Querían que
fuera un golpe para derrocar al gobierno legítimo de Nicolás Maduro y
terminaron en una pequeña asonada. Otra vez han fracasado ya que no tienen
pueblo ni tampoco logran el objetivo de máxima que se proponen: el quiebre de
las Fuerzas Armadas Nacional Bolivarianas. De todos modos, ya es hora de que se
asuma la guerra declarada por el imperio con toda la fuerza que da el estado de
derecho y se ponga entre rejas al títere de Trump Juan Guaidó. Sin dudas, su
facilidad de moverse libremente, de poder anunciar hace varios días este falso
“operativo Libertad” provoca estos intentos frustrados pero peligrosos. Ver las
fotos y vídeos de Guaidó con el fascista Leopoldo López (condenado a 14 años de
prisión) posando como “mariscales” de un golpe que no fue, enerva a quien las
mire, pero más aún a ese heroico pueblo que está pidiendo desde hace rato que a
los enemigos de la Revolución no hay que cederles “ni un tantito así”, como
diría e Che de los yanquis que asediaban a Cuba.
Las
consecuencias inmediatas de esta patética asonada, en que a los “levantados en
armas” se los corrió en las cercanías de la Base de La Carlota con gases
lacrimógenos, es nuevamente festejar que el heroico y consciente pueblo de
Venezuela salió a la calle y rodea el Palacio Miraflores. Como ocurriera aquel
13 de abril de 2002, son los hombres y mujeres agradecidos por todo lo que
significa la Revolución para ellos y ellas, los que junto a los militares
patriotas están dispuestos a poner el cuerpo pera defender la Revolución hasta
las últimas consecuencias.
Párrafo aparte,
es la conjura internacional pro yanqui, que todos a una, empezaron a emitir
comunicados de adhesión, encabezados por el derechista presidente de Colombia
Iván Duque y por el tenebroso secretario de la OEA, Luis Almagro. Ellos y no
otros son los que pugnan por ponerse a la cabeza del apoyo de la asonada y
detrás de sus llamamientos, se pusieron en fila el canciller argentino, y todos
los secuaces del Cartel de Lima. Ni qué hablar del gobierno español (ese al que
algunos siguen considerando de “izquierda”), que mantiene esa postura ambigua
de declararse en contra del golpe pero seguir apoyando a Guaidó y llamar a
convocar a “elecciones libres”. O sea, más de lo mismo entre los aliados de Trump.
Pero como bien señalara la economista Pascualina Curcio en una entrevista que
le hizo quien esto escribe: “Trump y sus secuaces no entienden lo que significa
la resistencia del pueblo bolivariano”. Es así nomás, nunca podrán comprender
por qué, a pesar de una brutal guerra económica y de una campaña mediática
criminal en contra del presidente Maduro, el pueblo cada vez más se empodera en
su lealtad a quienes son fieles al legado de Hugo Chávez.
Frente a lo que
hoy está ocurriendo en Venezuela, es fundamental redoblar la solidaridad
internacional con Nicolás Maduro y el bravo pueblo, dar la batalla mediática
para contraponer a la desinformación que motorizan los enemigos de la paz y la
libertad, rodear de apoyo en cada uno de nuestros países a los representantes
legítimos de la Revolución, imitar el ejemplo de Bolivia y Cuba, que apenas
producida la intentona no dudaron en ponerse a la cabeza de nuestros pueblos
del continente para respaldar a la Revolución.
Son horas
decisivas para demostrar que en la Patria Grande somos muchos y muchas que
estamos hartos de los manejos y la ofensiva derechista imperialista, y en ese
sentido declararnos bolivarianos es señal de resistencia, rebeldía y dignidad.
Todos y todas
con Maduro.
Castigo a los
culpables de la asonada que ya, felizmente, ha fracasado.
Fuera el
imperialismo yanqui de nuestros países!.
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