ZENIT
Nro. 550 - AÑO 37
DIRECTOR: GUILLERMO ALCAZAR RIVERA
En sus marcas..
Por: CARLOS MELÉNDEZ
Politólogo.
Las nuevas
elecciones municipales que se realizarán el 24 de noviembre en Lima
Metropolitana para elegir a 22 nuevos regidores serán más interesantes de lo
que el promedio de analistas reconoce. (Se ha enfatizado el poco interés que ha
despertado hasta ahora entre los limeños sus “inutilidad” como producto de una
revocatoria a media y hasta que sería un pérdida de tiempo).
Para
empezar, se trata de una elección entre partidos, más específicamente entre
marcas partidarias. Ya que ninguna lista se asocia con un candidato a alcalde,
se elimina la posibilidad de un voto personalista.
Ya
que pareciera no haber mucho en juego, las maquinarias clientelares (por
ejemplo, Solidaridad Nacional) se han abstenido de un involucramiento activo.
Por lo tanto, el principal atractivo que tendrán los electores para seleccionar
su voto será la marca del partido.
La
marca partidaria es un recurso tan importante para la política como la
estructura organizativa. Es un atajo comunicativo, pues transmite a través de
su emblema ideas fuerza asociada a su imagen como organización. Claves programáticas,
señas ideológicas y prestigios forjados en el tiempo constituyen los
principales tipos de mensajes que se divulgan a través de ella, sobre todo cuando
está descontaminada de personalismos y clientelismos.
En
ese sentido, los comicios de fin de mes evaluarán particularmente cuánto han
invertido los partidos en su constitución programática imagen,
independientemente de sus líderes o recursos clientelares. Así, tendrán más éxito
aquellas listas cuyas marcas comuniquen contenidos más atractivos para los
limeños. NO ES FORTUITO, ENTONCES, QUE EL PPC Y SOMOS PERÚ FIGUREN
ENTRRE LOS FAVORITOS SEGÚN VARIAS ENCUESTAS.
En
el caso del primero (PPC), se trataría de un perfil de compromiso con la
gestión municipal que se ha gestado a partir de renovación de cuadros,
producida durante el actual concejo limeño. Con ello se busca recuperar el
legado edilicio proveniente de Bedoya Reyes.
Para
el segundo caso (SOMOS PERÚ), estaríamos frente a otro equipo con usanza
municipal. Aunque Somos Perú dista de ser una organización cohesionada
ideológicamente como el PPC, el recuerdo de Alberto Andrade y de otros
burgomaestres distritales se convierte en su principal capital simbólico.
No
es causal, entonces, que las organizaciones con mayor tradición municipal limeña
sean las más votadas, tampoco que las opciones de reciente creación terminen al
final de la tabla. Este último es el caso de TIERRA Y DIGNIDAD, grupo
oficialista de izquierda, con marca debutante, que demostrará el verdadero
caudal electoral de la izquierda en Lima sin una candidatura carismática, como
lo fue Susana Villarán en las elecciones municipal del 2010.
Estas
elecciones también permitirán esclarecer algunos mitos sobre el comportamiento
electoral. Por primera vez experimentaremos una elección con lista cerrada
bloqueada, obsesión de los reformistas y conoceremos el nivel de participación
política de los limeños en unos comicios sin mayor gracia aparente. ENSAYOS
PARA UNA CARRERA QUE, MÁS QUE DE VELOCIDAD, SERÁ DE RESITENCIA CON MIRAS AL
2014 Y AL 2016.
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