He venido batallando en diversos
medios para desterrar una de esas mentiras que los pueblos se acaban por creer,
porque les parecen lógicas y explicables y también porque de esa manera se
sienten más parecidos a sus héroes o personas dignas de admiración.
Desde que en 1992 Mario Vargas Llosa
(MVLL) criticó el autogolpe del 5 abril e incluso y pidió el bloqueo al Perú,
liderados por el gobierno fujimorista, un grupo de gente interesada en
descalificarlo, buscó la explicación a su actitud en lo dolido que estaba por
la derrota que sufriera en las elecciones de 1990.
Este mito-mentira olvida o mejor
dicho quiere olvidar una serie de hechos que la desmienten y que vale la pena
traer al recuerdo:
El primero es que MVLL nunca quiso
ser presidente, ni estuvo interesado en vincularse a la política activa. Se
sabe, por ejemplo, que no le aceptó a Belaunde ser primer ministro, ni siquiera
embajador. En 1987, por principio, vino a luchar contra la estatización de la
banca y terminó liderándola por su propio peso personal. Como lo pueden
testificar todas las personas de su entorno en aquellos días, tuvieron que
recurrir a sus principios morales para obligarlo a aceptar la postulación. Por
supuesto, como él mismo ha reconocido y correspondía a las circunstancias, una vez
que consintió hizo todo lo posible por lograrlo. En realidad, ya a esas alturas
MVLL estaba muy por encima dela Presidenciade República.
En segundo lugar, Fujimori no le ganó
las elecciones, sino que se encontró electo Presidente sin haberlo siquiera pensado,
merced a la guerra que desató Alan García desde el gobierno, atemorizando al
pueblo con el shock y a los propios errores del Frente Democrático y el mismo
Vargas Llosa.
El tercero es que si con alguien
podría estar enojado MVLL es con el pueblo peruano que eligió a un improvisado
que carecía de planes, hasta el punto de tener que maquillar algunas ideas
sueltas cuando le reclamaron su inexistencia y terminar aplicando el de su
oponente cuando accedió al poder. Si un grupo de gente que toma una decisión,
mal se puede uno enfadar con el beneficiado, sino con los electores, salvo que
hubieran mediado engaños y MVLL siempre ha reconocido la legitimidad de esas
elecciones.
El cuarto es que MVLL nunca hizo
comentario o declaración pública alguna entre 1990 y la fecha del autogolpe en
1992, lo que demuestra que su crítica fue al rompimiento de la democracia y no
una venganza contra quien le ganó las elecciones. Lo que pasó –como he
indicado– es que el gobierno y los que pensaban medrar a su alrededor, hicieron
circular el mito-mentira que todavía mucha gente ignorante tiene por cierto.
Hay otra crítica que se hace a MVLL
que olvida toda su actuación pública anterior. He enfrentado gente que sostiene
que no debió declarar que “sin alegría, con muchos temores…” iba a votar por
Humala, por la prudencia que se espera de un personaje público. Tengo que
recordarles a esas personas que una de las cualidades de MVLL es haber dicho
siempre lo que pensaba sin importarle las reacciones resultantes. Se me viene a
la memoria su rompimiento con la Cuba castrista por el caso Padilla en una
época en que despertó un sin numero críticas de todos sus pares intelectuales.
También tuvo la entereza de declarar que el gobierno del PRI era ‘una dictadura
perfecta’ en el propio México, lo que resultó en su casi expulsión del país.
Podría escribir una lista larga de casos como los mencionados, incluyendo su
crítica al autogolpe fujimorista, ¿y saben qué? en todos ha tenido razón.
Sostienen que no es peruano,
olvidando que con el único país que tenemos tratado de doble nacionalidad
(1962) es con España, por lo que sigue siendo tan peruano como cualquiera de
nosotros. Asimismo, le critican que habiendo hablado de ‘el cáncer o el sida’,
haya apoyado a Ollanta Humala, pero en este caso la respuesta es sencilla y
obvia: consideró que él era mejor opción que Keiko Fujimori y desde hace mucho
tiempo está en contra del voto en blanco
Muchos de los críticos de MVLL son,
sin haberse percatado, fundamentalistas, en el sentido de creerse dueños de la
verdad. Cuando se les pregunta ¿por qué no lo criticaron cuando en las
elecciones pasadas incitó a votar por García? responden que porque esa vez
tenía razón. En otras palabras, ellos saben lo que es mejor, siempre están en
lo cierto, olvidando que la historia (la Inquisición, Hitler, Stalin, etc.)
muestra, reiteradamente, que lo que se tiene en determinado momento por
verdadero y conveniente, más adelante, resulta ser falso y perjudicial. Todos
tenemos derecho a opinar y a disentir, pero con razones y argumentos y
respetando a los que piensan diferente.
FUENTE: Alonso Núñez del Prado - Abogado
MBA
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