La
oligarquía es como un entreverado árbol del cual unas ramas salen exitosas
mientras que otras no siempre prosperan, aunque no faltan aquellas que no se
destacan económicamente pero sin dejar de mantener un status dentro del árbol.
Como
puede corroborarse sigue vigente la actualidad del Club Nacional como centro
social de la sociedad oligárquica del cual emanan sus expresiones de poder
político burocrático y su poder económico. La base social del poder oligárquico
lo constituye la casa familiar, una institución mestiza que mezcla el
patriarcalismo del solar español y la matrilinealidad de la panaka inkasica.
Esta institución sigue vigente en la actualidad.
La profecía de FRANCOIS
BOURRICAUD no se ha cumplido:
Y si se
consulta simultáneamente la lista de miembros del Club Nacional y la lista de
los directorios, esta coincidencia casi perfecta no deja de sorprender. No
ocurre lo mismo en Buenos Aires ni tampoco en Santiago; tampoco es seguro que
en Lima, de aquí a unos cuantos años, se siga manteniendo esta simbiosis entre
el "mundo" y los "negocios". (BOURRICAUD: 1969, 29)
No
sucedió nada revolucionario en los años posteriores a BOURRICAUD, ni Bravo
Bresani acertó en su apreciación, los "círculos sociales y
comerciales", como les llama no son sino dependencias integradas por
miembros o servidores del Club Nacional, que responden al incremento de la
burocracia privada. El Club Nacional es la manifestación social patriarcal
familiar del grupo oligárquico dominante, y los demás círculos son otras
manifestaciones de aquél, sólo que al ser el Club Nacional una asociación de
varones jefes de familia en su mayoría emparentados, y ligados por un extraño
patriarcalismo matrilineal que los aproxima a lo tribal, su criterio de ingreso
tendrá en común las necesidades materiales y gregarias de las familias que lo
integran. Ello significa que el Club Nacional sigue siendo el núcleo central
del poder oligárquico en el Perú.
Un dato:
Jorge Bravo Bresani fue miembro del Club Nacional desde el año 1940, junto a su
hermano Andrés[154], quien ingresa en 1941. Para 1981 este intelectual ya era
todo un connotado socio honorario. Mientras tanto el Club Nacional sigue hoy
día más vigente que nunca.
Autor:
IVÁN ORÉ CHÁVEZ
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