"Si no estás alerta, los medios
harán que ames al opresor y odies al oprimido"
Cuenta Rubén Montedónico, en un
artículo titulado "La derecha y su uso de los medios", que para los
grandes medios de comunicación el posible "enemigo a vencer" lo
constituyen aquellos que se oponen a sus proyectos, se movilizan para impedirlos
o, simplemente, se resisten.
El frente de batalla de las clases
dominantes no es, en este momento, la represión abierta, es decir, la actuación
directa de la fuerza represiva pública. Ese frente lo mantienen en reserva para
cuando sea imprescindiblemente necesario. Hoy, la gran batalla la libran con
sus "mass media": sus televisiones, sus radios y sus periódicos.
En la década de los 60 y 70 del
pasado siglo, la utilización de los medios coercitivos del Estado era lo
prioritario. Eran las herramientas que utilizaban en la línea de confrontación.
Es cierto, no obstante, que en la utilización de ambas metodologías, la de ayer
y la de hoy, el resultado final es siempre el mismo: el aislamiento de los
resistentes del resto de la sociedad.
Hay que reconocer que en pocas
décadas el dominio de la técnica de la comunicación por parte de las clases
dominantes ha tenido un sensible avance. Los "especialistas de la
comunicación" se apoyan en la premisa de que "al enemigo se le vence
conociéndolo". Ese es un objetivo que no lograban cumplir en su integridad
las fuerzas represivas tradicionales.
Uno de los recursos más socorridos
por las oligarquías dominantes para defender la aplicación del capitalismo y
sus sucesivas modalidades consiste en difundir en la sociedad la ilusión de que
los ciudadanos tienen derecho a múltiples opciones informativas. Y es cierto,
por otra parte, que muchos de ellos están firmemente convencidos de que
realmente están disfrutando de tal "pluralidad". Se trata,
obviamente, de una visión quimérica y fantástica construida por las clases
hegemónicas.
Lo que hoy domina en las sociedades
que se rigen bajo el sistema capitalista es, precisamente, la concentración de
la propiedad de los Medios. Ello sucede en todos los países, y en España de modo
particular. Pero quizá el paradigma de tal concentración se encuentre en los
Estados Unidos, donde sólo seis grupos empresariales - seis - detentan el
control de todos los contenidos de la información. Esos conglomerados se llaman
Viacom, Disney, Time Warner, General Electric, CBS y News Corporation, que
dominanel 90% de los medios estadunidenses. Pero hay algo todavía más
importante: la proyección de esas empresas sobre la comunicación mundial es
casi total. Los medios europeos, y particularmente los españoles, se nutren
fundamentalmente de la información que proporcionan.
Publicaciones tales como Financial
Times, The Economist y Wall Street Journal son traducidas y reproducidas en
todos los periódicos, radios y televisiones del planeta. Sus editoriales y
artículos destacadados marcan la actualidad de la prensa y de los noticiarios
televisivos del resto de los países capitalistas. Nuestros
"tertulianos" , por ejemplo, se nutren de las informaciones e
interpretaciones emitidas por esas compañías para luego realizar las
"suyas" propias. Todo ese caudal informativo termina, finalmente, en
el vertedero de la "opinión publicada", del cual se alimentará usted
para construir " su propia" opinión, sobre los más diversos temas.
Posiblemente usted no conozca nada sobre
la historia, la multietnia o los conflictos actuales por los que atraviesa
Siria, pero la cadena de mensajes concatenados que acabamos de describir y que
termina llegándole, le permitirá decir con la mayor soltura, por ejemplo, que
"Al Assad es un dictador al que los demócratas de ese país están tratando
de derrocar". Aunque ello pueda luego contrastar con su rechazo del
yihadismo ultraconservador que pone bombas en Europa.
Nos tememos que para que usted pueda
descubrir dónde se encuentra su paradójico posicionamiento tendrá que
consultar, por su cuenta, algunos datos sobre Siria. Aunque ello le vaya a
costar algún esfuerzo, valdrá la pena. Cuando descubra cual es el origen de sus
actuales opiniones, se sentirá más libre. Por primera vez habrá logrado construir
su propia opinión. Que no es poco.
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