalismo en el Perú, dejándonos luego de
treinta años de dominio económico y político, un Estado aún más ajeno a la
población del que existía y un régimen en crisis profunda que padece de la
aguda desconfianza de los ciudadanos. Por estas carencias de legitimidad surge
exitosa la figura de Pedro Castillo, que reclama precisamente instituciones en
las que la gente pueda creer
En estas condiciones hay que
reconstruir los acuerdos mayores sobre el régimen político y el Estado para a
partir de ellos construir consensos para gobernar el Perú. En los debates de
los últimos años en América Latina esto se llama promover un proceso de
construcción hegemónica nacional y popular, que lleve al desarrollo de un
nosotros colectivo, nacional o plurinacional según los diferentes criterios al
respecto, que avance en la identidad entre los ciudadanos el y Estado. El
proceso de construcción hegemónica necesita un liderazgo que lo impulse, es
este caso el triunfo electoral ha llevado al profesor Pedro Castillo, que
levanta banderas programáticas de cambio constitucional y cambio del modelo
neoliberal, a su partido Perú Libre y a sus aliados, a jugar este papel.
El consenso entonces debe
desarrollarse a partir de este liderazgo y el porvenir inmediato depende de la
capacidad, personal y programática de los actores de cambio, para llevarlo
adelante. Plantear el consenso a secas, sin referencia a liderazgo alguno y
ajeno al proceso de construcción hegemónica señalado, es quedarnos en el orden
económico y político actual que ha sido rechazado mayoritariamente por la
población.
El consenso, sin referencia alguna,
es un elemento clave de la ideología liberal que se pretende neutro y ajeno a
las contradicciones que atraviesan la vida social y política. Los liberales y
para nuestro caso también los neoliberales mencionan la importancia del
consenso cuando tienen el control de un determinado orden económico y político,
como ha sucedido en el Perú en los últimos treinta años. Desde allí quisieran
acordar con los demás, pero cuando se señala que por voluntad popular hay un
nuevo punto de partida, entonces claman que hay “dictadura”. No caigamos en la
seducción de los consensos sin hegemonía, porque son consensos falsos que
protegen el orden actual y no nos lleven sino a más de lo mismo.
La tarea de Pedro Castillo y su
equipo es, por ello, potenciar el proceso de construcción hegemónica, que
movimientos sociales partidos progresistas han iniciado en los últimos años
para enfrentar la crisis de régimen, para a partir de allí congregar una mayoría
ciudadana duradera que abra un nuevo camino de democratización y transforme el
Perú.
Publicado originalmente en Otra
Mirada
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