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miércoles, 24 de agosto de 2016

LA SITUACIÓN POLÍTICA 3




Como ya se dijo, las condiciones económicas determinan las condiciones de la superestructura política, jurídica, cultural etc. En este engranaje, entran en juego los interese económicos que se traducen en injerencias políticas. Por consiguiente, todos los agentes que tienen intereses económicos en juego en el Perú intervienen en la política nacional de manera directa e indirecta. Los agentes extranjeros lo hacen soterradamente a través de fundaciones que donan dinero a sus títeres políticos y también, a través de las embajadas y sus organismos de espionaje. Las corporaciones transnacionales invierten otorgando sobornos a cuenta como está demostrado en los escándalos por corrupción.

perufinanzas_203Entonces tenemos en el panorama político nacional la intervención de fuerzas políticas ajenas al país, algunas de las cuales pueden ser muy poderosas. No aparecen por ningún lado en el escenario político nacional pero están allí, detrás de las cortinas. Solo aparecen los testaferros que asumen la defensa de los intereses económicos de los grupos de poder de un lado y de otro, sus adversarios. La pugna mayor se da siempre entre las fuerzas conservadoras del orden establecido y las fuerzas disconformes que buscan el cambio.

En términos generales, los sectores sociales que se benefician con el orden establecido estarán siempre del lado conservador aunque no formen parte de los grupos de poder. Pero también estarán de ese lado todos los agentes que parasitan a los grupos de poder viviendo a sus expensas como es el caso de las empresas mediáticas, subcontratistas y adulones de todo tipo. A estos se suman quienes ilusionan ser beneficiarios del sistema vigente convencidos de que es su mejor alternativa.

Por el contrario, los sectores sociales perjudicados por el sistema vigente buscarán modificarlo en diversos grados, desde los moderados hasta los radicales extremos. Pero también estarán en el lado opuesto al conservadurismo quienes aspiren a un régimen diferente siguiendo ideales correctivos. El abanico se abre desde la extrema derecha que no acepta ningún cambio hasta la extrema izquierda que busca el cambio total sin gradualismo y entre ambos extremos, los intermedios.

Esta pugna viene desde los albores de la república (liberales y conservadores) lo que ha determinado un sistema político acondicionado que guarda la apariencia de sistema democrático representativo pero que preserva la estructura de dominación sin alteraciones reales. En esta evolución histórica los partidos políticos han tenido el protagonismo principal logrando avances democratizadores pese al bloqueo conservador. Sin embargo, este modelo de participación política suplanta la representatividad social impidiendo la participación directa de los sectores de la sociedad.

Siendo beneficiarios del sistema, los partidos políticos llegaron a convertirse en traba democrática atribuyéndose la exclusividad en el acceso al poder. Los vicios de esta exclusividad han deteriorado el sistema hasta ser repudiable para la población. Los partidos políticos tradicionales han perdido credibilidad, sus líderes aparecen como traficantes de las necesidades populares y la corrupción es un denominador común. Aun así, el sistema electoral para acceder al poder político tiene además como requisito fundamental el dinero, haciendo que los partidos políticos compitan de manera desleal sin equidad.

En el afán de impedir el triunfo de las fuerzas políticas renovadoras este sistema eleccionario se ha convertido en un instrumento antidemocrático, fraudulento y arbitrario como ha quedado demostrado en las últimas elecciones generales. El resultado es una distorsión del concepto mismo de democracia y del sistema político nacional, obteniéndose resultados aberrantes en la calidad de los “representantes” elegidos, muchos de los cuales están ligados intereses oscuros, incluyendo el narcotráfico.

Aunque lo dicho es solo en términos generales por la necesidad de abreviar sin embargo, en lo concreto se puede observar históricamente la volatilidad electoral tras el desgaste de cada gobierno haciendo un movimiento de sig zag como sucede a nivel continental. Cada tipo de gobierno acusa un desgaste que hace al electorado virar en sentido contrario por desengaño y frustración.



ELECCIONES 2011: ROJO: Gana Perú, NARANJA: Fuerza 2011, VERDE: Alianza Perú Posible, AZUL: Alianza por el Gran Cambio, AMARILLO: Solidaridad Nacional, ROJO CLARO: Partido aprista

Al parecer, este movimiento pendular ha primado en el último proceso electoral. Tras las debilidades del gobierno de Humala, la suplantación de mando por su esposa, la disponibilidad de montos millonarios de origen desconocido, presuntos sobornos transnacionales, la incapacidad para contener la apremiante ola delincuencial y otros elementos de frustración social, alimentados por la prensa pro sistema, forzaron la voluntad del 355535_130476electorado llevándolo a preferir abrumadoramente una opción autoritaria representada por Keiko Fujimori.

No obstante, las autoridades electorales cuidaron que la segunda opción fuese también de derecha asegurando con ello la continuidad del reinado neoliberal. Como resultado, tenemos un poder legislativo abrumadoramente fujimorista (54%) seguido de otras fuerzas políticas que dan a la derecha 110 congresistas (85%) frente a 20 congresistas de la alianza izquierda -progresistas del Frente Amplio (15%). El desequilibrio es contrastante.

Quizá por ello el electorado buscó corregir este desequilibrio en la segunda vuelta favoreciendo con la posesión del Poder Ejecutivo al movimiento encabezado por Kuczynski, actual presidente de la república. Tampoco había otra opción.

