1. Todo periodista es un turista que
cree conocer las miserias del mundo porque las ha visto o caminado entre ellas.
Esta profesión te vende esa ilusión. Pero hay un nivel de la pobreza que solo
se conoce siendo pobre, mis queridos colegas de RPP Noticias. Y si ustedes no
han vivido esa desventaja, tienen que aprender a respetar a quienes sí.
2. Cuando estudiaba en San Marcos, mi
viejo me daba 15 soles semanales que debían alcanzarme para todo: para los
libros, para las fotocopias, para el menú, para los pasajes y para el yonke de
los sábados, ese alcohol industrial con el que nos emborrachábamos pagando 20
céntimos por botella porque nunca nos alcanzaba para otra cosa. Mis amigos
venían de todos lados, y había muchos que eran más pobres que yo. A veces
hacíamos chanchita a media semana para comprar pan y resistir el hambre hasta
la noche, cuando teníamos las últimas clases. La peor tragedia, en esas noches,
era salir muy tarde y perder la última combi de regreso a casa. Tomar un taxi
era un lujo imposible, y además ningún taxista quería ir a San Juan de
Lurigancho.
3. Un par de veces unos amigos y yo
tuvimos que quedarnos a dormir en la calle. El lugar más seguro para hacerlo
era la berma central de la avenida frente a la Universidad Católica, donde el
Perú parecía un tanto menos precario y había guachimanes. (¿Se acuerdan, Rony
Aquino Calixto, Lito García?)
4. Cuando eres pobre a este nivel, todo
es diez o veinte veces más difícil: si sube el pan, te jodes; si sube el medio
pasaje, te jodes; si sube la matrícula, te jodes; si sube la gasolina, te recontrajodes
porque entonces todo sube en efecto dominó. Toda alza es una tragedia en esa
tragedia permanente llamada pobreza.
5. En esos años, los estudiantes de San
Marcos salimos a protestar tantas veces porque las autoridades siempre estaban
aumentando los costos de todo o porque recortaban los servicios. Y desde
nuestra orilla, LO QUE MÁS NOS JODÍA EN
EL ALMA ERAN LOS PERIODISTAS DESGRACIADOS QUE SE CREÍAN CON AUTORIDAD PARA
LLAMARNOS TERRORISTAS O PARA DECIR QUE PELEAR POR 10 SOLES DE AUMENTO EN LA
MATRÍCULA ERA UN CAPRICHO IDIOTA. Según esa mentalidad rancia, el pobre,
además de tener menos cosas, tampoco tiene derecho a hablar de su pobreza o a
protestar para que lo escuchen.
6.
Las lluvias han ocasionado una tragedia inmensa en el Perú. Pero los
periodistas no debemos asumir que esa es la única tragedia que cuenta. La
pobreza de los estudiantes de universidades nacionales también es una tragedia.
Y esa tragedia nos acompañará cuando las lluvias cesen, cuando todos hayamos
vuelto a dormir tranquilos. Todos, claro, menos los estudiantes de San Marcos,
porque, de vez en cuando, estos se quedarán a dormir en las calles. SIEMPRE PELEANDO A LA CONTRA: CONTRA UN
ESTADO INSENSIBLE, CONTRA RECTORES MEDIOCRES Y RATEROS, CONTRA PERIODISTAS QUE
NO SABEN NADA DE NADA. Y ENTRE LAS COSAS QUE MENOS SABEN ES CUÁNTO VALEN 10
CÉNTIMOS DIARIOS EN LOS BOLSILLOS DE UN POBRE.
Pobres ellos.
Un ejemplo del trato de estos periodistas que no saben el modus viviente de un universitario de UMSM.
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