Tener sexo a diario: la terapia para levantar la autoestima
No lo propusieron ni Freud ni Lacan, lo descubrió –sola- una mujer
norteamericana. Sus kilos de más, la maternidad y la rutina habían logrado que
detestara su cuerpo y llegara casi al límite de la depresión. ¿La solución?
Hacer el amor con su marido todas las noches durante un año. Cuando “el rollo”
no está solo en la panza. Desnudarse frente a su esposo era un verdadero
calvario. Mostrar unos pocos centímetros de su piel ante el mundo se había
convertido en un trauma. Odiaba sus piernas, sus caderas, su panza… Tanto, que
confesó en una entrevista con el Daily Mail que su marido hacía tiempo que no
la veía completamente desnuda. Con su autoestima por el piso y una gran
tristeza a cuestas, Brittany Gibbons -30 años, 3 hijos- decidió que tenía que
hacer algo. Lejos de los libros de psicología y los tratamientos tradicionales,
ella misma diseñó su terapia y la relató –minuto a minuto- en su blog. “Además
de la sensación de inseguridad, me sentía como una idiota. Eso tenía que
terminar. Tenía que explicarle que aunque él (por su esposo) me veía de esa
manera tan sexy, si yo no me veía así tampoco contaba”, relata en su sitio
personal. La solución que ideó fue muy simple: tener sexo todos los días con su
pareja. Eso generó su cambio interno. Pasó de vestir bombachas viejas y
estiradas a preocuparse por llevar lencería de encaje; salió de la ropa holgada
(al mejor estilo carpa de circo) a preocuparse por dar una imagen más sexy…
Recuperó su vida y el amor por ella misma. Fue en ese momento, cuando el
erotismo y el placer se incorporaron a su agenda cotidiana, cuando reconoció
que el secreto para vencer sus inseguridades estaba más en su cabeza que en su
cuerpo: “La clave para disfrutar del sexo es sentirte confiada y hermosa, y eso
debía ser un viaje mío, no de mi marido”, dice en un post. Se descubrió.
Aprendió a quererse. Se animó a decir, opinar e, incluso, a hablar en voz alta.
Los beneficios de “la terapia del sexo diario” para aquellos cuyos “rollos” no
sólo están en la panza.
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