Por su puesto que este enfoque del proceso político es muy a la ligera y hay muchos otros enfoques con mayor sustentación pero, lo que prima en el escenario del poder político nacional es una correlación de fuerzas políticas procedentes de un proceso electoral tan cuestionado que hasta el Jurado Nacional de Elecciones pide su modificación. Sin embargo, esta correlación de fuerzas por ser solo resultado de un proceso electoral fraudulento difiere de la real correlación real existente entre la población peruana. Esto también habrá que tener en cuenta.

Entonces tenemos por lo pronto ya, dos factores que pueden ser determinantes en el devenir político. El inevitable desgaste político que sufrirá la derecha en los siguientes años cuya capitalización podría favorecer la emergencia de fuerzas populares y de otro lado, el excesivo poder parlamentario del autoritarismo. Ello hace previsible reacciones adversas entre la misma derecha congresal y aunque tengan puntos en común, como puede ser la aprobación del acuerdo transpacífico, la soberbia fujimorista será foco de enfrentamiento con el Poder Ejecutivo en manos de una fuerza política divergente.

Por su parte la bancada del F A en el Parlamento está en situación muy desventajosa y sus iniciativas pueden ser anulada fácilmente por la derecha parlamentaria. No obstante, su presencia puede ser de mucha utilidad si actúa estratégicamente. La imagen que proyecte ante la opinión pública depende de su solvencia política, ecuanimidad y prestancia para luchar en condiciones adversas. No solo tiene que evitar actitudes bochornosas sino expresarse con calidad ideológica respetable. Pero quizá lo más importante sea utilizar su punto de apoyo como palanca de expansión para el empoderamiento popular aprovechando el previsible desgaste. En esto reside su ventaja. ¿Lo harán?

En cuanto al Poder Ejecutivo, las condiciones para la gestión gubernamental no le son favorables tanto por las dificultades económicas como por las dificultades políticas. Este poder es el que tiene que afrontar los conflictos sociales en los que suelen ocurrir muertes por represión. Las protestas populares ya están aflorando e irán en aumento. Todo indica que será un gobierno tecnócrata neoliberal que solo pretende ser más eficiente que su predecesor. Solo en este aspecto estaría la diferencia de manejo y no en la ideología de gobierno, que seguirá los designios del FMI.

Entonces, el desencanto puede presentarse más pronto de lo esperado. Empieza con un presupuesto desfinanciado que no puede modificar salvo que le parlamento adverso le apruebe créditos suplementario con cargo a mayores déficits. Los nuevos planes requieren financiamiento sin lo cual es muy poco lo que se puede hacer. De allí la pugna interesada por la presidencia en la Comisión de Presupuesto del Parlamento. Por otro lado, el cambio climático viene ocasionando ingentes gastos imprevistos en todo el mundo y Perú es uno de los países más vulnerables.

Independientemente de las divergencias en el análisis de esta temática, lo que aparece muy claro es el predominio de las fuerzas políticas de derecha en el Poder Legislativo y en el Poder Ejecutivo. Este predominio se traducirá en leyes y medidas de gobierno que, a no dudar responderán a los intereses económicos de los grupos de poder. Pero este predominio depende en gran parte de la resistencia que encuentre en su camino. La construcción de esa resistencia es la tarea de la izquierda. Si no nos preparamos para ello, la derecha arrasará libremente. Fue la resistencia la que paralizó el peligro de “Tía María” a pesar de tener al gobierno en contra.

Condición sine qua non es la reforma electoral que, es la clave para el acceso al poder. La izquierda propugna una nueva constitución pero de nada serviría convocar a un congreso constituyente si previamente no se modifica el régimen electoral pues tendríamos los mismos resultados electorales que ahora y la nueva constitución podría ser peor que la vigente. Esto también se aplica a los planes para las próximas elecciones municipales y regionales.

En el análisis político resulta pues contrastante el espejismo electoral de la izquierda y la aparente derechización electoral de nuestro pueblo al otorgar el Poder legislativo y el Poder Ejecutivo a las fuerzas de derecha por efectos del sistema electoral vigente. Todo el poder está en manos de la derecha pero esto puede ser su perdición. La tentación totalitaria y las pocas posibilidades de crecimiento económico le ocasionarán un progresivo desgaste y repudio popular. Esto crea condiciones para avanzar en el empoderamiento popular y el resurgimiento de la izquierda.

Un detalle importante a considerar es que la votación obtenida en las últimas elecciones por las fuerzas de izquierda, incluyendo el Frente Amplio, se debe en gran parte al campesinado en lucha contra la contaminación minera y a los jóvenes activistas. De modo que al analizar a las fuerzas de izquierda, sus fortalezas y sus debilidades necesitamos ser realistas tomando con cautela los resultados electorales recientes. No los esquemas de análisis teórico tradicional sino aterrizando nuestras apreciaciones en la realidad concreta.

La izquierda aún no ha superado su dispersión y si ha votado a favor de una opción eso no quiere decir que ya es parte de esta. El trabajo orgánico es una tarea crucial a emprender desde cero. Lo que tenemos está muy contaminado. Es necesario forjar una nueva fuerza política de izquierda sin el lastre de los viejos métodos causantes de la dispersión. Si no somos capaces de hacer una revolución en propias filas, menos lo seremos para una revolución social.

Entonces lo que se tenga que hacer en adelante para lograr el empoderamiento popular depende mucho de la certeza estratégica y de su aplicación práctica en el terreo de los hechos. Carecemos de una dirección centralizada que conduzca la estrategia y las operaciones tácticas pero podemos trabajar sobre la base de coincidencias, cada uno por su lado hasta encontrar las condiciones de integración orgánica. Sobre estos asuntos trataremos en las siguientes notas.


FUENTE: Milciades Ruiz

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