En el proceso histórico de la
sociedad aparecen fenómenos sociales caracterizados por el encono irracional
entre grupos humanos en razón de sus ideas. Siempre las ideas conservadoras son
opuestas al cambio pero cuando esta lucha se torna fanática la irracionalidad
extrema se convierte en salvajismo. Luego viene la reacción en sentido
contrario que puede llegar también al extremo salvaje. Este péndulo histórico
ha causado dramáticos episodios de barbarie que avergüenzan a la humanidad.
Los cristianos afirmándolos como
herejes a las creencias oficiales. Pero cuando el cristianismo se posesionó del
poder, emprendió feroz persecución de los herejes a las creencias de esta
religión estableciéndose en Europa y las colonias americanas el Tribunal de la
Santa Inquisición, cuyos crímenes en nombre de Dios nos parecen ahora
extremadamente abominables. Muchos fueron quemados vivos solo por difamación.
Pero tan indignante como la
persecución religiosa por fanatismo extremo es la persecución política extrema.
La ideología Nazi llegó a desarrollar un terrorismo antisemita difamándolos en
todo aspecto. La persecución no tuvo límites y las atrocidades genocidas fueron
extremas. Pero luego vemos a los judíos actuar despiadadamente contra sus
enemigos de manera irracional difamando a los palestinos y así podríamos seguir
mencionando muchos otros casos históricos de antagonismo irracional pendular
con su secuela de encono y crímenes por difamación.
En nuestro país hemos pasado por
muchas persecuciones políticas desgarradoras con muchos asesinatos de por
medio, proscripción de partidos políticos, deportaciones, fusilamientos
masivos, ejecuciones extrajudiciales y muchos crímenes irracionales como el
fusilamiento de niños. La venganza política siempre lleva a la irracionalidad y
esta venganza genera la venganza opuesta igualmente irracional. No basta con
hacer sufrir al enemigo político sino por extensión, a los padres, cónyuge e
hijos que sin tener culpa alguna purgan castigos abominables.
El 18 de mayo se cumple un
aniversario más de la ejecución de Túpac Amaru II, su familia y dirigentes de
su movimiento político. Transcribo algunos párrafos de la sentencia para hacer
notar la irracionalidad con que fue juzgado:
SENTENCIA EXPEDIDA CONTRA TÚPAC AMARU
II
En la causa criminal, que ante mi
pende, y se ha seguido de oficio de la real justicia, contra José Gabriel Tupac
Amaru, cacique del pueblo de Tungasuca, en la provincia de Tinta, por el
horrendo crimen de rebelión o alzamiento general de los indios, mestizos y
otras castas, pensado más ha de cinco años, y ejecutado en todos los
territorios de este virreynato y el de Buenos Aires, con la idea (en que está
convencido) de quererse coronar señor de ellos y libertador de las que llaman
miserias de estas clases de gentes, que logró seducir (…..)
FALLO, atento a su mérito, y a que el
reo ha intentado la fuga del calabozo en que se halla preso, por dos
ocasiones(…) las depravadas inclinaciones de dicho reo José Gabriel Tupac
Amaru, teniéndolos alucinados, sumisos, prontos y obedientes a cualquier orden
suya; que ha llegado los primeros hasta resistir el vigoroso fuego de nuestras
armas, contra su natural pavor; y les ha hecho manifestar un odio implacable a
todo europeo, o toda cara blanca, o Pucacuncas, como ellos se explican
haciéndose autores, el y estos, de innumerables estragos, insultos, horrores,
robos, muertes, estupros, violencias inauditas, profanación de iglesias,
vilipendios de sus Ministros, escarnios de las más tremendas armas suyas, cual
es la excomunión, contemplándose inmunes o exceptos de ellas, por asegurárselo
así, con otras malditas inspiraciones el que llamaban su Inca; (…)
Considerando, pues a todo esto, y las libertades con que convidó este vil
insurgente a los indios y demás castas para que se le viniesen, hasta ofrecer a
los esclavos la de su esclavitud; (…) y mirando también a los remedios que
exige de pronto la quietud de estos territorios, el castigo de los culpados. La
justa subordinación a Dios, al Rey, y a sus Ministros, debo condenar y condeno,
a José Gabriel Tupac Amaru, a que sea sacado a la plaza principal y pública de
esta ciudad, arrastrado hasta el lugar del suplicio, donde presencie la
ejecución de las sentencias que se dieren a su mujer Micaela bastidas, sus dos
hijos Hipólito y Fernando Tupac-Amaru, a su cuñado Antonio Bastidas, y algunos
de los otros principales capitanes y auxiliadores de su inicua y perversa
intensión o proyectos; los cuales han de morir en el propio día, y concluidas
estas sentencias, se le cortará por el verdugo la lengua, y después amarrado o
atado por cada uno de sus brazos y pies, con cuerdas fuertes y de modo que cada
una de estas se pueda atar o prender con facilidad a otras que pendan de las
cinchas de cuatro caballos, para que puesto de este modo, o de suerte que cada
uno de estos tire de su lado, mirando a otras cuatro esquinas o puntas de la
plaza. Marchen, partan o arranquen a una voz los caballos, de forma que quede
dividido su cuerpo en otras tantas partes; (…) su cabeza se remitirá al pueblo
de Tinta, para que, estando tres días en la horca, se ponga después en un palo,
a la entrada más pública de él; uno de los brazos al de Tungasuca, en donde fue
cacique, para lo mismo; y el otro para que se ponga y ejecute lo mismo en la
capital de la provincia de Carabaya; enviándose igualmente, y para que se
observe la referida demostración, una pierna al pueblo de Livitaca, en la de
Chumbivilcas, y la restante al de Santa Rosa en la de Lampa, (…) que las casas
de este sean arrasadas o batidas y saladas, a la vista de todos los vecinos del
pueblos o pueblos adonde, las tuviera o existan; que se confisquen todos sus
bienes, (…) al propio fin se prohíbe, que usen los indios los trajes de su
gentilidad, y especialmente los de la nobleza de ella, que solo sirven de
representarles los que usaban sus antiguos Incas, recordándoles memorias, que
nada otra cosa influyen, que el conciliar odio y más odio a la Nación
dominante; fuera de ser su aspecto ridículo y poco conforme a la pureza de
nuestra Religión; pues colocan en varias partes de él al Sol, que fue su
primera deidad; (…). Con el mismo objeto se prohíbe absolutamente, el que los
indios se firmen Incas, como que es un dictado que le toma, cualquiera, pero
que hace infinita impresión en los de su clase; mandándose, como se manda, a
todos los que tengan árboles genealógicos (…). Finalmente queda prohibida, en
obsequio de dichas cautelas, la fábrica de cañones de toda especie, (…) Así lo
proveí, mandé y firmé por esta mi sentencia definitivamente juzgando.-
José Antonio Areche. Visitador
General de los Tribunales de Justicia y Real Hacienda.
