La situación económica de la que dependen las demás situaciones
nacionales es el reflejo de la situación mundial debido a que nuestro país,
carece de independencia respecto al engranaje del sistema capitalista. El Perú
es un neto proveedor de materia prima para los países de mayor desarrollo
industrial. No tenemos industria propia con capacidad auto sostenida, razón por
la cual nuestra economía está subordinada y encadenada a las potencias
industriales.
Por consiguiente, si la recesión económica mundial afecta a nuestros
compradores internacionales no podremos venderles materia prima. Si la oferta
de materia prima es mayor que la demanda entonces los precios caen, la baja
rentabilidad acaba con los negocios y cae todo el andamiaje levantado sobre
esta estructura. Esto es: baja el ritmo de producción, se desalientan las
inversiones, cierran los empleos, el comercio decae bajando también la
recaudación de impuestos que nutre el presupuesto nacional. En suma, decae el
crecimiento nacional o PBI.
No está en nuestras manos controlar los factores externos que
condicionan el crecimiento de nuestra economía y esto se refleja en imágenes
como las siguientes:
GRÁFICO Nº 03 -Indicador Mensual de la Producción Nacional, 2008-2016-
Informe técnico 07- INEI. (Variación porcentual anualizada - Año base 2007)
SUNAT: Ingresos Tributarios del Gobierno Central: Junio 2016
“En junio de 2016, los Ingresos Tributarios del Gobierno Central en el
acumulado a junio de 2016, se registró una disminución de 3,5%. Al respecto, es
importante indicar que la recaudación de los ingresos tributarios del Gobierno
Central se ha visto afectada por tres grupos de factores exógenos a la
Administración Tributaria:
(i) Menores
cotizaciones de nuestros principales productos de exportación (cobre, oro y
gas) y de uno de los principales insumos que importamos (petróleo),
(ii) Medidas de
política tributaria que implicaron una reducción en las tasas del Impuesto a la
Renta tanto empresarial como del trabajo, reducción de aranceles y la
racionalización de los sistemas administrativos (retenciones, detracciones y
percepciones), y
(iii) Desaceleración
de nuestra economía.”
Se calcula que los factores externos que determinan la situación
nacional constituyen el 55 % quedando un 45% como factores internos sobre los
cuales podemos tener manejo como son la política fiscal, política monetaria,
inversión pública, mercado interno, políticas de Estado, tributación. Nos
ufanamos de ser un país rico pero el tamaño de nuestra economía en términos de
PBI es menor que la de Colombia que no se sustenta en la minería, por debajo de
Argentina que vive del agro en gran parte, inferior a la de Venezuela y de
Chile y la sexta parte de México.
Pero lo más triste es que gran parte del PBI del Perú es ajeno porque
nuestro país está invadido por inversionistas extranjeros de manera
desproporcionada. Ellos se llevan no solo nuestras riquezas incluyendo nuestro
dinero en efectivo y, toda la rentabilidad se va fuera no quedando para el país
sino carroña tributaria. Muchos tienen la mirada solo en la minería que es
dueña del 14 % de nuestro PBI, pero la inversión extranjera está succionando
riqueza a través de los bancos, industria, agro exportaciones, comunicaciones,
transportes, comercio (cadenas comerciales de todo tipo), etc.
Si sumamos lo ajeno, nuestro PBI se reduce considerablemente quedando el
país discapacitado para desarrollarse por sus propios medios. El desarrollo de
la patria está hipotecado. El exceso de inversión extranjera distorsiona toda
nuestra economía y el desarrollo nacional.
INVERSIÓN EXTRANJERA EN MINERÍA
Como se podrá apreciar nuestra economía está en declive, cada vez hay
menos ingresos estatales. China es nuestro principal inversionista, el que más
materia prima se lleva del Perú, el que más nos vende productos manufacturados.
Ahora nuestra dependencia económica está también anclada a China. Como quiera
que este país ha cambiado sus planes económicos frente a la recesión
capitalista que lo afecta, entonces nuestro país sufre las consecuencias de los
ajustes en la economía china tanto como las que sufrimos a causa de las
restricciones y maniobras de EE UU. Con solo elevar un punto en la tasa de
interés del dólar todo el mundo les entrega más dinero sin siquiera
protestar. China tiene la mayor reserva
de dólares y todo lo que favorece a EE UU también le beneficia.
En la pirámide mundial, los más poderosos traslada a los más débiles los
efectos de las crisis. En estas condiciones, tenemos déficit en comercio
exterior y por tercer año consecutivo déficit presupuestal. No obstante el
gobierno entrante anuncia reducir los ingresos fiscales reduciendo el IGV,
ofrece mayores gastos y aumentos salariales a personal estatal, crear nuevos
ministerios, ampliar los programas sociales, aumentar la inversión pública,
etc. Pero como no hay mucho margen para el manejo de factores internos lo más
probable es que agote los fondos de contingencia, aplique reajustes y recurra a
la deuda externa para financiar déficits y proyectos de dudosa recuperación de
capitales.
En cualquier caso, no se podrá evitar el deterioro de la economía
nacional que adolece nuestro país y cuyos efectos desatarán reacciones en
cadena en lo político, laboral, social, comercial, salud, pobreza, hambre, y
mucho más. En la crisis de 1929 el Perú solo pudo recuperar su nivel anterior
tras 25 años (un cuarto de siglo) en que sus exportaciones alcanzaron un nivel
concordante con anterioridad a 1929. En conclusión: Las perspectivas económicas
para el pueblo peruano en los años siguientes son sombrías.
Sabemos bien que las condiciones económicas estructurales determinan las
condiciones sociales y que los más indefensos cargan con el mayor peso de las
crisis. Será necesario entonces analizar y sopesar los factores políticos del
escenario nacional que pueden gravitar en el desarrollo de los acontecimientos
sociales que se avecinan. Sobre esta temática trataremos en próxima entrega.
FUENTE: Milciades Ruiz
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