En el Cusco a 15 de Mayo de 1781. (La
sentencia se ejecutó el 18 de mayo de 1781)
Este aniversario es omitido por la
oficialidad como hecho histórico pero Túpac Amaru II está viviente en la
memoria del pueblo y pase lo que pase, su nombre estará siempre latente en la
rebeldía popular y saldrá a flote como estandarte político de cada rebeldía
porque representa el espíritu indomable del pueblo andino. Su nombre no puede
asociarse al terrorismo sino a la aspiración de justicia social.
Pero la aberración jurídica de
criminalizar el derecho universal de libertad de pensamiento y de opinión como
“Apología del Terrorismo” puede conducir a otras aberraciones irracionales como
se hizo en el gobierno de Fujimori de condenar a un chileno como traidor a la
patria y llevarnos a restablecer la Santa Inquisición Política, utilizando la
difamación por simple venganza. La intolerancia conduce a la alucinación
política y a un estado de psicosis como la que imperaba con el macartismo que
pretendió criminalizar la sátira humorística investigando a Charles Chaplin
como comunista.
Todos repudiamos el terrorismo y
mucho más los movimientos de lucha popular que siempre lo han combatido a
través de la historia por ser irracional. Pero tampoco podemos llevarnos por
las tergiversaciones que criminalizan la protesta popular y las difamaciones de
tomar las discrepancias como señal de simpatía con el terrorismo. Llamar
terrorista a todo luchador social y a todo militante de izquierda es una
difamación.
Pero hay que dejar en claro que el
terrorismo no es una doctrina sino un método represivo que lo practica en mayor
proporción los organismos militares y policiales. La Comisión de la Verdad y
entidades internacionales imparciales destacan tanto el terrorismo de los
rebeldes como el terrorismo de Estado. Entonces no se puede legislar
parcializadamente siendo juez y parte. Se sanciona el hecho, se sanciona el
terrorismo cualquiera sea el agente ejecutor y no solo a una de las partes y
peor aún, involucrando a terceros por pura difamación.
Tan irracional como el terrorismo es
el antiterrorismo ciego. Está demostrado que las fuerzas armadas y policiales
cometieron repudiables actos de terrorismo de manera institucional. Pero no por
ello vamos a decir que cometen apología del Terrorismo de Estados los políticos
de derecha que alaban o rinden homenaje a militares y policías. Está demostrado
que el terrorismo de Estado fue política del gobierno bajo el mandato de
Fujimori motivo por el cual está condenado. Pero se pide indulto solo para el
jefe del terrorismo de Estado en tanto que se califica como apología del
terrorismo cuando lo piden para el jefe del otro terrorismo.
Ni las fuerzas armadas ni las
policiales actúan por sí solas ni lo hacen por convicción. Lo hacen obedeciendo
órdenes superiores y la aplicación institucional del terror como política de
Estado es responsabilidad del gobernante. Esta ha sido la característica del
fujimorismo gobernante y ahora que gobierna el congreso ha denunciado a
parlamentarios del Frente Amplio como apologistas del terrorismo a pesar de que
estos, condenan el terrorismo. Esto constituye un abuso de poder de una mayoría
despótica.
Entonces estamos entrando a una
situación en que vamos a tener un Estado Policiaco y pasar a todos los
dirigentes políticos, sociales y gremiales, intelectuales, periodistas y más, a
Seguridad del Estado bajo la acusación de apología del terrorismo. Estamos a
tiempo de impedir que tal situación se configure antes que se torne
incontrolable. Ojalá hubieran pronunciamientos de las organizaciones populares
y partidos de izquierda. Se repite el mismo error de quedarse callado mientras
el totalitarismo no los afecte directamente. Pero se orinarán de miedo cuando
la persecución los alcance. Será muy tarde.
FUENTE: Milcíades Ruiz
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